MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los que soñamos con un mundo mejor

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Tomás Moro, autor de una obra conocida como Utopía, que se publicó por primera vez en 1518, plasmó la esperanza de un mundo mejor. Dice en el Prólogo de la Editorial Nuevo Talento: “en efecto, si algunos escritores ambiciosos proponen ejemplos de un gobierno ideal se debe sin duda a que son voz y exponente de un deseo universal: el deseo de progresar. La suprema perfección está en el ánimo de todos los hombres de todas las épocas. Y aunque el Estado perfecto no se haya conseguido todavía, ni probablemente llegue a conseguirse, es innegable que la repetición, en libros excepcionales, de cómo debería ser este Estado imaginario ha producido un lento pero real provecho. Muchas conquistas y mejoras de orden político  y social que el tiempo ha dado se deben a la instigación de los escritores y pensadores que podríamos llamar utópicos. Porque, cuando menos, en libros como Utopía el autor denuncia los defectos del orden social existente, los errores de los gobernantes, las imperfecciones de la administración de justicia. Siempre ha sido, la denuncia del mal un trámite indispensable para que se logre el bien.

Completemos, por otra parte, como la utopía desempeña también un trascendental  papel en el mundo de la ciencia. La imaginación de algunos hombres realmente geniales ha anticipado al mundo descubrimientos, fenómenos y máquinas que sus contemporáneos aceptaron como brillante pero inútil fantasía, y con el tiempo las intuiciones de los innovadores se han realizado en forma asombrosamente fiel. Es más, parece que casi todo lo que se consigue y progresa en el orden técnico y científico tiene un precedente en un escritor futurista. Roger Bacon, Julio Verne, H. G. Wells ilustran abundantemente este curioso fenómeno. El protagonista de  su obra explica qué en la república de Utopía, isla imaginaria en la que no se conoce la propiedad privada, se trabaja durante seis horas, todos los utópicos tienen la obligación de dedicarse a la agricultura, aunque además se adiestran en un arte a elegir, el oro no tiene ningún valor, los matrimonios se celebran a prueba (el adulterio se castiga con la esclavitud) y no es necesario el Ejercito, entre otras peculiaridades”. Hasta aquí lo que dice el prólogo.

A lo largo de la historia el sueño de un mundo mejor ha ocupado los ideales de las mentes más nobles de la humanidad y muchos han logrado mejorar la vida de sus pueblos. Así gracias al sueño de un hombre bueno y noble ha surgido en México una organización que ha planteado la erradicación de la pobreza en nuestro país. Me refiero a un maestro al ingeniero Aquiles Córdova Morán, que con su gran visión ha venido trabajando para conformar un movimiento social que contribuye a mejorar la vida en lo material y lo espiritual en algunos municipios, pueblos y colonias del país. Hay un poema que resume su ideal, aquí un fragmento de “Inquietud” escrito por Aquiles Córdova Moran:

“Yo sueño con un mundo, de luces solamente,

donde el hombre trabaje y viva sin llorar,

donde el alma se expanda y vibre tiernamente

como el ave que canta, como el cielo y el mar.

Donde todos los hombres tengan pan y vestido

donde todos los niños, tengan aula  y hogar.

donde el alma se eleve como el águila al nido

y el espíritu humano pueda libre cantar”.

Ya somos muchos quienes los seguimos en este gran sueño, pero que se viene construyendo y materializando, con obras. Quienes conocen la obra teórica del maestro saben que estoy hablando de un hombre  muy culto y sensible, que fomenta en todos el deseo de superarse, sus conferencias sobre el arte son muy provechosas, sus libros son también muy sustentados científicamente, es un hombre que actúa como piensa, es muy consecuente, por lo que su obra práctica, no tiene parangón, es líder de líderes, maestro de maestros, ha formado una gran organización social, que ha crecido en el seno del pueblo, que ha venido luchando por mejorar la vida de sus agremiados. Y no definitivamente los antorchistas no somos delincuentes, como nos ha acusado el gobernador del estado de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, nos acusaron de huachicoleros en los medios de comunicación, pero como solo son calumnias,  no pueden probar nada, porque nuestros dirigentes son honrados, se han conducido con gran moralidad, siempre en la lucha por obras y servicios, en primer lugar, nunca han manejado ni programas sociales, ni recursos, todas las obras las han ejecutado las dependencias gubernamentales. Si se destinaron recursos para un adoquinado de calles ahí está el adoquinado, pueden medir y constatar la calidad de la obra, si se logró un edificio escolar ahí está, todas las obras ejecutadas por las dependencias encargadas entregaban lo gestionado a los beneficiarios. 

No lograrán desaparecer al Movimiento Antorchista Nacional, y no lo van a lograr porque   nos proponemos contribuir al progreso y desarrollo del mundo, nos proponemos un cambio en el país con cuatro ejes que tendrán que perfeccionarse pero que son factibles de ponerse en práctica.

  1. Política fiscal progresiva y acordada con los sectores productivos del país, para  que paguen más impuestos los que generan  más ganancias.
  2. Gasto social en educación, salud y vivienda, para desarrollar a todas las comunidades.
  3. Generar fuentes de empleo.
  4. Salarios que alcancen para cubrir las necesidades de  una familia.

La sociedad está viviendo una descomposición, pero no hay ningún superhéroe que pueda salvarla, su salvación está en su organización, como dijo Bertolt Brecht, uno solo no puede salvarse, o todos o ninguno. Si queremos una sociedad mejor, esto solo será obra de la misma sociedad.

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