Estimados lectores, antes que nada, reciban un caluroso abrazo y mis mejores deseos para que, en este año 2025 que comienza, enfrentemos con éxito los retos, por los problemas que se prevee se agudicen en nuestro país.
El sistema educativo en México viene a menos y quienes están pagando las consecuencias son nuestros estudiantes, que son el presente y futuro de México.
El pasado mes de diciembre el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) citó el último informe del Programa Internacional para el Seguimiento de los Alumnos (PISA), donde México resultó con un desempeño mucho más bajo que la media de los 38 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), colocándose en el antepenúltimo lugar:
“En México los jóvenes no alcanzan el puntaje mínimo. En matemáticas, México retrocedió a niveles similares a los del 2003, menos 24 puntos en comparación con 2009, y de menos 14 puntos en comparación con 2018” (IMCO, 27 diciembre de 2024).
¿Qué está sucediendo con la educación de nuestros niños y adolescentes en México? ¿Cuáles son las causas de estos pésimos resultados? Los mexicanos estamos enfrentando las consecuencias de las malas decisiones del régimen de la 4T.
En el sistema educativo hoy estamos padeciendo las consecuencias de estos errores que impactan negativamente en el aprendizaje de nuestros hijos.
Todos recordamos a las últimas titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP): la texcocana Delfina Gómez Álvarez, quien tuvo un mal desempeño, dejando a las escuelas en peores condiciones de infraestructura y quien suprimió las escuelas de tiempo completo, con las que se apoyaba a 3.6 millones de niños en condiciones de pobreza en México, esto por decir lo menos; y a Leticia Ramírez Amaya, quien, a la pregunta que le hiciera una periodista en una entrevista ¿cómo va a aprender un niño las matemáticas en segundo de primaria?, después de titubear unos segundos, solo respondió “no podría contestar eso”.
Y recordemos también al director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, que por cierto era parte del primer círculo de influencia en la Presidencia de la república, quien declaró que “leer por goce es un acto de consumismo”, o sea que este señor en medio de su ignorancia, como mencionó el maestro Aquiles Córdova en uno de sus artículos, “llamaba a echar al basurero toda la creación literaria de la humanidad, y cuyos criterios semejaban con los de Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, el que ordenó en Alemania quemar las obras de los autores consagrados que no abonaran a la ideología racista y genocida del Tercer Reich. Su objetivo era colocar una venda sobre los ojos del pueblo para conducirlo dócilmente a donde los poderosos quieran”.
Los dichos de Marx Arriaga dejaron al descubierto el sentir y actuar de este gobierno, cuyas consecuencias estamos padeciendo con los pésimos resultados que ahora vemos.
La intención de este gobierno no es formar personas con un criterio independiente y libre, capaces para desempeñarse adecuadamente en el trabajo y en la vida, sino adoctrinar a la niñez y juventud en el credo de la 4T. Fueron sustituidos los libros de texto, por considerarlos “neoliberales”, por unos textos elaborados sobre las rodillas, sin ningún rigor académico, sin haber pasado pruebas como en sistemas educativos serios, sin probar su eficacia ni formación docente.
El gobierno ha ido barriendo de un plumazo otros referentes que evaluaban la educación que se imparte en las escuelas de nuestro país, como el Instituto de Evaluación de la Educación (INEE) y el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) de la Unesco.
La 4T no está dispuesta a someter su mal desempeño en educación a la crítica demoledora de la evaluación. Recordemos que rechaza todas las pruebas estandarizadas que comparen el desempeño entre regiones, además de las pruebas que exhiban el mal desempeño en contraste con otros países del mundo.
Recordemos también que por poco México queda fuera de la aplicación de la prueba PISA 2025, que tuvo que gestionar de última hora por las críticas que recibió.
El sistema educativo en México viene a menos y quienes están pagando las consecuencias son nuestros estudiantes, que son el presente y futuro de México, quienes no están recibiendo las herramientas para enfrentarse a un país, a un mundo que exige de individuos preparados, que sepan de ciencia, de tecnología.
Prestigiados analistas señalan que hay un retroceso de diez años. Nos estamos hundiendo cada vez más en una debacle educativa, en un sistema educativo incapaz y deficiente, que nos está llevando inevitablemente a una mayor desigualdad social. México no puede permitir que esto suceda, debemos exigir educación de calidad para nuestros hijos.
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