MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México, país de los inocentes 

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“Nosotros no espiamos a opositores. Lo que buscan nuestros adversarios es equipararnos con los que gobernaban anteriormente, no somos lo mismo y todos los medios de información, el suyo, por ejemplo, tenían muy buena relación con gobiernos anteriores y ahora se han dedicado a atacarnos a nosotros y pues cualquier cosa quieren que se conviertan en un escándalo para perjudicarnos. Nosotros siempre vamos a ser respetuosos de la opinión de ustedes y si hay algo que consideren ilegal, presenten las ante las autoridades competentes y nosotros también somos respetuosos de la autonomía de la Fiscalía General de la República o del Poder Judicial porque ya también no es lo mismo de antes. Ahora se vive en un auténtico Estado de derecho. Si le estoy diciendo que nosotros no espiamos a nadie, estoy hablando con la verdad…” fue la respuesta de Andrés Manuel López Obrador, en la mañanera del cuatro de octubre, cuando una periodista le cuestionó que hay pruebas documentales y de análisis forenses de teléfonos infectados de tres personas. 

Este medio dio a conocer el domingo dos de octubre un extendido reportaje que documenta que la Sedena compró, en 2019, un software espía a la única empresa autorizada en México para vender el programa Pegasus que se utiliza para intervenir teléfonos celulares. Ese mismo año, los teléfonos de tres personas que estaban realizando investigaciones sobre temas relacionados con presuntas violaciones a derechos humanos cometidas por las Fuerzas Armadas, presuntamente fueron intervenidos con sistemas de espionaje.

El mandatario le comenta que, si hay pruebas que las presente, pero una vez que la reportera menciona, con detalle, las pruebas que se tienen para denotar tal acusación, la respuesta bastante lamentable es que “son intereses opuestos a nosotros, que quisieran tener pruebas para afectarnos, pero no van a lograr su propósito. Ya llevamos años en esta lucha y siempre hemos salido ilesos de la calumnia porque tenemos autoridad moral. Si yo sostengo que no se va a espiar a nadie, a ningún periodista, a ningún opositor, pues es eso. No tengo una doble moral, un doble discurso. Soy conservador, mi doctrina no es la hipocresía como los anteriores gobiernos…”. 

No es la primera ni última vez que Andrés Manuel se apoya en el discurso, ya agotado, por cierto, de echarle la culpa a los anteriores y en la que, curándose en salud, es capaz de retar frente a las cámaras a quienes le están dando pruebas fehacientes de algún hecho. 

Pero ¿realmente su gobierno es lo que defiende el señor de la silla presidencial? Él habla de tener autoridad moral, pero en toda su estancia en la presidencia jamás ha sido capaz de ser transparente con los programas sociales, desde el registro de beneficiarios hasta los efectos de las transferencias en efectivo. No ha aclarado de qué trata el famoso nuevo plan de Pobreza Franciscana, de dónde saldrá el dinero que se pretende ahorrar. 

Otro ejemplo es el de Pemex, que es clave para su objetivo de lograr una soberanía energética, otorgándole a la empresa, ya de por sí endeudada, créditos fiscales, capitales y aumento presupuestario (El Ceo 4 de marzo de 2022).

Pero no solo habla de autoridad moral. También, y posiblemente con justa razón, pide que se brinden las pruebas necesarias para clarificar el fenómeno del que se le acusa a la Sedena, pero cuando ha mencionado al Movimiento Antorchista Nacional como intermediario, como un movimiento que se apropiaba de los recursos que gestionaba para beneficios de la gente, ¿Dónde estaba esa justicia para una organización que ha dedicado sangre, sudor y fuerza en la lucha por sacar al país de las ruinas en que gobiernos como el suyo, han venido dejando? Él sí que podía calumniar desde todos sus foros a la única organización más consolidada y comprometida con los trabajadores, obreros, campesinos, estudiantes, padres de familia y el pueblo entero de nuestro país.

Cuando se trata de cualquiera que no haya pasado por su tela de juicio moral, merece ser calumniado y tachado de corrupto, de enemigos del cambio, de conservadores, pero cuando hay pruebas de que su gobierno es lo contrario a lo que defienden, ahí si es falsa la información y quien diga lo contrario es un traidor, calumniador. Su política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que si le interesa.

Dice el mismo presidente: “Tenemos tres principios que nos guían: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo”. Se ha comprobado que AMLO ha dicho más de 86 mil mentiras en sus mañaneras según wradio.com

Del presupuesto de egresos le dedica el 54 por ciento a sus obras insignias mientras las obras, los servicios, la salud, la educación del pueblo pobre están en el olvido, el dinero que recauda el gobierno no se lo regresa como debería ser, si eso no es robar, que la RAE determine un nuevo término; y su última consigna de no traicionar, en realidad el pueblo en este sexenio como en ningún otro, se vio traicionado al no encontrar en López Obrador el mesías que prometió, pues en lugar de acabar con la pobreza, esta aumentó a niveles exuberantes, no hemos avanzado económicamente, no se ha acabado la corrupción, no tenemos un sistema de salud de primer mundo, ha traicionado al pueblo una y otra vez. 

No podemos seguir viviendo en el país de los inocentes, necesitamos aprender de las experiencias. La experiencia es el conjunto de vivencias reflexionadas. No basta con vivir algo para que eso que vivimos se convierta en experiencia. Algunos animales que viven vivencias y no tienen ninguna experiencia porque nunca han pensado en lo que les ha pasado. El ser humano tiene que vivir el hecho y reflexionarlo para sacar conclusiones. El pueblo mexicano debe tomar esta experiencia para cambiar sus decisiones y tomar las que mejor convengan a los intereses de la clase trabajadora. 

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