MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Nueva nacionalización de la energía eléctrica?

image

El 27 de septiembre de 1960, cuando solo el 44 por ciento de la población mexicana contaba con energía eléctrica en sus hogares, el entonces presidente de la república, Adolfo López Mateos, anunció la mexicanización o nacionalización de la industria eléctrica, pues hasta entonces, existían empresas extranjeras a las que se les habían otorgado concesiones, algunas desde el porfiriato, por parte del Estado mexicano, para vender este servicio en el territorio nacional.

Una de estas empresas era la canadiense The Mexican Ligth and Power Company, cuyo nombre en español era Luz y Fuerza Motriz, que luego de la nacionalización pasó a manos del gobierno, con la que se conformó la compañía Luz y Fuerza del Centro que, junto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), creada en 1937 por el presidente Lázaro Cárdenas, se convirtieron en las dos únicas empresas del Estado mexicano encargadas de conducir, abastecer y generar energía eléctrica en el país.

En 2013, ya con Luz y Fuerza, extinguida cuatro años antes, el presidente en turno, Enrique Peña Nieto, impulsó una nueva reforma en materia energética, con la cual el sector eléctrico se volvió a abrir a la iniciativa privada, prometiendo que esto reduciría los precios de la electricidad para los mexicanos y que se aprovecharía de mejor manera la tecnología y la experiencia de las empresas particulares, a las que se les permitió celebrar contratos con la CFE para instalar o gestionar la infraestructura de transmisión y distribución de energía eléctrica de manera conjunta.

El actual presidente Andrés Manuel López Obrador ha cuestionado en innumerables ocasiones, por considerar que fue una traición a los mexicanos y una entrega de nuestros recursos a las empresas extranjeras. De manera reiterada ha acusado de malas prácticas y de corrupta la actividad de uno de los consorcios españoles beneficiados por esta reforma: Iberdrola, que probablemente sea la empresa generadora de energía eléctrica más grande del mundo, con mucha presencia en Europa, Estados Unidos y América Latina, particularmente en Brasil y México.

En este contexto se enmarca el anunció realizado, en plena Semana Santa, por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sobre que su gobierno, a través de la Secretaría de Hacienda y la CFE, compró 13 plantas generadoras de electricidad a Iberdrola, por un monto total de casi seis mil millones de dólares, un acto que el propio AMLO calificó como “una segunda nacionalización de la industria eléctrica”, pues según su propia visión, con este hecho se asesta un duro golpe a la reforma peñanietista y se rescata a la propia CFE. Es importante destacar que estas plantas representan cerca del 80 por ciento de la inversión que la empresa española tenía en territorio mexicano.

En opinión del maestro en Políticas Públicas por la London School of Economics, Óscar Ocampo, quien es coordinador de Energía y Medio Ambiente, del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), no hay ninguna nueva nacionalización en este hecho, pues lo único que está pasando es que 13 plantas de generación eléctrica pasarán de una empresa particular a otra empresa del mismo tipo.

Una de las razones principales que encuentra el investigador Óscar Ocampo del por qué la empresa española decidió vender estas plantas generadoras de electricidad, es el cambio de rumbo en los negocios de Iberdrola a nivel mundial, pues en estos momentos está instrumentando un nuevo plan comercial anunciado en noviembre pasado, con el que busca desinvertir en infraestructura que utiliza gas natural, por ser ampliamente contaminante, para aumentar su capital en energías renovables o relativamente menos dañinas para el medio ambiente, con la intención de colocarse a la cabeza de este sector de la producción en un plazo de tres años.

Y es que 12 de las 13 centrales vendidas, generan energía eléctrica a través de gas natural y vapor, por lo que la comunidad científica las considera "centrales fósiles”, la mayoría están ubicadas en el noreste del país, principalmente en Nuevo León y Tamaulipas; además, dentro del paquete de venta se encuentra un pequeño parque eólico ubicado en Juchitán, Oaxaca, es decir, que produce electricidad utilizando la fuerza del viento, energía renovable.

Quizá por este simple hecho parece quedar claro que el beneficio principal no será para el país, como ha dicho el presidente López Obrador, sino para esta poderosa empresa transnacional, a la que tanto ha fustigado en su sexenio y que simplemente ve reintegrada su inversión para trasladarla a otra parte del mundo.

Otra razón por la que el investigador y experto en materia energética considera que la “nueva nacionalización del sector eléctrico” es otro embuste propagandístico de la 4T, es el hecho de que varias de las plantas que ahora vende Iberdrola, solo tenían permitido venderle electricidad a la CFE, es decir, le maquilaba el producto al gobierno, por lo que no es del todo cierto que ahora el control de la paraestatal sobre el mercado eléctrico se vaya a expandir, como dice también el presidente López Obrador, pues en los hechos mucha de la energía que producía la empresa española era distribuida por el propio gobierno.

 En el podcast “El café de la mañana”, de grupo Reforma, del miércoles 12 de abril, los panelistas indicaron que aunque el presidente López Obrador anunció que la compra de la 13 plantas generadoras la realizó el gobierno, en realidad, ésta se hizo a través de una fideicomiso que maneja la compañía Mexican Infrastructure Partners, integrado por capital privado e inversión pública, es decir, otras empresas particulares, además de la CFE, intervinieron en la compra y no queda claro cuánto de los seis mil millones de dólares de la inversión proviene del sector público, por lo que es de esperar que muchas otras empresas privadas obtengan jugosas ganancias de la producción eléctrica de las plantas que pertenecían a Iberdrola.

Una conclusión de este hecho es que legalmente la transacción se hizo entre empresas privadas. Realmente lo único nuevo es que ahora las centrales eléctricas serán operadas por personal de la CFE, pero la relación comercial entre estas y la CFE seguirá siendo la misma que antes, puesto que no son propiedad de la paraestatal ni del gobierno.

Por todo lo señalado se puede concluir que no hay tal segunda nacionalización, como la que ocurrió en la época del presidente Adolfo López Mateos, pues aunado a lo ya mencionado, en el país sigue siendo plenamente posible que el llamado mercado eléctrico mayorista sigue en pie y goza de cabal salud, las empresas privadas que recibieron concesiones tras la reforma energética siguen operando de forma regular y sigue siendo posible que cualquier empresa obtenga un permiso para instalar una planta generadora de electricidad en el país si cumple con los requisitos legales correspondientes.

Actualmente, el 30 por ciento del mercado de la energía eléctrica sigue en manos de particulares y, por lo tanto, no se ve que en el mediano plazo los altísimos costos de la luz eléctrica que golpean duramente los bolsillos de la población de menores ingresos y con problemas para acceder a empleos bien pagados vayan a disminuir drásticamente como tantas veces lo ha prometido el presidente López Obrador y los integrantes de su partido, antes bien, como el precio de la electricidad y otros combustibles se incrementa sin freno alguno. 

Estamos, pues, ante un nuevo engaño, ante un nuevo acto de propaganda del gobierno que intenta pintarnos la realidad de forma que mejor les convenga al presidente López Obrador y pandilla. Grandes cambios de palabras para que en los hechos todo siga igual que antes.

El pueblo trabajador mexicano debe salir de la confusión, el engaño y la ilusión sembrada por Morena hace cuatro años, es necesario que despierte su conciencia y se haga claridad del verdadero carácter engañoso de este gobierno, para comprender cabalmente que los grandes males del país no podrá corregirlos un solo hombre iluminado, sino que tales cambios sólo podrán realizarlos los propios trabajadores del campo y de la ciudad organizados y con todo el poder efectivo en sus manos. Organizar, concientizar, agitar y propagandizar en contra del régimen político y económico imperante, esa es la tarea del momento de los que buscamos un país mejor para los más humildes.
 

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más