Durante una entrevista de prensa en julio de 2021, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa declaró: “Los enemigos ahí están: la pobreza, la falta de salud y de oportunidades. Yo… hago política de altura (sic). Algunos quieren llamar la atención haciendo politiquería, pero lo que vale son los resultados hacia abajo para la gente”. En algo tuvo razón el junior Murat: lo que vale de los gobernantes son sus resultados con la gente y, sobre todo, el cumplimiento cabal de los compromisos que hacen en su campaña electoral.
Así que, tomándole la palabra, compartamos algunos de los hechos de su balance en Oaxaca, y lo haremos con base en cifras oficiales: Oaxaca es uno los tres estados del país con más pobreza, ya que esta afecta al 61.7 por ciento de su población. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), ocho de los 15 municipios más pobres del país son oaxaqueños, encabezados por San Simón Zahuatlán, en la Mixteca.
Oaxaca es una de las entidades del país con más conflictos sociales debido al alto grado de pobreza. Actualmente hay 308 conflictos agrarios, de los cuales 25 son de alto riesgo porque, con frecuencia, los pobladores se arrebatan la vida sin que las autoridades hagan algo para detener los asesinatos. Otro flagelo es el hambre, que pega a 477 mil niños entre 0 y 17 años, de los cuales 35.9 por ciento no tienen ni siquiera un solo platillo al día.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) aplicó en el periodo de 2018-2020, el crecimiento económico fue de entre 7.1 y 12.8 por ciento en los hogares del área rural, y del cero por ciento en los de las zonas urbanas. El 40.7 por ciento de la población considera que la inseguridad es un grave problema; y Oaxaca es uno los cinco estados que concentran el 48 por ciento de los feminicidios.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) informó recientemente que hay cinco grupos criminales con operaciones de lavado de dinero. En los tres primeros años del gobierno de Murat Hinojosa, los homicidios dolosos aumentaron de 805 a mil 39 y Oaxaca ocupa el tercer lugar en feminicidios a nivel nacional, con una tasa de 0.6 casos por cada 100 mil habitantes, por encima de la media nacional.
El gobernador ha sido relacionado con varios fraudes multimillonarios, entre ellos uno por cinco mil millones de pesos (mdp), derivado de la cancelación del proyecto inmobiliario con la empresa Tera Realty. En 2019, su gobierno pagó 270 millones 388 mil 621 pesos en publicidad, monto equivalente al 95 por ciento de su gasto en turismo, el ramo de servicios de mayor dinamismo en la entidad.
Todas las cifras antes citadas, además de las de salud y vivienda, no aprueban la gestión de Murat; y desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegó al Palacio Nacional se ha acomodado a sus caprichos para protegerse del futuro próximo, aunque hay quienes difunden que quiere colarse al gabinete morenista para que, si los astros políticos se le alinean, meterse a la lista de los presidenciales de 2024.
Sí, el gobernador Murat está jugando su última carta, mediante la entrega de Oaxaca a Morena, para sobrevivir políticamente. AMLO ha visitado la entidad en 28 ocasiones y el gobierno local se ha colocado de tapete para ver cómo se desarrolla una de las obras emblemáticas: el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Es vox populi que Murat se ha colgado de las obras federales para engañar a los oaxaqueños, pero su falta de resultados está a la vista. En fecha reciente, el gobernador se mostró soberbio e indiferente ante manifestaciones de protesta de cinco mil y 10 mil personas, que, lideradas por el Movimiento Antorchista y Dimas Romero, le pidieron que cumpla sus compromisos para construir varias obras de infraestructura social.
Hoy vemos que el cariño de AMLO hacia los pobres de Oaxaca no es gratuito; y que su objetivo radica en asegurar la conclusión del Corredor Interoceánico y algunas super carreteras. Murat Hinojosa se ve como un modelo de gobernador; pero las protestas de inconformidad social y los bloqueos callejeros urbanos y caminos rurales son la mejor muestra de la realidad al respecto.
Los oaxaqueños saben bien que Oaxaca empeoró en los seis años pasados; y que con el gobernador que llegará, seguramente de Morena, los malos gobiernos pasarán de la sartén a la lumbre, ya que las elecciones solo son un cambio de estafeta.
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