MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ni AMLO ni Morena gobiernan para los pobres 

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El discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y del partido Morena, desde su campaña presidencial y hasta la fecha, a tres años y medio de gobernar nuestro país, ha atrapado la atención del pueblo porque ha criticado apasionadamente a los gobiernos corruptos que lo antecedieron y que ya tenían hartos a los mexicanos por los abusos y el saqueo de la patria, ha evidenciado la lujosa manera de vivir de los exfuncionarios del PRI y del PAN, y de los empresarios mexicanos y extranjeros que se enriquecieron al amparo del poder. 

Con el lema de primero los pobres, AMLO trató de hacer creer que eso sería su prioridad; a la mayoría de los mexicanos nos agrada que el gobierno diga que su interés principal está en la gente que siempre ha sido discriminada y explotada; por eso él anunció obras emblemáticas para el pueblo con inversiones millonarias y programas sociales de transferencia monetaria directa para acabar con la pobreza. Todo eso, desgraciadamente, ha quedado solo en eso, en el discurso.

Veamos más de cerca la cuestión. El Gobierno federal invirtió 125 mil millones de pesos en un nuevo aeropuerto en el Estado de México, en la comunidad de Santa Lucía, al que denominó Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), pero gastó 325 mil millones para cancelar el anterior proyectado que estaba previsto en Texcoco, es decir, el nuevo aeropuerto costó 450 mil millones. 

No me voy a detener en la polémica de que se gastó más de lo programado, ni de que solo hay 12 salidas diarias y que resultó un fracaso; me interesa el beneficio que el AIFA dejará al pueblo porque AMLO dijo que se construyó para su servicio; resulta que sólo dos mexicanos de cada 10 usan el servicio de avión, y de los pobres prácticamente nadie lo usa ni usará. 

Los 450 mil millones de pesos o lo que haya costado, no fue un gasto para el pueblo, sino para las clases altas de nuestro país, para ese 20 por ciento de mexicanos empresarios, banqueros y políticos, pero no para los pobres. Con ese dinero se pudieron pavimentar cuando menos 450 mil calles en las colonias y comunidades pobres, invirtiendo un millón por cada una.

El Tren Maya, 1,500 kilómetros de vías por la hermosa e histórica península de Yucatán, tan polémico últimamente por la lucha del Gobierno federal en contra de los artistas de “Sálvame del Tren”: que si atenta contra la naturaleza, que no cuenta con estudios de impacto ambiental, que si el proyecto Xcaret fue más criminal contra la naturaleza y nadie dijo nada; el caso es que el tren se va a hacer porque ya está decidido, con permisos o sin permisos, y de 120 mil millones ya el gasto llegó al doble, a 230 mil millones de pesos.

La misma pregunta, ¿Cuántos pobres, ¿cuánta gente del pueblo realmente va a usar el tren maya? Y la misma respuesta, nadie, si no es para limpiarlo y mantenerlo en buenas condiciones para que los mexicanos y extranjeros de dinero lo usen. Solo el tramo de Cancún a Playa del Carmen de 68 kilómetros, que en camión cuesta 50 pesos costará 800 pesos aproximadamente. El Tren Maya será un tren caro al que el pueblo sólo lo mirará pasar. Con 230 mil millones o lo que cueste el dichoso tren se pudo llevar agua potable a millones de hogares mexicanos que no la tienen.

La Refinería de Dos Bocas, para fabricación de hidrocarburos, gasolinas y diésel principalmente. Sin tomar en cuenta que todos los contratos de obra se han hecho ilegalmente por asignación directa, se supone que el pueblo mexicano debería estar brincando de felicidad porque ya no vamos a importar gasolina de Estados Unidos (EE. UU.), pues México producirá su propia gasolina. Sin embargo, el mexicano que tiene su carrito y le pone 200 pesos a la semana no es el verdadero beneficiario de estas inversiones, sino los transportistas, comerciantes en grande y los industriales, que son los que consumen millones de litros de combustible para mover las mercancías y para mover las máquinas industriales donde se producen 8 mil 900 millones de dólares, 900 millones de dólares más de lo proyectado para beneficio de los más ricos, no para el pueblo pobre sabio y bueno. Mucho se podría hacer para los mexicanos más desamparados con casi 200 mil millones de pesos.

El Tren Transístmico de 304 kilómetros de vía para unir en la zona del istmo de Tehuantepec al Océano Pacífico con el Océano Atlántico, de Coatzacoalcos, Veracruz a Salina Cruz, Oaxaca y de esa manera cruzar vía rápida las mercancías de origen oriental con destino a la costa este de EE. UU. Ocho carriles y dos parques industriales costarán 16 mil millones de dólares, una buena opción para el desarrollo económico de los ricos asiáticos y de los ricos norteamericanos con dinero de los pobres de México, buen negocio para los pobres de México. Para cuántas vacunas alcanzaría ese dinero si se gastara para el pueblo 320 mil millones de pesos.

Y finalmente los mega programas sociales con los que el gobierno le da dinero contante y sonante al pueblo, a los pobres, será el premio de consolación; 400 mil millones para adultos mayores, estudiantes y discapacitados a cambio de dejarlos sin otros importantes apoyos necesarios: sin medicina ni servicios médicos, sin una buena educación, sin agua potable, sin luz, sin drenaje sanitario, sin banquetas y pavimentos, sin seguridad.

Conclusión, Morena gobierna para las clases privilegiadas, no nos engañemos, el pueblo sigue y seguirá sumido en la pobreza y en la miseria, mientras los privilegiados, si no los mismos, pero privilegiados, disfruten del presupuesto de los mexicanos. Urge ensayar otra alternativa para México, una reorientación del gasto público en favor de los pobres, pero en los hechos, no solo de palabra.

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