El empecinamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para obligar a los padres de familia a enviar a sus hijos a las escuelas para reiniciar las clases presenciales el 30 de agosto fue reforzado esta semana por Delfina Gómez Álvarez, Secretaria de Educación Pública, y Alfonso Cepeda Salas, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
A los tres personajes no les importa mentir ante la opinión pública, con tal de imponer una medida peligrosa para la salud de estudiantes, maestros, padres de familia y personal administrativo y de intendencia de los planteles educativos.
El presidente AMLO declara: “tenemos que correr riesgos. Es muy importante el regreso a clases presenciales porque la escuela, lo repito, es el segundo hogar. Los niños y adolescentes quieren que se regrese a clases, la mayoría de los padres de familia también. Vamos a cuidar a las niñas y niños y hay medidas sanitarias, protocolos que se van a aplicar” (Animal Político, 13 de agosto de 2021). Pero los riesgos lo corren los estudiantes y los padres de familia; los profesores y el personal de las escuelas de todo el país. Para cuidar a los niños y a las niñas solo hay un camino: la vacunación de los estudiantes en toda la nación. Todo lo demás es palabrería hueca, mentiras descaradas que tienen el propósito de convencer a los padres de familia para que manden al contagiadero a sus hijos, condenándolos a la muerte y a sufrir las secuelas del covid para toda la vida.
Delfina Gómez afirmó: “el inminente retorno a clases será responsable y cauto, permitirá a los alumnos volver a socializar y pondrá fin a la etapa de estrés y violencia que viven en sus casas… creo que se ha demostrado que uno de los lugares más seguros y yo me atrevo a decir que el más seguro es la escuela. Si hay una buena disciplina, un buen trabajo en conjunto puede convertirse en el lugar más seguro para nuestros niños” (Excélsior, 13 de agosto de 2021). Esta declaración debe entenderse al revés: precisamente la socialización de los estudiantes es el medio más seguro para que se contagien del covid en cantidades escalofriantes. ¿Cómo se atreve a decir que la ecuela es el lugar más seguro para no contagiarse del covid? Delfina miente con alevosía y maldad a imagen de su patrón, el presidente AMLO.
Mientras que, en rueda de prensa, Alfonso Cepeda Salas, líder del SNTE, dijo que los profesores afiliados a esa central aceptan volver a clases. “El acuerdo hará posible reemprender la tarea educativa y las actividades escolares con orden y cautela, por ello, y en búsqueda de un regreso presencial responsable y realista el SNTE, redoblará esfuerzos y generará la sinergia necesaria” (Excélsior, 13 de agosto de 2021). Pero por distintos medios, los profesores de todo el país han hecho saber que ellos no están dispuestos a regresar a impartir clases presenciales mientras no haya condiciones seguras para ello, lo cual puede lograrse solamente con la aplicación de la vacuna a todos los estudiantes. O sea, no hay acuerdo del magisterio nacional para regresar a clases presenciales como lo afirma Cepeda Salas. Queda claro que este individuo miente por consigna, plegándose a las órdenes que le imparten desde palacio nacional.
Los tres personajes citados saben que reiniciar las clases de manera presencial condena a los estudiantes y sus padres, y a los trabajadores de la educación, a un contagio seguro; las estadísticas que se están dando a conocer sobre el avance de la pandemia así lo prueba; solamente el jueves 12 de agosto resultaron 24,975 infectados.
El Movimiento Antorchista Nacional y la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” le están exigiendo al Gobierno federal de AMLO la vacunación de los estudiantes de todos los grados en el país como la condición más segura para el regreso a clases presenciales. Mientras no se apliquen las vacunas es una imprudencia y un crimen obligar a los padres de familia a enviar a sus hijos a los planteles educativos.
El pueblo trabajador debe oponerse y denunciar por todos los medios a su alcance, con todas sus fuerzas, la medida criminal de AMLO, avalada por la Secretaría de Educación Pública y el líder del SNTE. No hacerlo significa convertirse en cómplice del genocidio que se avecina.
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