Los gobiernos municipales de Querétaro, en lugar de promover la economía artesanal de los municipios, ejercen una política de represión contra los humildes vendedores de artesanías, a pesar de que contribuyen en el crecimiento del mercado de la creatividad y representan la identidad de un pueblo.
Esto ocurre, por ejemplo, en el municipio de Ezequiel Montes, específicamente en la comunidad de Bernal, pueblo mágico con su imponente Peña, que a lo largo del año recibe a muchos visitantes tanto del estado como del país, particularmente a los amantes de la escalada y el rappel.
Allí, con la policía e inspectores el Gobierno municipal presiona a los locatarios para que no les renten un espacio un espacio de venta a los artesanos, ignorando que ellos no pueden cubrir ese gasto, y ante escenario, les quitan su mercancía y son remitidos a la cárcel, en donde para lograr su libertad tienen que pagar altas multas.
Así es como la policía hace negocio, todo permitido por la presidenta municipal de Ezequiel Montes, Guadalupe Pérez Montes. El Gobernador del Estado debe intervenir y no permitir tales abusos.
En este periodo de Semana Santa, crece el flujo de turistas al pueblo de Bernal para visitar el tercer monolito más grande del mundo, y los artesanos del mármol de Ezequiel Montes y Cadereyta asisten a dicho lugar para vender sus artesanías.
Ante el nulo apoyo de sus presidentes municipales para la promoción y venta de las artesanías sobre todo las figuras espectaculares hechas de mármol, buscan recuperar algo con la venta de sus figuras, ofreciendo a los turistas tanto nacionales como extranjeros. Es muy poco lo que logran vender durante el día sin embargo es su única fuente de ingresos.
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