Como todos saben o por lo menos así debería ser, los programas electorales de los cuales hoy se difunde como idea innovadora, no nacieron con el gobierno de López Obrador, llevan bastantes administraciones y distintos partidos promoviéndolos y sus resultados no solo no mejoraron las condiciones de vida de los miles de mexicanos beneficiarios de los mismos, sino que los ha vuelto sumisos, atenidos y aún más vulnerables, y puedo añadir sin exagerar que peor a lo que sucedía en años anteriores debido a que el manejo de los mismos, si bien es cierto, siempre se ha ocupado con fines de acarrear votos para tal o cual candidato, es evidente que la actual administración lucro vil e inhumanamente con el erario de la nación, así es opinión pública, tenemos que comenzar por aclarar como ya mencioné antes lo que a la vista de todos pareciera evidente, pero que en realidad se oculta bajo la necesidad de quienes no tienen un empleo fijo, y por ello, son las más visibles víctimas de la compra de conciencias que es lo que busca el sistema actual, para lo que doy tres argumentos.
Tiene que quedar claro estimado lector, que los programas sociales de las anteriores administraciones, las actuales y las futuras, todas y cada una de estas inversiones que se realizan, no salen del bolsillo de tal o cual presidente, sino precisamente de la recaudación fiscal a la que contribuimos en gran medida los mexicanos, por lo que es un error flagrante agradecer en particular a quien le toca fungir como administrador de la riqueza social que generamos todos y cada uno de nosotros como ciudadanos, es decir, que no nos hace un favor al hacernos entrega de apoyos sociales (65 y más, Insabi, Becas Benito Juárez, Sembrando Vida, etc.) solo se nos regresa como ciudadanos parte de lo que por derecho nos corresponde, en estricto sentido el presidente es tan solo el encargado de que una parte de la riqueza nacional se nos devuelva.
Como ya lo mencioné, en lo que lleva de gobierno López Obrador, fue evidente el uso de los programas sociales y sumaré aquí las propias vacunas contra covid-19, pues los encargados de levantar las listas de dichos programas (siervos de la nación) fueron exhibidos no una, sino muchas veces explicando a la población que había que votar por los candidatos de Morena donde tuvieron candidatos, y en donde la conveniencia fue más favorable para sus aliados, como lo fue en el caso del partido Verde. Por otro lado, para continuar recibiendo los programas de ayuda (de ya sabes quién) se entregaron apoyos acumulados, partiendo desde los $7500 pesos por adelantado, abierta y descaradamente en pago del voto de quienes recibieron dicha cantidad, algo muy similar ocurrió con las vacunas por lo que se buscó inmunizar a un gran número de mexicanos unas semanas antes de que se realizara la elección del pasado 6 de junio, pero que al concluir las mismas se volvió a ralentizar la vacunación de los mexicanos, pues ya no es necesario quedar bien con los votantes, prueba de ello, es la necedad del presidente en que los jóvenes regresen a clases lo más pronto posible aunque ello implique un riesgo que como siempre sufriremos quienes no tenemos para curarnos y se pagará aumentando la cifra de muertos que a la fecha de hoy rebasa los 250 mil descensos.
Al entregar apoyos económicos a las familias más pobres aunque no sea muy evidente para algunos, pretenden hacer creer que reciben una ayuda del gobierno, esa ayuda económica no está dirigida a combatir la pobreza como tanto se vocifera desde palacio nacional, sino a beneficiar a los dueños de los productos, ya que las personas que reciben los apoyos del gobierno son simples consumidores y no productores, por lo que terminarán gastando ese dinero y quedaran justamente igual que antes de recibirlo, pues la necesidad es tan grande y son bastantes las carencias que en caso de enfermarse y no contar con un sistema de salud digno gastarán eso y más sin contar la elevación desmesurada de los productos por los cuales se paga hoy mucho más que en el 2018 cuando López Obrador tomó la presidencia de la república.
Queda claro, pues que es urgente que los mexicanos pobres comprendan hoy más que nunca, que los apoyos que se reciben son solo una mínima parte de lo que realmente nos corresponde, como ejemplo están las personas de la tercera edad quienes han trabajado durante mucho tiempo para poder gozar de una vida más cómoda llegado el momento de su vejez, y no es así, somos los obreros, campesinos, amas de casa y profesionistas que hoy son atacados por el simple hecho de pensar de manera diferente quienes movemos y de quienes depende que se produzca la riqueza social y encaminarnos de esa manera a redireccionar las políticas asistencialistas a una sociedad más justa y más equitativa que la que hoy vivimos, donde dejemos de preocuparnos por qué vamos a comer mañana, qué haremos en caso de una enfermedad o qué sucederá en caso de no encontrar un empleo o perder el actual.
La única alternativa es organizarnos todos aquellos que hoy sufrimos y padecemos alguna de las cuestiones planteadas, para buscar que no se nos den migajas, campesinos, obreros, madres solteras, todos aquellos que padecen enfermedades crónicas que hoy no pueden curarse, desempleados, comerciantes informales, estudiantes y profesionistas, por un cambio en beneficio de las mayorías, de lo contrario el constante crecimiento de pobreza continuará agravándose, luchemos juntos por empleo para todos, salarios más justos, una política fiscal progresiva y una reorientación del gasto social que beneficie a todos y no solo a unos cuantos, eso es lo que propone el Movimiento Antorchista.
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