Estamos unas horas para la realización de la “Consulta de Revocación de Mandato”, ejercicio que se presume como democrático y que ha sido elevado a rango constitucional, pero que no fue resultado de una exigencia ciudadana en México, sino que es parte de las iniciativas impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como parte de la estrategia pensada para mantenerse siempre en campaña a pesar de que se ha demostrado al gobierno de la transformación de que es un trámite innecesario, inútil y que contradice el discurso de austeridad.
Quienes acudieron a votar en 2018 por el candidato de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo hicieron para un periodo gubernamental de seis años con la esperanza de que en este lapso López Obrador cumpliera todas sus propuestas o promesas de campaña que fueron muy atractivas, que convencieron, pero ahora el mandatario en funciones se empeña en que la ciudadanía acuda a “opinar” para que siga en el poder o se vea obligado a dimitir.
La consulta popular es una de las acciones inútiles que puso de moda el presidente AMLO, para muestra baste citar la consulta que se hizo para enjuiciar a los expresidentes de México el pasado 1 de agosto; se gastaron 500 millones de pesos, un desperdicio del erario justificado con el señuelo de que su gobierno lucha contra la corrupción como el principal problema del país.
Recordemos que con la consulta se pretendía que todos dieran el “Sí” para investigar los supuestos crímenes cometidos por los titulares del ejecutivo en los sexenios que abarca desde Carlos Salinas de Gortari, hasta Enrique Peña Nieto causando críticas de amplios sectores que consideraron que la acción aparentemente democrático era una burla al pueblo de México “porque la ley no se consulta, sino que se aplica”.
Los expresidentes han sido figuras muy útiles para el morenista porque los puede culpar de todas sus incapacidades para gobernar y más que hizo creer que a su llegada todo cambiaría, pero pasó todo lo contrario, hoy se da cuenta del incremento de la pobreza, de la inseguridad y el desempleo dando al traste con la esperanza en la 4T.
Pero la medida dio resultados positivos, él lanza el mensaje de encabezar un gobierno incluyente que toma en cuenta la opinión pública mientras se mantiene en activismo político y de paso culpa de su incapacidad a los neoliberales del pasado
Sin embargo es bien conocido que su administración es profundamente centralista de los recursos públicos, y del poder a la vez muy conservadora, en cuanto a las decisiones trascendentales, lo demás es puro cuento.
Ya han pasado cerca de nueve meses y ya se ha olvidado de este propósito, ahora vivimos una nueva etapa para fortalecer su proyecto político con el respaldo de quienes reciben las becas del bienestar que están contentos con AMLO, la mayoría de ellos están dispuestos a seguir soportando los errores y excesos que a diario está buscando a quien culpar de su fracaso.
Pero ¿qué pasará después de la Consulta de Revocación de mandato?
AMLO es un político hábil, que sabe como mantenerse en el imaginario de la gente, por eso ha construido un discurso con el que el pueblo se identifica y ha explotado el recurso de las consultas a su favor y después del 10 de abril e independientemente del resultado que se obtenga, seguramente veremos a un presidente más represor e insoportable abusando de la tribuna presidencial, pero por otra parte habrá de concretar su anhelo: desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE) y remover a los funcionarios del organismo autónomo para poner en su lugar a sus incondicionales, terminando así con una etapa de la democracia mexicana, estemos atentos.
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