Lejos de aminorar la miseria extrema o pobreza en México, el gobierno de la Cuarta Transformación, que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, destinando cuantiosos recursos a pensiones contributivas y no contributivas, pensando que de esa manera habría de crecer su populismo con la compra de conciencias en confirmada acción electorera para favorecer al partido de su propiedad, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), los problemas se han acentuado y han impulsado al país a la inminente quiebra económica.
El uso político de las pensiones por parte del gobierno morenista es un hecho, con graves dudas porque están en riesgo las finanzas del país, en ese afán electorero de mantener en sus manos el poder político de la nación a costa de lo que sea, sin importar dejar de atender otras cuestiones importantes como el combate a la inseguridad, la salud, educación, entre otros.
En contraparte, le han arrebatado recursos a estados y municipios, a universidades y demás, pensando que de esa manera podrían salir airosos y continuar con sus dádivas a cambio de tener de su lado mayor respaldo en los procesos electorales, respaldo que se ha reducido ampliamente después de los garrafales errores cometidos por la 4T, dejando en el desamparo a millones de compatriotas para únicamente favorecer a las minorías.
Expertos financieros hablan de que México se encuentra al borde del colapso económico, partiendo del principio de que las dádivas por pensiones utilizadas por López Obrador con fines políticos equivalen al 20 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), mismo que se incrementará en 12.8 por ciento para el año venidero.
Señalan, además, que los cálculos del Gobierno federal para solventar el gasto en 2023, son demasiado optimistas proponiendo monto superior a 1.2 billones de pesos, cuando la mación enfrenta un alza inflacionaria del nueve por ciento.
A su vez, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP) destaca que el gobierno de la 4T subestima la previsión de que el año próximo habrá muy bajo crecimiento económico debido a los altos índices de la inflación y las tasas de interés.
Los 1.7 bdp adicionales serán destinados, principalmente, a financiar los dos tipos de pensiones contributivas –las obtenidas con base en aportaciones del trabajador, patrón y gobierno– y las no contributivas, es decir las del bienestar, asignadas a personas con 65 años y más y son con cargo directo al presupuesto público.
Además de éstas, cuyo aumento será del 34.3 por ciento en 2023, figuran también otros 15 programas sociales del gobierno de AMLO, entre los que destacan las becas para estudiantes y no estudiantes sin empleo.
Se está incurriendo en quebranto económico que ya se comienza a resentir entre las familias mexicanas, donde el poder adquisitivo ya no alcanza frente a la constante alza de productos de la canasta básica, se los servicios más indispensables como agua y luz, además de los energéticos.
Las pensiones contributivas son de dos subtipos: una se otorga con base en la ley de 1973, que establece que los trabajadores, una vez cumplidos 65 años y de cubrir un mínimo de 500 semanas de cotizaciones, pueden obtener mensualidades hasta del 100 por ciento según el salario promedio de sus últimos cinco años de servicio.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) también las otorga por cesantía en edad avanzada; riesgos originados en el trabajo (accidentes); invalidez, viudez u orfandad. En los casos de edad avanzada, se consigue cuando el trabajador tiene entre 60 y 64 años, aunque el monto varía entre 85 y 95 por ciento del salario, según su edad; cuando llega a 64 años, seis meses y un día ya puede alcanzar el 100 por ciento.
Se están haciendo cálculos sin sustento ya que la situación económica pronosticada por los especialistas para el país en 2023 se muestra adverso, tal como lo marca el grupo financiero Citibanamex al publicar un análisis en el que sus especialistas califican como preocupante “el exceso de optimismo” contrastando negativamente con las condiciones económicas actuales y las del año entrante.
La secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) vive alejada de la realidad que están viviendo los mexicanos toda vez que habla de que nuestra economía crecerá hasta en un 3 por ciento para 2023, cuando difícilmente podría llegar al 1.5 por ciento.
En lugar de implementar estrategias que le permitan a la nación el crecimiento económico y las condiciones para acceder a niveles de progreso, los de la 4t se han dormido en sus laureles, pensando que basta con el contrato de mayor endeudamiento y el arrebato de recursos a estados y municipios así como a instituciones educativas, será suficiente para seguir cubriendo las “dádivas” de corte electorero, así como las obras suntuosas emanadas del capricho presidencial.
No se puede tapar el sol con un dedo, pues ya se ha confirmado que tanto las pensiones contributivas como las del bienestar, son utilizadas por el presidente con fines políticos, nunca, para poner fin a los grandes conflictos que padecen sus compatriotas y que sin duda se estarán acentuando el año entrante con mayor pobreza y abandono de los diversos sectores de población.
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