Diciembre de 2019 se da a conocer la aparición de un coronavirus mortal, en un principio había quizá incredulidad de la población mundial, los días corren y empiezan a morir algunas personas, después decenas y luego miles a nivel planeta, las autoridades sanitarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertan a todos los gobiernos del mundo de la peligrosidad del virus, algunos se apresuran a tomar las medidas correspondientes, otros las pasan por alto, lo cierto es que la pandemia es real y crea psicosis en los pueblos y ciudades que la están padeciendo al ver a sus familiares que pierden la vida y sin poder hacer nada por ellos, hoy han muerto muchos seres humanos y algunos gobiernos nada han querido hacer aún para aminorar el impacto de la mortandad, los muertos claman justicia, protestan a través de sus familiares, cuantos sueños truncados, porque sabiendo que su gobierno pudo hacer algo más para evitar tantos muertos no lo hicieron; como sigue sucediendo en nuestro país, no existe la preocupación suficiente para contrarrestar este mal por parte del gobierno federal, han estado más preocupados por las próximas elecciones que por las familias de los fallecidos que después de morir, siguen protestando por no ser protegidos por parte de sus autoridades, muchas familias deshechas por este mal e impotentes a la vez por sentirse abandonadas a su suerte por su gobierno; ¿qué hay que hacer entonces?, ¿seguir confiando en el grupo morenista que está hoy en el poder?, ¿cambiarlos por un gobierno más sensible ante los problemas sociales como la pandemia que estamos viviendo?
El ciudadano común ya no sabe si salir a votar el próximo 6 de junio o quedarse en casa, abstenerse, porque sabe que llegue quien llegue al poder las cosas seguirán igual. Pero nuestro pueblo tiene que entender que la solución no es salir a votar o no, por uno u otro color o partido, lo que importa es, qué tipo de gobierno necesitamos, que cualidades debe reunir el personaje que llegue al poder y para ello tenemos que entender también que debe ser una persona con una educación distinta, con un pensamiento distinto y ese personaje hay que transformarlo, educarlo desde la infancia para que entienda a sus semejantes como tales y no solo los use para lograr sus objetivos cada tres o seis años.
Por esta razón los morenistas no podrán cambiar nada, porque no están hechos para eso, ellos solo ambicionan el poder tanto político como económico para satisfacer su ego, su deseo de ser adulados, empezando con el presidente de la república, de aquí se explica la anulación de tantos programas sociales y fondos para desastres naturales, la concentración de los recursos para utilizarlo en las próximas elecciones y poder comprar conciencias al por mayor y al precio que sea, y esta forma de hacer política es la que el pueblo tiene que cambiar, que erradicar, empezando por entender, qué cambios se deben hacer primero; el problema pues en buena medida es de educación y conciencia de clase, tenemos que superar esta etapa, de lo contrario estaremos condenados a seguir cometiendo los mismos errores que hoy padecemos con la 4T, la salida está en la transformación del hombre actual por otro nuevo, que esté dispuesto a cambiar sus viejos hábitos y valores morales por otros nuevos y superiores porque sólo así podrá tener un gobierno diferente, con ideas nuevas y frescas y para eso hay que prepararse entonces.
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