De acuerdo con el análisis hecho por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) crespecto a la proyección del gasto en programas sociales contemplado en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024, que recientemente aprobó la Cámara de Diputados, el Gobierno federal planea una asignación de 3 billones 756 mil millones de pesos, que representan 41 % del Presupuesto total, para desarrollo social, un aumento de 7.6 % en términos reales en comparación con lo aprobado para 2023.
En esta asignación resaltan los recursos que serán asignados para la Secretaría de Bienestar; secretaría que contempla una asignación de 544 mil millones de pesos, 109 mil 398 millones de pesos más que los recursos aprobados en el 2023. Este monto representa un aumento de 25.2 % real.
El aumento del presupuesto para desarrollo social se da en un contexto de finanzas públicas ajustadas en nuestro país en donde se tendrá que incurrir en endeudamiento para cubrir el incremento en el gasto gubernamental, el cual asciende a 1.9 billones de pesos que debemos seguir pagando los mexicanos.
Sin embargo, el gobierno federal otorgará un nivel histórico de apoyos a la población; sobre todo aquellos de entrega directa de dinero a través de las transferencias monetarias con las tarjetas bancarias de Bienestar que “casualmente” coincidirá con el proceso electoral del 2024.
Con la amenaza de que podrían quitar apoyos si un determinado candidato o partido no gana, Morena hace lo mismo que los otros partidos, sólo que de manera más descarada: comprar votos.
El próximo año se renovarán cargos públicos en las 32 entidades federativas y a nivel federal. Según el Instituto Nacional Electoral (INE), el 2 de junio de 2024 se elegirán más de 20 mil cargos públicos; entre ellos, la presidencia de la república, así como el Congreso de la Unión: 128 senadores y 500 diputados. Además se elegirá a nueve gobernadores: Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán. En los 32 estados de la república se renovarán legislaturas locales y ayuntamientos, entre otros cargos, y todos los programas sociales deben alimentar al mercado de votos.
El uso de los programas sociales con fines electorales por parte de la clase política en el poder no es ninguna novedad, en nuestro país históricamente han sido implementados y utilizados para tratar de mantener el dominio del partido en turno. Así es como las clases poderosas se han podido sostener; repartiendo recursos y beneficios, para coaccionar, de manera directa o indirecta, a los beneficiarios bajo la amenaza de que podrían perderlos si un determinado candidato o partido no gana, y con Morena no es la excepción: Morena hace lo mismo que los otros partidos, sólo que de manera más descarada.
Esta situación debe llamar a la reflexión de la ciudadanía, pues la política clientelar que utiliza Morena no ha logrado reducir los aspectos estructurales de la pobreza en México. El Consejo de Evaluación de la Ciudad de México dice que las cifras de pobreza en nuestro país superan los 90 millones de personas, de un total de 132; la pobreza va en aumento.
Para el siguiente año las personas “tendrán más dinero en el bolsillo”, pero a cambio de que sus centros de atención a la salud, vivienda, servicios educativos, seguridad, agua luz, drenaje, apoyo al campo, se encuentren peor. Esta es la estrategia de Morena para sostenerse en el poder. Queda claro que a este gobierno no le importa la situación de pobreza en la que se encuentra nuestro país, lo que le interesa es la compra votos.
Para cambiar verdaderamente las condiciones materiales y espirituales en las que vive el pueblo mexicano, este necesita tomar consciencia de ello; unirse, educarse, para que no se deje influenciar sólo porque le dan dinero. Eso no cura el problema de fondo de los mexicanos; deben organizarse y unirse para tomar las riendas de este país, para que desde el poder tomado por el pueblo se reparta la riqueza de manera equitativa.
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