Con base en los recientes acontecimientos y en las políticas que ha tomado el presidente Donald Trump con nuestro país, he escuchado muchas opiniones que enfocan el asunto solo en el carácter o la personalidad de dicho magnate.
Al pueblo no le conviene tener tal punto de vista, pues eso nos coloca en lo superficial o en una forma simplista de entender los fenómenos y, por lo tanto, nos impide encontrar soluciones certeras a los problemas que sufre nuestra sociedad.
El problema de Estados Unidos es estructural: las decisiones políticas de quienes dirigen esa nación responden a las necesidades del modo de producción capitalista.
El problema de Estados Unidos es estructural: las decisiones políticas de quienes dirigen esa nación responden a las necesidades del modo de producción capitalista.
El modo de producción capitalista nace, según los historiadores más concienzudos, a mediados del siglo XVII, superando así una época artesanal de la producción: aislada e individual, en la que el artesano era dueño de los medios de producción y, por lo tanto, tenía control total del proceso de trabajo, es decir, decidía cuándo y a qué horas trabajar.
Las dos condiciones fundamentales para el nacimiento del capitalismo consistieron en: a) la acumulación de cierta cantidad de dinero en un sector de la población y b) la presencia de un trabajador libre que sólo posea su fuerza de trabajo.
Aquí cabe recordar que, sin medios de producción (herramientas, máquinas y materias primas), no se puede fabricar nada. Debido a esto, quienes han logrado acaparar y mantener en sus manos estos medios pueden obligar a quienes no los poseen a someterse a las condiciones de trabajo que ellos fijen.
A partir de entonces, el capitalismo ha venido evolucionando. Su forma primitiva fue la manufactura, después la mecanización y, en fechas más recientes, la automatización de las máquinas.
¿Qué consecuencias ha traído esta revolución en la industria?
1. Se ha reducido la “parte necesaria de la jornada de trabajo”: el obrero genera su salario en minutos y el resto del tiempo de la jornada laboral pasa a formar parte de la plusvalía, que al final de cuentas se apropia el capitalista. Esto da como resultado la concentración desmedida de riqueza y, a su vez, permite la creación de grandes empresas sin competidor alguno, lo que conocemos como monopolios.
2. Los grandes monopolios generan, por un lado, una gran producción de mercancías y, por otro, crean mucho desempleo por la automatización de la producción. Sumado a los bajos salarios que deben pagar las empresas en el capitalismo, ello impide que la gran masa adquiera las mercancías que estas producen. Tienen, por ende, que buscar nuevos mercados donde vender sus productos y dónde invertir su capital. Por eso se hace necesario traspasar las fronteras, por las buenas o por las malas.
Las dos guerras mundiales son fruto de este desarrollo del capitalismo. Alemania, en la Segunda Guerra Mundial, quiso adelantarse a la conquista del mundo entero (digo adelantarse porque el capitalismo alemán en 1945 aún no alcanzaba el desarrollo que ha obtenido Estados Unidos).
Afortunadamente, la URSS logró derrotar a Hitler. Sin embargo, quienes se han propuesto llegar a ese objetivo son los capitalistas estadounidenses, aun a costa de una tercera guerra mundial en la que ningún ser vivo quedaría sobre la faz de la Tierra.
El fin del capitalismo es ineludible conforme avanza la tecnificación y automatización de la producción, pues esto disminuye la tasa de ganancia de los capitalistas, ya que las máquinas no generan nuevo valor.
El hambre terminará devorando al capitalismo, que es quien acumula la riqueza que les falta a millones de seres en el mundo.
El capital busca adueñarse de nuevos mercados y tener control absoluto de los medios de producción de los países más débiles. Hoy por hoy, esas intenciones se ven con mucha más claridad.
Los trabajadores mexicanos deben, en primer lugar, educarse y organizarse para tomar el poder político en sus manos y frenar la acumulación rapaz de los capitalistas nacionales y extranjeros.
En segundo lugar, con el poder político en sus manos, deben desarrollar las fuerzas productivas, invertir en la educación, la ciencia y la tecnología, la obra pública, la cultura, el deporte y las fuerzas armadas; crear empleos y pagar buenos salarios.
Se necesita una economía fuerte, autosuficiente y diversificada en su comercio con todos los países del mundo, pero equitativa con todos los mexicanos que crean la riqueza. Tal es el país por el que trabaja 24/7 el Movimiento Antorchista Nacional.
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