México ha experimentado a lo largo de su vida constantes cambios que lo llevaron a guerras por la liberación de sus habitantes y para establecer un Estado de derecho pleno. Es así como las instituciones volvieron a la vida social, establecieron el orden y la democracia que hoy ostentamos desde 1920, cuando el país empezó a vivir en cierta paz.
En la búsqueda de una solución para una mejor gobernanza y gobernabilidad, México creó y adecuó un árbitro imparcial para la elección libre, alejado de la influencia del Poder Ejecutivo y de otras instituciones de Gobierno que influían en las votaciones; fue entonces cuando nació el Instituto Nacional Electoral (INE), un ente público autónomo, responsable de que la democracia en el país sea libre.
Sin embargo, a pesar de ser un país democrático, que sentó hace muchos años las bases de gobierno para un buen desarrollo de la nación, hoy, pareciera que retrocedemos ¿Por qué? Eso es lo que todos se preguntarán, y aquí me permito expresar unas cuantas palabras sobre este acontecimiento nacional.
El Gobierno federal, encabezado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pidió al INE convocar a una consulta para la revocación de mandato, que tendrá lugar este 10 de abril. He de decir que esta figura es un procedimiento que se usa para que los ciudadanos, mediante una votación, decidan si destituyen o no a un representante popular de su cargo por pérdida de confianza y deficientes resultados en el trabajo público encomendado y para el que fue electo.
Se supone que la consulta para la revocación de mandato es un método por el cual la ciudadanía puede evaluar al representante en cuestión.
Sin embargo, los métodos por los que se ha activado la actual revocación de mandato, solicitada directamente por López Obrador, han despertado las sospechas de propios y extraños, pues, aunque se hayan recaudado las firmas necesarias para activar el procedimiento, el INE demostró que estas presentaron bastantes irregularidades. Las firmas en cuestión eran de votantes ya fallecidos, o de cosas que no tienen ninguna personalidad jurídica.
Estarás de acuerdo conmigo, querido lector, que hasta aquí ya empieza mal y los responsables son Morena y López Obrador que insisten en este ejercicio democrático.
Los estudiosos del derecho hablan de pros y contras de la figura de revocación de mandato. Me permito enumerar algunos de ellos: argumentan que es un ejercicio de la soberanía popular, porque les permite a las autoridades reconocer que el poder emana del pueblo, pero en este proceder que el país experimenta, no se ve ejercida la soberanía popular porque la gran mayoría de ciudadanos no firmaron para solicitar y respaldar esa consulta.
Y aquí, surge una duda, ¿Cuál es la verdad tras esta consulta? ¿Hacernos creer que importa la voz social, cuándo el país vive una de las peores inflaciones? Ahora, se dice que esta práctica permite tener cercanía con la gente ¿pero, no sería más recomendable investigar las necesidades apremiantes, como la educación? ¿Qué hay de los niños que se han quedado sin el programa de Escuelas de Tiempo Completo? ¿El sistema de salud cada vez más deteriorado? ¿Por qué hay dinero para una consulta popular inútil, y no para los enfermos de cáncer? Todo esto es una pantalla para hacernos creer que se escucha la voz de un pueblo ignorado, y creernos la faramalla que en México ejercemos la soberanía los de abajo.
La doctrina, cuando habla de contras, dice que estos procesos son contraproducentes porque polarizan a la sociedad, la destruyen, pues los afines al actual gobierno engañan con prebendas a los ciudadanos. Todo esto no pasa sólo en papel, sino que se busca que la gente vote por el mismo dinero de sus impuestos. Lo que parece más desvergonzado es el gran costo que traerá esta actuación de Renegación Nacional, porque una consulta de este tipo, cuesta millones de pesos que se podrían invertir en la economía del país.
Esta revocación de mandato no está pensada ni diseñada como un verdadero ejercicio democrático, sino como una forma de tapar los errores que ha cometido el Gobierno federal con Andrés Manuel López Obrador como presidente. Pensando que nos hace tontos, porque esta figura está hecha para última instancia, cuando todas las instituciones democráticas han fallado y no hay otra salida.
Por todo esto, es que te invito a que no salgas a votar este 10 de abril por la revocación de mandato, porque es una mentira disfrazada de buenas acciones. Lo que debería hacer López Obrador es dejar de jugar con la soberanía popular y realizar lo que prometió, pues sus palabras se las ha llevado el viento, pero sus hechos están quedando plasmados en la historia del país, y su legado será, el del mequetrefe que quiso taparle un ojo al macho.
Tú tienes la última palabra, tú decides el futuro de México y por todos. No lo olvides, compatriota.
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