Las autoridades educativas reabren escuelas en varios puntos del país, con criterios compartidos.
En el momento de mayor contagio y fallecimientos diarios en el país, académicos, tutores del alumnado y autoridades tienen dividida su opinión. Hay argumentos atendibles en todos los frentes. ¿Es urgente que los niños y jóvenes vuelvan al aula? ¿Se estigmatiza a los que no tienen conexión? ¿Se puede volver a este contexto? La deserción escolar ha aumentado y en muchos de los casos es debido a la falta de tecnología en las familias, ya que en muchas ocasiones un celular es la herramienta que debe ser utilizada por más de un integrante para tener acceso a sus clases virtuales. Existe un caso donde no se cuenta con una televisión o electricidad.
Desafortunadamente sabemos que en nuestro país los contagios reales sobrepasan las cifras proporcionadas por la secretaria de salud, esto se debe a que no se realiza la cantidad necesaria de pruebas diarias para determinar con mayor exactitud los casos activos de covid-19.
Riesgo al volver al aula: una clase de 20 niños podría afectar a 800 personas.
Un estudio analiza qué sucede cuando un número de personas que tienen contacto con un grupo de 20 alumnos que no usan cubreboca ni han guardado distancia, ha demostrado el riesgo de volver a las aulas. Para los expertos, el mayor problema es que, el gobierno tan solo se centra en anunciar lo ideal que sería regresar a las aulas, pero no están considerando los recursos para garantizar que se mantendrán las medidas necesarias.
Se debe tomar en cuenta las medidas necesarias como un plan de vacunación para todos los alumnos sin excepción de edad. No se debe correr ni el mínimo riesgo al volver a las aulas. Debemos erradicar la enfermadad ya que pone en riesgo la vida de todos. Sabemos que el gobierno no está haciendo lo suficiente para que podamos regresar a clases y es obvio que no tiene intenciones de solucionar los problemas y prevenir los contagios que se avecinan, los niños las niñas y jóvenes son el futuro de México merecen una educación de calidad.
La conveniencia de que un niño acuda a la escuela depende de su estado de salud, de la transmisión de la covid-19 que se esté dando en ese momento en la colectividad y de las medidas de protección que la escuela y la sociedad hayan adoptado para reducir el riesgo de transmisión. Si bien las pruebas actuales indican que el riesgo de enfermedad grave para los niños es menor en general que para los adultos, pueden tomarse precauciones especiales para reducir al mínimo el riesgo de infección entre los niños. Además, deben sopesarse los beneficios de volver a la escuela.
Las pruebas de que se dispone en estos momentos indican que las personas con afecciones como asma (de moderado a grave) u otras enfermedades respiratorias crónicas, obesidad, diabetes o cáncer corren un mayor riesgo de presentar síntomas graves y de fallecer que las personas sin otras dolencias.
Para reabrir las escuelas deben guiarse por un enfoque basado en los riesgos para maximizar los beneficios educativos, de bienestar y de salud para los estudiantes, el personal docente y auxiliar y la sociedad en general.
Hasta el momento no hay un control para saber si los alumnos pueden o no regresar a sus clases ya que se necesita que todos estén vacunados, de correr el riesgo de infectarse las autoridades correspondientes deben ver cómo afrontar lo que se está viviendo la comunidad escolar y familiar.
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