Como ha dicho desde hace varias semanas el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ha girado la indicación de retornar a clases presenciales sin importar el color del semáforo epidemiológico, siguiendo este teatro la Secretaría de Educación Pública, a cargo de la maestra Delfina Gómez y a su vez el secretario de Educación en Veracruz, Zenyazen Escobar García, así como, el gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, han reiterado dicha indicación, pues argumentan que es una actividad indispensable para los alumnos y las familias mexicanas, ya que con el confinamiento a causa de la pandemia por covid-19, se ha vivido violencia en las familias, momentos de estrés y ansiedad.
No se niega que es importante el retorno a clases presenciales, pero también es indispensable conocer la situación que presenta cada plantel en Veracruz, pues en muchas, muchísimas, comunidades alejadas y colonias marginadas de las ciudades no se cuenta con los servicios básicos necesarios como son: luz eléctrica, drenaje o agua potable, que son indispensables para atender a los alumnos y más ahora que se vive una pandemia, pues se dificulta llevar a cabo los protocolos necesarios para las clases presenciales, un ejemplo claro de ello, son las escuelas de la colonia Unión Chiltoyac, donde no se tiene ni en las escuelas ni en la colonia el agua potable; sumándole a ello que son mínimas las escuelas que cuentan con servicio de USAER o CAPEP, quienes brindan el servicio psicológico entre otros para alumnos que lo requieren, así como atención a niños con barreras para el aprendizaje.
Se debe reconocer que los docentes también han vivido momentos de estrés, ansiedad, pérdida de familiares cercanos, entre otras situaciones difíciles que están superando, además de que no están capacitados para atender algunos temas psicológicos que los alumnos necesitarán trabajar con el retorno a clases presenciales. Con la indicación que giran las autoridades se les deja un gran trabajo a los maestros, pues serán ellos los encargados de dar o gestionar terapias psicológicas para trabajar con los alumnos las emociones, pues no solo se requiere de buena voluntad para atender dichos temas que surgirán desde el primer momento que se regrese a las aulas.
Los docentes no nos oponemos al retorno a las aulas, solo se hace el llamado a las autoridades federales y estatales a que recuerden que a inicio de la pandemia se condiciona que el semáforo epidemiológico se mantuviera en color verde por lo menos 4 semanas consecutivas para iniciar la nueva normalidad, así mismo, que se analice y apoye de manera efectiva a las escuelas que no cuentan con los servicios básicos, incluyéndose en programas que les proporcionen dichos servicios y de esta manera garantizar la seguridad de los alumnos y el personal de cada plantel educativo.
Es indispensable que se tenga presente la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de vacunar al 70% de la población con ambas dosis, para así lograr cierta inmunidad, pues hasta el momento solo el 23% de los mexicanos tiene la dosis completa, se sabe que inició la vacunación a la ciudadanía de 18 a 30 años, pero no se habla nada de los niños y jóvenes, cuando en otros países como Estados Unidos ya están aplicando la vacuna para adolescentes de 12 años en adelante. Cabe mencionar que en un conversatorio el Dr. Antúnez explica que los niños y jóvenes transmiten entre 6 y 8 veces más los virus, debido a la capacidad que tienen para potenciar cargas virales en comparación con los adultos.
Ahora más que nunca el magisterio mexicano y veracruzano tiene la enorme tarea de diseñar una estrategia acorde a su contexto para atender a los niños, niñas y adolescentes en los planteles que sufren carencias; quienes son los más vulnerable ante las nuevas variantes del SARS-CoV-2, como es la Delta, 80% más contagiosa que la variante inicial del virus. En las cifras manejadas por personal de salud hasta el día 15 de agosto de 2021, 8 de cada 10 niños y adolescentes da positivo a covid-19- y de éstos 2 son casos graves que requieren hospitalización.
AMLO ha dejado claro que él sigue el ejemplo de Poncio Pilatos, al dar la indicación pero dejar la decisión al libre albedrío de la ciudadanía; pues él no quiere cargar con las culpas de las malas decisiones que toma durante su mandato, tan es así, que ha dicho abiertamente que las escuelas se abrirán “llueva, truene o relampaguee”, que si los padres quieren tener hijos burros que no los manden, pero también se amarra el dedo al pedir que se firme una carta de corresponsabilidad en donde los tutores no responsabilizan al gobierno, ni a las Secretarías de Educación en el caso de que sus hijos enfermen o mueran.
El doctor Javier R. Antúnez (Médico Pediatra, investigador y académico de la UV.), así como el Dr. Javier Barba Platas (Médico Cirujano, master en virus e infecto-inmunología), han brindado conversatorios donde manifiestan lo peligroso que es reabrir escuelas para clases presenciales, ya que como explican, los virus se encuentran en todos los fluidos que emite el cuerpo, como lo es la saliva, que se expide en gotas, gotículas y aerosoles, que viajan por medio de las corrientes de aire alcanzando una distancia de 1.5 m para las gotas, 2 m para gotículas y hasta 6 m en aerosol (que son las partículas más diminutas de la saliva). Además, advierten que entre el 40 y 45% de las personas son asintomáticas y ellos propagan el virus sin darse cuenta.
Por lo que se concluye que no es el momento adecuado de retornar a clases presenciales, a menos que lo que busquen las autoridades sea un genocidio de los más vulnerables ante las nuevas variantes del virus, solo así se entendería la necedad e insistencia de retornar a las aulas poniendo la responsabilidad en el libre albedrío de los padres de familia.
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