A finales del año pasado, las organizaciones campesinas que conforman Fuerza Guerrerense le pidieron al gobierno del estado, que encabeza la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, que destinara más recursos para financiar las actividades en el campo, pues durante las administraciones pasadas, y la anterior inmediata, en lugar de incrementar los montos cada año, los disminuían.
Sin embargo, no había ninguna señal de que Salgado Pineda tuviera intenciones de atender la demanda de los campesinos, por eso, al entrar el año 2022, fue necesaria una serie de movilizaciones para recordarle a la mandataria estatal las promesas que hizo como candidata y cuando tomó posesión del cargo; eso que prometió de cambiar la política hacia la actividad agropecuaria e instruir al titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Estado de Guerrero (SAGADEGRO), Jorge Peto Calderón para que atendiera la demanda de los campesinos.
En enero, la gobernadora firmó un convenio con la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero para que productores de Guerrero accedieran a créditos de hasta 150 mil pesos. Desafortunadamente, en Guerrero y en todo el país, persiste la diferencia entre los propios productores del campo porque no todos los campesinos ni ganaderos tienen acceso a los créditos, el beneficio alcanza sólo a aquellos que tienen cierta solvencia económica y están en posibilidades de ofrecer alguna garantía del monto que van a recibir; en cambio, para el pequeño productor agrícola o ganadero adquirir un crédito es prácticamente imposible.
En el estado hay un buen porcentaje de pequeños productores que siembran una superficie menor a una hectárea, cuyo producto, casi exclusivamente es el maíz, y al levantar su cosecha la destinan, en su mayoría, para el autoconsumo.
La tierra que siembran es casi siempre prestada o rentada, y eso ha sido una limitante para ser beneficiarios de algún programa de gobierno por falta de un documento oficial que acredite la posesión de la parcela. Esta clase de campesinos son ignorados por ambos niveles de gobierno, pues ni siquiera pueden inscribirse en el programa del fertilizante para recibir los seis bultos que el Gobierno federal les otorga, por la falta de este requisito.
Estos son los campesinos que, al ser ignorados por las autoridades gubernamentales, no tuvieron otra alternativa que salir a las calles de la capital y plantarse en las oficinas de la Secretaría de Agricultura estatal, sólo así lograron algunos compromisos del secretario, los cuales se cumplieron a cuentagotas y no al 100 por ciento de la demanda; además, a destiempo.
Hay que reconocer que la Sagadegro dio semilla mejorada y de buena calidad, pero en un momento en el que el periodo de siembra ya había pasado; todo mundo sabe que para la agricultura hay tiempos a los que el campesino tiene que someterse. La dependencia estatal entregó semilla de maíz, cuando ya el campesino tenía su cultivo de más de un metro de altura. La secretaría trabaja pues, con la intención de no apoyar a este sector.
A estas fechas de septiembre, es hora que la dependencia aún no entrega el fertilizante que prometió a los productores. Seguramente cuando lo quiera entregar, los campesinos ya estarán cosechando, con una producción muy raquítica por la falta del insumo. Esta actitud es una burla a los pequeños productores agrícolas guerrerense y con claras intenciones de no darles nada.
Este 2022, el Gobierno del estado destinó para el campo 386 millones de pesos, el pasado martes 6 del presente mes, a cuatro meses de que finalice el 2022, La gobernadora del Estado Evelyn Salgado Pineda entregó apoyos para impulsar el desarrollo de la agricultura y la ganadería, pero sólo en la región centro del estado, son siete regiones en Guerrero, por un monto de 11 millones, es lo más significativo de los apoyos, pero representa el 2.9 por ciento del monto total, en cambio, le dieron tanta propaganda a este evento como si estuvieran echando la casa por la ventana.
Los apoyos consistieron en fertilizante químico y orgánico para maíz, asimismo, árboles frutales, desgranadoras, aspersores y rollos de alambre. A los ganaderos les dieron 44 sementales bovinos, bestias mulares y lechones. Según datos oficiales, fueron 4 mil 580 agricultores y productores ganaderos de la región centro del estado, los beneficiarios; lo cual significa que a cada agricultor y ganadero le tocó la cantidad de 2 mil 401 pesos.
Así es como el gobierno de la 4T en Guerrero apoya al campo. Con esa cantidad, nunca será suficiente para sacar de la pobreza a los productores agropecuarios del estado.
El asunto es que el discurso es una copia exacta de lo que todos los días repite el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras. Que los apoyos son directos a la gente, no más intermediarios; la gobernadora dijo textualmente: “nunca más un apoyo politizado ni condicionado para el campo, todo de manera directa y sin condiciones”, discurso que la gente se las creé, debido a la falta de educación política de la población, pero la realidad es que los gobiernos emanados de Morena tienen un control del padrón de campesinos que han solicitado diversos apoyos e incluso hasta los investigan y si les conviene les dan el visto bueno, con la respectiva terapia y condicionamiento para hacerse merecedor de las miserias.
Esas dádivas de ninguna manera son apoyos para desarrollar la producción agropecuaria del estado, son compra de voluntades y están muy lejos de ser una inversión al campo guerrerense. Es el momento de que los campesinos organizados den una autentica lucha por reclamar sus derechos. El gobierno, no importa el color, tiene una deuda histórica con los campesinos mexicanos, es hora de que los campesinos se cobren, cambiando la clase política que ostenta el poder junto con su modelo económico neoliberal, para ello, debemos de crear el instrumento que necesitamos todos los mexicanos humildes y perjudicados por las políticas equivocada de la 4T, un instrumento que aglutine a los que buscamos una patria justa, ese instrumento es un nuevo partido político.
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