Desde la fundación de la colonia Fraternidad Antorchista, hace dieciocho años, comenzó la lucha por sus necesidades esenciales. Una de las principales demandas era un acceso pavimentado, ya que la terracería, en tiempos de lluvia, se vuelve un camino lleno de lodo y baches que pone en riesgo a quienes transitan a pie, en moto o en bicicleta.
La unión y la organización son la única garantía para que la población trabajadora sea escuchada y sus demandas atendidas.
En temporada seca, el polvo y los baches hacen el trayecto igualmente complicado. Pese a años de gestiones, las administraciones anteriores del municipio de Othón P. Blanco y del estado no ofrecieron respuestas favorables, argumentando que al ser una colonia irregular, no era posible invertir en ella.
No fue sino hasta la administración de Yensunni Martínez que se etiquetaron poco más de 11.5 millones de pesos para pavimentar 1.7 kilómetros con asfalto.
Hoy, en su segunda administración, se nos ha confirmado que la obra es ya una realidad. Este logro es una prueba de que la unión y la organización son clave para que las autoridades escuchen las necesidades de la población trabajadora.
La presidenta municipal Yensunni Martínez ha demostrado que cuando existe sensibilidad hacia las necesidades del pueblo, se pueden encontrar soluciones. Esta obra marca un precedente, evidenciando que las colonias irregulares no deben quedar abandonadas.
Las autoridades de todos los niveles deben recordar que muchas familias sólo buscan un lugar digno para vivir.
Reiteramos nuestra disposición al diálogo y a continuar trabajando en el resto de las demandas que aún existen.
Invito a mis compañeros de la colonia Fraternidad Antorchista a mantenerse unidos en la lucha por mejores condiciones. Hoy hemos logrado un avance significativo, pero queda mucho por hacer, y con Antorcha siempre tendremos apoyo para alcanzar nuestros objetivos.
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