MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Morena: sus crisis y realidades

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Aunque el presidente López Obrador, el partido Morena y sus comunicadores tienen bien aprendidas las lecciones de comunicación referentes al manejo de crisis y por ello mediáticamente salieron bien librados de graves acontecimientos que mancharon su imagen, en los hechos la conducta personal de varios de sus militantes deja mucho que desear pues no solo pone en entredicho la honestidad y la lucha contra la corrupción que tanto pregonan, sino que muestran las verdaderas ambiciones de poder y riqueza de los políticos morenistas, a los que muchos ya califican como hipócritas.

En tan solo tres años, los gobernantes de Morena en la CDMX y del país entero, Claudia Sheinbaum y el presidente López, han hecho frente a graves acontecimientos que han afectado su imagen: en la Ciudad de México, recordemos el desplome de la Línea 12 del metro donde perdieron la vida 26 personas y resultaron lesionadas 90 más y, a nivel federal, la lujosa boda del ex zar anticorrupción, Santiago Nieto Castillo, que dejó como saldo la renuncia de la ex secretaria de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix Díaz, y la renuncia del ex director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, quien realizó feroces persecuciones en contra de los opositores de López Obrador y, sin pruebas en su contra, los acusó de corrupción a pesar de que muchos de ellos hayan demostrado que sus pequeñas fortunas eran producto de un trabajo cotidiano y tenaz.

Todos los cursos de manejo de crisis que se imparten en las universidades del mundo recomiendan que lo primero que se debe hacer para controlar una situación de crisis, ya sea externa o interna, que afecta la imagen de la marca, es dar la cara a los medios y sancionar a los responsables de la misma. Tanto la jefa de gobierno de la CDMX como el presidente López han seguido esos pasos y, mediáticamente, han controlado sus crisis, aunque eso no quiera decir que los problemas que las generaron se hayan resuelto de fondo. 

De acuerdo con el informe final del desplome de la Línea 12 del metro, la causa del accidente fue una falla estructural en la construcción y diseño original de la infraestructura, la cual fue realizada durante la adminitración del también morenista Marcelo Ebrard Causabón, actual secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de López Obrador, lo cual favoreció a la jefa de gobierno de la Ciudad de México en su carrera rumbo a la candidatura de Morena a la presidencia de la república, en la que también está interesado Ebrard. Pero, para no perjudicar a un alto cuadro morenista, y a la imagen de ese partido, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México acusó a 10 ex funcionarios por los delitos de homicidio, lesiones y daños a la propiedad, en su modalidad culposa, por la muerte de 26 personas y lesiones ocasionadas a más de 90. No obstante, los lesionados y deudos reclaman que el gobierno capitalino solo busca imputar a ex funcionarios de gobierno, pero no a ninguna de las empresas constructoras y tampoco al ex jefe de gobierno que las contrató, Marcelo Ebrard y no han salido a relucir los malos manejos financieros de dicha construcción. Dicen que Claudia Sheinbaum solo estuvo concentrada en controlar mediáticamente la crisis, pero que no ha resuelto el problema de fondo de la corrupción en la construcción de obras en la capital del país y tampoco de la protección de los usuarios del transporte masivo. O sea, Morena solo apuesta al control mediático de la crisis externa para que ella y su partido salgan limpios para estar en condiciones de contender por la presidencia de México.

El otro control de crisis que recientemente realizaron tanto Sheinbaum como el presidente López fue la crisis generada por la escandalosa boda de uno de los hombres de confianza del mandatario, Santiago Nieto Castillo, quien casi casi se casó a escondidas en la ciudad de Antigua, Guatemala, evento que la prensa calificó de lujoso y lleno de “extravagancias”, como bien dijo López Obrador. Dicho evento salió a la luz luego de que se descubriera que una de las invitadas, fuera la ex secretaria de Turismo, Paola Félix Díaz, quien presentó su renuncia a dicho cargo luego que se supiera que viajó en avión privado para acudir al mencionado acontecimiento.

Pero no fue todo, a medida que pasaron las horas, salieron las extravagancias: en el avión privado en que viajó la ex secretaria de turismo, se encontraron 35 mil dólares sin declarar; que la boda se llevó acabo en el exclusivo y lujoso hotel Santo Domingo sitio en Antigua, Guatemala; que 300 invitados, muchos pertenecientes a la clase política mexicana, degustaron los más refinados vinos, licores y comida.

Seguramente dicha boda no hubiera causado ninguna maledicencia sí hubiera sido protagonizada por una pareja cualquiera de la alta sociedad. Pero lo que causó gran molestia en los corrillos políticos y sociales fue que la boda fuera del hombre que durante casi tres años ha acusado sin pruebas y perseguido con furia casi animal a los opositores del presidente López: el ex director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la SHCP, Santiago Nieto Castillo, quien se casó con la consejera electoral Carla Humphrey. 

Sospechisísmo absoluto no solo por el conflicto de intereses que representaba este matrimonio, sino porque, francamente nadie cree que los sueldos de Nieto Castillo y su esposa hayan sido suficientes para pagar la boda con tanto lujo y boato como la que registraron los diferentes medios de comunicación.

Al igual que Sheinbaum el presidente López controló la crisis pidiéndole, y aceptándole, la renuncia a Nieto Castillo y, para reforzar su mensaje, en un show digno del presidente, desde su púlpito de la conferencias mañaneras hizo leña del árbol caído al  asegurar que en su gobierno no se permitirán “extravagancias” porque eso atenta contra la austeridad republicana.

¿Ustedes creen que el presidente no fue invitado a tan extravagante boda? ¿Creen que él no conocía que su cercano Santiago Nieto se casaría en Antigua, Guatemala, y que sería en el hotel más elegante y lujoso de la ciudad? ¡Claro que sabía!, ¡sabía todo!, pues como él mismo dijo hace varios años: el presidente lo sabe todo, todo. La hipocresía del presidente no tiene límites cuando se trata de controlar la crisis y limpiar la imagen del gobierno federal y de Morena.

Una vez más, los militantes de Morena muestran que no son los políticos limpios y verdaderos que necesita el país para construir un futuro digno para todos los mexicanos. Más bien muestran que están cortados con la misma tijera que los políticos anteriores, a los que dicen aborrecer, pero a los que desgraciadamente cada vez se parecen más.

Para construir un futuro brillante para todos los mexicanos, necesitamos políticos de nuevo tipo que realmente representen los intereses de la mayoría y que resuelvan las necesidades de esa mayoría. Desgraciadamente, esos no son los políticos de Morena.

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