MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPORTAJE | “Quienes nos atacan, fallaron”: Julio Córdova

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*La multitud escucha al plenista más experimentado de Tecomatlán

Un auditorio pletórico escucha atento, apenas un leve ruido. Un hombre está hablando y en sus palabras va la sabiduría que casi medio siglo de lucha le ha dado. Pese a que el paso de los años comienza a reflejarse en su hablar pausado, la lucidez en sus ideas y discurso mantiene a todos en el auditorio Clara Córdova Morán, interesados. Es don Julio César Córdova Merino, presidente del pleno antorchista de Tecomatlán, quien habla ante la multitud.

Los asistentes de la reunión provenían de toda la región de Acatlán; acudieron al llamado del Movimiento Antorchista a escuchar del vocero nacional de la organización, Homero Aguirre Enríquez, la tarea que todo antorchista debe proponerse cumplir: seguir desarrollando a Antorcha a través de todos los medios humanamente posibles. Para esto -dijo el vocero- cobra vital importancia el uso, por ejemplo, de las redes sociales. Don Julio sabe de la importancia de esta tarea y, por eso, no dudó ni un momento en secundar al vocero nacional.

Don Julio habló a los presentes. Les recordó que es en ellos en quienes recae ahora la tarea de organizar y concientizar a sus pueblos: “ustedes son líderes muy capaces de dirigir esta organización, que es la única en México que realmente lucha por los intereses de los pobres”.

Pidió no tener miedo de luchar. “A Antorcha siempre le ha tocado luchar contra la corriente”, sentenció. Y recordó los inicios de la organización en Tecomatlán. “La lucha fue dura, hubo balazos, hubo muertos, pero de por sí así son las luchas que valen la pena y que cambian de verdad la realidad”. 

En 1947, cuando el Movimiento Antorchista nació en Tecomatlán, el municipio estaba sumido en el más profundo de los atrasos. “Era el último pueblo de la mixteca”, recuerda don Julio. Los campesinos vivían bajo el yugo caciquil, era un pueblo muerto, sin servicios, sin escuelas, sin clínicas, sin nada. Fue cuando alrededor de 30 campesinos se unieron y se decidieron a dar la lucha y entre ellos estaba el hoy presidente del pleno antorchista.

“Los más jóvenes, incluso muchos aquí presentes, no conocieron el Tecomatlán de antes. Ahorita ya lo ven bonito, tenemos más de lo indispensable y solo no lo aprovecha el que de plano no quiere. Todo esto es gracias a la lucha organizada”, dice. 

Como hombre que se ha fogueado en la lucha, dice tranquilamente: “¿Ataques contra Antorcha? Siempre ha habido”. Y recapitula brevemente cómo, desde el surgimiento de la organización, “los caciques nunca dejaron de atacarnos y nunca perdieron la esperanza de destruirnos, pero miren, han pasado 15 ayuntamientos en Tecomatlán y aquí estamos”, dice orgulloso. El público no puede hacer otra cosa sino aplaudir.

Prosigue con cada uno de los gobernadores poblanos y presidentes de la república que intentaron frenar la lucha organizada de Antorcha, “pero mejor se acabaron ellos”. 

Por eso, dice, los embates del actual presidente Andrés Manuel López Obrador no deben atemorizar a ningún antorchista. “Los más viejos, que lo conocemos desde años atrás, sabemos que para lo único que es bueno es para mentir”, afirma. Y puso como ejemplo las obras de relumbrón y los programas asistencialistas que no combaten en serio la pobreza como ejemplo.

“Yo he estado participando en las tareas fáciles y también en las difíciles y aquí estoy todavía, contando cuentos, no me ha pasado nada, hay muchos que fracasaron en la lucha, hay muchos que no luchan y ya no están; hay que morir luchando por una causa justa como la que defiende nuestra organización. Debemos seguir desarrollando nuestra organización porque es la única que puede salvar al pueblo de México de todos los abusos de los ricos. Por eso, yo invito a todos a que se avienten duro a la lucha tratando de ganar el poder porque solamente con el poder se puede avanzar, hay que entrar con más ganas”, dijo. 

“Va a llegar el día en que nuestra organización va a gobernar, eso debemos tenerlo por seguro”, concluyó al tiempo que el auditorio le mostró con sonoros aplausos que se iban convencidos y fortalecidos dispuestos a seguir haciendo crecer a Antorcha para que, en un día no muy lejano, tal como don Julio lo afirma, sea el pueblo el que tome el poder político del país y convierta a México en una patria más justa para todos.

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