MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Morena y Andrés Manuel López Obrador, en deuda con México (I /II)

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Ya rebasamos los dos años del gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador y los grandes males que aquejan al país no sólo no son atendidos y resueltos por el Gobierno federal, sino, que por el contrario se ahondan y se agudizan cada vez más, como el crecimiento económico y el mejoramiento del sistema de salud, el cual está colapsando por falta de recursos, sobre todo a partir de la pandemia.   

El crecimiento económico es el incremento en la producción de bienes y servicios en una economía y por lo tanto su valor, en un periodo determinado. Se calcula a partir de estimar el valor de todo lo que se produjo en un año y compararlo con el valor de todo lo que se produjo durante el mismo periodo del año pasado, por tanto, cuando una economía crece, se incrementa el número de bienes y servicios que sus ciudadanos tienen la posibilidad de consumir; sin embargo, el crecimiento de la economía por sí solo, no necesariamente se traduce en mejoras al bienestar de toda la población, a menos de que sea sostenido y redistributivo. 

La economía mexicana ha venido creciendo a un ritmo promedio de 2.1% durante los últimos 10 años a pesar del complejo entorno global reciente. Pero en los últimos dos años ha decrecido, en 2019 tal decremento fue de -0.10% y en 2020 hasta el tercer trimestre del año fue de -8.60%. Estos resultados de la administración morenista contrastan con el compromiso del presidente durante su campaña, de un crecimiento de cuando menos el 4%.  

Si bien es cierto, que hay factores extraordinarios que profundizaron el decremento, como la reducción de los ingresos petroleros, la depreciación del peso frente al dólar y más recientemente la crisis sanitaria de la covid-19, también lo es, que la política económica de la actual administración ha sido errónea  y por tanto, es de su entera responsabilidad, la poca inversión pública, la escasa inversión privada, los recortes al presupuesto de los gobiernos, que no están estimulando la economía y que traen como resultado la pérdida de 10 millones de empleos, que a su vez, arrastraron a 2 millones de mexicanos más a la extrema pobreza, hecho contrario también a los compromisos presidenciales. 

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Lo peor en materia económica está por venir, se prevé por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, que la economía mexicana tardará cuando menos un lustro en recuperar los niveles del PIB per cápita que tenía en 2018.      

El mejoramiento del Sistema de Salud en nuestro país fue otro compromiso del presidente López Obrador, para ello desapareció el seguro popular y creó el Insabi, para llevar al país en esta materia a niveles como Canadá o Dinamarca, pero esto no ha sucedido, por el contrario, se agravó la situación para los niños  enfermos de cáncer, que han batallado más de lo que antes lo hacían para que les suministren sus medicinas, igual ha sucedido con los enfermos de VIH, entre otros grupos de enfermos crónicos. 

Pero, el flagelo que vino a colapsar el ya moribundo sistema de salud, fue la crisis sanitaria por la covid-19, que puso a prueba al gobierno mexicano y lo reprobó. El manejo de la pandemia por parte del presidente y su gobierno ha sido criminal hasta el día de hoy, decidieron como política sanitaria instrumentar la inmunidad de rebaño, es decir, que se contagie todo el que se tenga que contagiar y que se muera el que se tenga que morir, así de inhumano ha sido su proceder. 

Tuvieron tiempo y experiencia de otros países, para preparar las condiciones en el nuestro y evitar la tragedia que estamos viviendo, pero menospreciaron y minimizaron la magnitud de la pandemia, por eso no han invertido los recursos necesarios para su combate eficaz, desde los materiales básicos para que los trabajadores de la salud pudieran enfrentar con menor riesgo la atención de los pacientes, tuvieron que ser arrancados prácticamente a fuerza de manifestaciones, no se diga el instrumental médico y el acondicionamiento de las camas con respiradores artificiales. 

El presidente López Obrador y el subsecretario de salud López-Gatell, han ofendido, desde el inicio de la pandemia, la inteligencia del pueblo mexicano, con sus declaraciones diarias, que se ven refutadas también todos los días por la realidad, hemos recibido declaraciones del presidente como las siguientes: de que a él lo cuida una estampita que es un escudo protector, que dice: "detente enemigo, que el corazón de Jesús, está conmigo&rdquo, que el manejo de la pandemia ha sido mucho mejor que en la mayoría de los países, que la pandemia estaba domada desde junio del 2020, que existen camas equipadas en espera de pacientes, entre otras. Y las declaraciones de Gatell: serán 8 mil los muertos por la pandemia y en el escenario más catastrófico llegaremos a 60 mil, el cubre bocas sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no sirve, entre otras. 

Debido a este trato anticientífico de la peor crisis sanitaria en la historia de nuestro país, es que los resultados son devastadores, tenemos ya 1 millón 630 mil 258 contagios y 140 mil 241 muertes, según las cifras oficiales, pero hay estudiosos del tema que aseguran que las cifras reales son mucho mayores, sostienen que se deben multiplicar por 2.5 esas cifras, para tener una media más cercana a la realidad de las pérdidas humanas por la pandemia y de acuerdo a este cálculo, las muertes superan los 350 mil mexicanos. 

Los planes de compra y de aplicación de la vacuna contra el covid-19, que es el recurso más eficaz para combatir la pandemia, son nada claros, como la inmensa mayoría de las acciones de gobierno de la actual administración federal, anunciadas con bombo y platillo, eso sí, pensando en el proceso electoral de este año, más que en la salud del pueblo de México. 

Somos 127 millones de mexicanos  y se requieren dos dosis por persona, lo que quiere decir que necesitamos 254 millones de dosis, hasta el momento se han comprado 34.4 millones a Pfizer, de las que existe la promesa de que al 31 de enero llegaran 1 millón 400 mil, números redondos, según el canciller Ebrard, hasta marzo llegaran 3 millones y en abril 12 millones, suman 15 millones y los 19 millones de dosis faltantes ¿Cuándo llegaran? no se sabe; ¿y los 220 millones que faltarían para cubrir a toda la población, cuando y a quien se le compraran? Tampoco se sabe con precisión. Lo más que se ha informado, es que está en proyecto comprar 35 millones de dosis a la farmacéutica CanSiniBio y 77.4 millones a AztraZeneca, suponiendo que se materializaran estas compras, se llegaría a 146.8 millones, ¿y los 108 millones que faltarían para cubrir a toda la población mexicana? Tampoco se sabe. 

El plan de aplicación de la vacuna, es todavía más incierto, sólo se habla de 5 etapas por grupo poblacional y la fecha máxima para terminar es marzo de 2022, toda una improvisación, puesto que ni las vacunas se han comprado. Esta es la falta de preocupación y la ineficacia del gobierno de López Obrador, es momento de analizar la situación fríamente y obrar en consecuencia, los mexicanos tenemos que cobrarle la deuda a Morena en el próximo proceso electoral, porque está demostrando que no sabe gobernar.   

 

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