MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Revocación de mandato, auténtico ejercicio popular secuestrado por el oficialismo

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En vísperas de llevarse a cabo la primera revocación de mandato en México, el ejercicio se ha tornado polémico desde el inicio, en primera instancia, por el carácter contradictorio de su esencia; es decir, por el nulo interés de la ciudadanía por promover verazmente la destitución de un funcionario público determinado, en este caso, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. 

En segundo lugar, por la clara intención del Poder Ejecutivo federal por buscar legitimar su mermada administración, ansiando un respaldo popular mediante la estadística electoral.

Medios de comunicación e investigadores han documentado la complejidad que representa un ejercicio revocatorio; señalan las condiciones políticas, normativas y sociales dadas para que éste pueda realizarse de manera satisfactoria. En ese sentido, en su bastedad, un número considerable coinciden en que esta revocación de mandato no cumple ninguna de ellas y entonces se convierte al ejercicio en una maniobra política orquestada por López Obrador.

Desde este punto, la política discursiva del obradorismo se nutre de la demagogia, basada particularmente en los problemas sociales y económicos que afectan en gran medida a las masas populares, a los estratos más vulnerables y marginados de la sociedad. En ese sentido, para que el efecto cautivante del discurso demagógico se consagre, es preciso que el orador se pronuncie maliciosa o ingenuamente sobre de las causas, efectos y posibles soluciones para los problemas señalados.

López Obrador determinó en el terreno teórico: que el problema fundamental del país es la corrupción, sin pronunciar jamás un estudio documentado y objetivo, omitiendo las cuestiones del por qué es el principal agravio de la nación; a su vez, el cómo se origina tal fenómeno y qué medidas tomaría para disminuir sustancialmente el problema. Así, lo disminuyó hasta lo absurdo, al terreno de la subjetividad, sugiriendo que la corrupción se origina por la existencia de personas buenas y malas.

Jamás, insisto, ha dado una explicación o siquiera la implementación de una interrogativa. Por su parte, en el terreno de los hechos, su práctica se ha orientado a la eliminación de programas y proyectos que él consideraba como fraudulentos, sin molestarse en corroborar sus inquietudes. El efecto social de este discurso, sin duda ahonda en la conciencia colectiva, por su carácter material, visible y palpable, carente de abstracción. Porque la ciudadanía vive, padece y, en ocasiones, es participe de la corrupción. No duda, pues, de su existencia y gravedad. Esto es prueba suficiente de la demagogia constante del ejecutivo. ¿Mal intencionada o ingenua? Emita usted su conclusión.

La retrospectiva hacia el eje central de la política obradorista se vuelve necesaria para comprender ahora el ejercicio de revocación de mandato, ya que a sus tres años y medio de haber sido electo, el presidente no ha cambiado en lo más mínimo su discurso. Pese a haber perdido credibilidad de manera gradual, los índices de su popularidad han permanecido altas. Por ello, se vuelve necesaria la medición estadística que ofrecen las elecciones para legitimar su administración, carente de resultados positivos.

Vamos a los números. “El candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, obtuvo el 53.19 por ciento de los votos, que equivale a 30 millones 113 mil 483 sufragios”. ( https://centralelectoral.ine.mx/2018/07/06/da-conocer-ine-resultados-del-computo-de-la-eleccion-presidencial-2018/ ) En comparación, las encuestas de popularidad revelan lo siguiente: “Andrés Manuel López Obrador llegará a la silla presidencial con una aprobación que va del 55.6 por ciento al 67.2 por ciento, según diversas encuestas. A cinco días de que tome protesta ante el Congreso, El Universal, El Financiero y Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) publicaron distintas mediciones sobre aprobación, opinión y expectativas del gobierno que encabezará el morenista a partir del sábado” (Blanca Carreto, Expansión Polícia, 26 de noviembre 2018)

Ya en el poder, el presidente ha realizado esfuerzos mediáticos por sostener su popularidad y credibilidad, a través del principal medio propagandístico de su administración que son las conferencias de prensa mañaneas. Este espacio, transmitido por cadenas televisivas nacionales y plataformas como Youtube, han permitido el desarrollo prolongado y constante de su discurso, inclusive, sus promesas de campaña.

AMLO ha postergado, una y otra vez, dichos temas cuando es cuestionado sobre la lucha contra la corrupción, sus obras insignia, el encarecimiento de los combustibles y productos de la canasta básica, la inseguridad, el nulo crecimiento económico, el deterioro de la salud pública, la migración, el deterioro de la educación, solo por mencionar algunos. Las mañaneras han fungido como un instrumento eficaz para someter la agenda política nacional a su antojo, manipulando la conciencia social.

Posteriormente, la primera consulta popular realizada por su administración, fue la que competía a la cancelación del Aeropuerto Internacional de Texcoco o NAIM. Con este ejercicio, se comenzaba a manifestar el carácter malicioso y manipulador del presidente quien, a través de consultas claramente promovidas por la 4T, justificaba sus acciones so pretexto del consentimiento y aprobación de la población. “Durante la consulta inédita realizada entre el 25 y el 28 de octubre en 538 municipios a nivel nacional, los participantes rechazaron la opción de construir una terminal aérea en Texcoco, en el Estado de México. (…) Este plan obtuvo el 69,95 por ciento de los votos de las 1.067.859 personas que participaron en la consulta -menos del 1 por ciento del padrón electoral-. Un 29 por ciento estuvo a favor de continuar con el millonario proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que se construye desde 2015 en el lecho drenado del lago Texcoco.” (BBC Mundo, 18 de octubre de 2018) Para aquellas fechas, las encuestas de popularidad de Obrador se mantuvieron en números similares, de acuerdo a las expuestas con anterioridad.

En 2021, año mortífero para el país, dada la evolución de la covid-19 y la política de inmunidad de rebaño que del presidente se derivó; AMLO siguió teniendo números de aceptación semejantes. “El Universal y Buendía&Márquez reporta que a la pregunta: “En términos generales, ¿usted aprueba o reprueba el trabajo que está haciendo Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República?”, el 68 por ciento aprueba lo hecho por el presidente en tres años y el 27 por ciento desaprueba su gestión. (Expansión Política, 1 de diciembre de 2021)

Así, insistió en aplicar nuevamente el ejercicio de consulta, ahora para enjuiciar a Ex Presidentes. “La consulta popular promovida por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y que abría la puerta a juzgar a los exgobernantes celebrada este domingo ha concluido con varias lecturas: una insignificante participación de menos 8 por ciento, según las estimaciones de la autoridad electoral, una abrumadora victoria del “sí”, la opción elegida por en torno al 90 por ciento de los que votaron. (…) Para que fuera vinculante, tenían que votar el 40 por ciento de los ciudadanos elegibles, unos 37,5 millones de votantes, una cifra que parecía poco probable ante el poco interés de los mexicanos hacia la consulta. Este domingo, mientras se instalaban 57.000 urnas en todo el país, en el Consejo General del INE se escenificaba la tensión entre los miembros de ese ente y el oficialismo.” (Lorena Arroyo, El País, 1 de agosto de 2021)

A ocho meses de haberse realizado la fracasada consulta, AMLO vuelve a insistir en emplear el mismo ejercicio, siendo, quizá, el más polémico de todos. 

En la revocación, encontramos varias contradicciones e irregularidades, mencionaré las más importantes, para no agobiar más al lector. 1) La revocación de mandato suele reconocerse en constituciones, siendo el caso, es la facultad legal que posee la ciudadanía para destituir a algún funcionario elegido con anterioridad mediante el voto popular. Así, ciudadanos pueden organizar el procedimiento y enlistar las causas para justificar su demanda, esperando proceder y lograr la destitución. Esto no sucedió, de hecho, ha sido tanto el rechazo y desinterés de la ciudadanía para ello, que el presidente ha utilizado la maquinaria del estado para recaudar las firmas necesarias para solicitar el ejercicio. En dicho proceso, el Instituto Nacional Electoral (INE) detectó e hizo público el carácter fraudulento de firmas. “Según las cifras del INE, en el ejercicio se recibieron 851 mil 9 firmas con inconsistencias, que representaron el 21.94 por ciento de los registros realizados. (…) El consejero Ciro Murayama dijo durante la sesión celebrada este miércoles que no habrá “inacción legal ni impunidad, pues se podrá saber qué promotores y auxiliares usaron de manera ilegal datos del Listado Nominal”. (Animal Político, 26 de enero de 2022)

2) Siendo esta la realidad, ¿Verdaderamente, qué beneficios obtendremos los mexicanos? Ninguna. Coincido con quienes opinan que el ejercicio de revocación de mandato tiene la clara intención de justificar el carácter despótico e ingenuo del gobierno de la 4T. 

El Movimiento Antorchista Nacional, por su parte, denuncia y condena particularmente esta revocación. Te invito a no participar, evitando así la complicidad. 

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