MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Nayaritas damnificados necesitan ayuda lo más rápidamente posible

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El clima ya se está volviendo un problema, y ahora se ve como los fenómenos meteorológicos hacen más estragos en la población; me refiero en concreto a que por varios años seguidos nuestro país ha sido afectado por sismos, huracanes, ciclones, tormentas o por fuertes lluvias.

Ya va para una semana que azotó a Nayarit el huracán Roslyn y nuevamente la zona norte, que comprende Acaponeta, Tecuala, Rosamorada, Tuxpan, Santiago Ixcuintla, Ruiz y Hujicori ha quedado muy afectada.

Jorge Benito Rodríguez, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Nayarit, mencionó: “Estimo que el huracán Roslyn que pegó en el estado el fin de semana, dañó más de 25 mil viviendas. El cálculo, así conservador, estaríamos hablando de 25 mil casas con daños, falta cuantificar los cultivos”.

“El sector eléctrico es el ejemplo de la mayor devastación, se cayó completamente; de Santiago Ixcuintla hacia arriba no hay luz”, agregó.

Se calcula en 800 millones de pesos los daños ocasionados en Nayarit, sin embargo, la suma podría aumentar porque aún hay comunidades a las que no se ha podido llegar por el deterioro en los caminos. (Studio 21 TV del día 28 de octubre).

Aparte de los daños ya señalados, hay otros como los reportados por la diputada local Sofía Bautista quien informó que fueron dañadas más de 200 hectáreas de arroz en Ruiz y El Tamarindo; 50 hectáreas de papaya, en San Vicente; 250 hectáreas de cultivo de plátanos; 400 hectáreas de mango, en Acaponeta; 500 hectáreas de sandía, en Rosamorada; 300 hectáreas de tomatillo, en Santiago Ixcuintla y mil hectáreas de camarón de unos 200 acuacultores de diversos municipios norteños.

La legisladora confirmó que también se perdieron pangas, motores y redes en Rosamorada y desapareció completamente la producción de ostión en Boca de Camichín, municipio de Santiago Ixcuintla”. (Eloccidental.com.mx del 26 de octubre de 2022).

Como se puede ver, el huracán Roslyn dejó muchos daños a la población; hay miles de familias que quedaron con sus viviendas afectadas, muchos postes del tendido eléctrico caídos por lo que dejó miles de personas sin luz; en la agricultura se han perdido muchas hectáreas de cultivos como arroz, sandía, plátano; y también vemos que los pescadores han perdido sus pangas, redes y demás herramientas de trabajo, los productores del ostión han perdido toda su cosecha y los restauranteros también han sufrido cuantiosas pérdidas ya que sus modestas instalaciones desaparecieron en muchos de ellos.

Todos estos sectores de la sociedad salieron damnificados y piden que se les ayude para enfrentar la desgracia y continuar su vida.

Cuatro cosas quiero decir al respecto. Primero, es importante decir que, en estos casos de desastres naturales, el gobierno federal debe de tener un plan para enfrentar estas emergencias (dinero, personal capacitado y materiales), pero lo que se sabe es que el actual gobierno de la 4T no dispone de éste porque el que existía anteriormente, es decir, Fondo de Desastres Naturales (Fonden), lo cancelaron porque según ellos era un saco sin fondo que se prestaba para actos de corrupción. Para el gobierno federal morenista “todo lo pasado es malo, no tiene nada de positivo, solo ellos que también fueron formados en el pasado se salvan, son lo mejor”, y por eso sin mayor análisis y discusión lo cancelaron. Lo cierto es que el Fonden si era un acierto para responder a estos problemas.

Ahora no queda claro de donde se obtendrá tanto recurso si no hay un fondo para tales necesidades y porque el actual gobierno se ha caracterizado por su negativa a realizar obra social porque le da preferencia a sus obras faraónicas y a sus programas prioritarios que solo buscan cómo comprar conciencias y ganar votos.

Segundo, estamos ante un gran problema, la gente en desgracia, que son miles, necesita el apoyo, el recurso para reconstruir su vivienda, negocios y todo lo que perdieron. Tienen razón quienes dicen que los recursos deben de llegar lo más rápido posible a los municipios afectados.

Y es que es aquí donde se presenta el problema, porque si no hay recursos, entonces, ¿Cómo se le hará para enfrentar la situación? Ese es el gran problema. Por el momento, para enfrentar la destrucción de Roslyn el gobierno ha respondido con despensas, colchones y láminas para techos y se ha dicho que hay un fondo con 70 millones de pesos para aliviar el problema. Poco, realmente muy poco para todo lo que salió afectado.

De paso diré aquí que el año pasado el huracán Pamela destruyó casi por completo la carretera de Ruiz-Zacatecas, y a un año de distancia no se ha reconstruido a pesar de que solo queda un carril que dentro de poco también desaparecerá porque las aguas del rio San Pedro lo están carcomiendo por abajo y representa un verdadero peligro para la vida de automovilistas y un grave problema que se presentará ahí si se acaba la carretera porque es la vía que comunica a la zona Del Nayar donde habitan Los Coras y Los Huicholes, además de la comunicación que se tiene con Zacatecas por esta carretera.

Ante tanto descuido, tanta negligencia, ¿por qué no se reconstruye rápidamente esta carretera? ¿No es prioritaria para el gobierno de la 4T? ¿Así se responderá, negligentemente, con los recursos para reconstruir lo destruido por Roslyn en el norte del estado? La negligencia también es tan grave como la corrupción y no se actúa.

Tercero, son varios años seguidos en los que las importantes ciudades de Tuxpan, Tecuala y Acaponeta se inundan por las crecidas de los ríos San Pedro, las Cañas y el Acaponeta generando daños materiales en la población. Se van repitiendo las inundaciones y hasta ahorita no se ha escuchado ninguna propuesta técnico-científica de parte del gobierno estatal ni del federal de cómo se resolverá este problema de los desbordamientos constantes de los ríos. O de plano, ¿Nos debemos de resignar a orar para que cuando llueva no les afecte a las familias de esta zona? La respuesta debe ser no.

Cuarto, los problemas sociales y naturales para resolverlos requieren de dinero y más dinero, y el gobierno se mueve con los recursos que salen de nuestros impuestos, los que damos todos los mexicanos, por lo tanto, exigir que se inviertan recursos económicos en las familias afectadas por Roslyn no es un exceso, no es estar pidiéndoles a los políticos que lo den de su bolsillo, es un derecho de todos los mexicanos por lo que no se deben de regatear y se deben de liberar los recursos económicos necesarios y lo más rápidamente posible.

Finalmente quiero decir que este problema de los daños causados por los fenómenos naturales, al igual que los problemas sociales requiere una atención pronta del gobierno federal y estatal, si el pueblo no denuncia la negligencia y la negativa de resolver los problemas, la situación seguirá empeorándose y el más perjudicado será el pueblo mismo. 

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