*Familias Tuxtepecanas denuncian precariedad en sistema de salud; siguen esperando servicio de atención “como en Dinamarca”.
Desde el pasado 10 de julio, trabajadores del hospital general de San Juan Bautista Tuxtepec “60 camas”, iniciaron un paro laboral denunciando que los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) no dan solución a planteamientos de las carencias materiales que persisten en el hospital.
Y así, los días han pasado y nada se escucha de que haya avances en cuanto a la solución, por ello, las manifestaciones se han replicado en otros centros de salud en municipios vecinos donde también, por medio de pancartas, los trabajadores de este sector manifiestan la falta de infraestructura digna, de medicamentos y de instrumentos básicos como termómetros, guantes, jeringas, etcétera.
“Hacemos de conocimiento que estamos laborando bajo condiciones precarias, ya que no contamos con infraestructura adecuada, material de curación y equipo médico necesario, así también, tenemos un gran desabasto de medicamentos y falta de recurso humano para la atención de pacientes…”, se lee en una lona colocada en la entrada del hospital.
Esta situación es reafirmada por los usuarios de los servicios de salud quienes manifiestan gran inconformidad por la mala atención recibida. Un ejemplo claro es el de Omar Gonzáles, quien en entrevista dijo que las huelgas del sector salud son necesarias porque realmente no existen condiciones laborales para trabajar y para que los pacientes sean atendidos como quisieran.
“Pero cuando venimos, nos dan cita, pero no hay medicamentos; por otra parte, el personal es insuficiente porque aquí viene gente de comunidades vecinas como Jalapa de Díaz, Chiltepec, Ojitlán y se vuelve muy complicado atender a tanta gente. Se habla de la construcción de un nuevo hospital que prometió el presidente de la república, pero si no remodelan y equipan los que ya tenemos, no sabemos cómo será si nos ponen otro”, comentó.
Es así como los oaxaqueños, como don Omar Gonzáles, siguen esperando un sistema de salud de primer mundo, como el de Dinamarca, que prometió el gobierno de la 4T hace cinco años y que, lamentablemente, aún continúa en promesas.
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