MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Revocación de mandato: una faramalla más de la 4T

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El pasado 14 de septiembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Federal de Revocación de Mandato, cuyo objeto es: “votar respecto a la revocación del mandato de la persona que resultó electa popularmente como titular de la Presidencia de la República”. Es decir, apartar al presidente ganador de su cargo, pero sin la posibilidad de elegir un sustituto. Esta ley reglamenta la fracción IX del artículo 35 de la Constitución Mexicana. Tal fracción fue adicionada en tiempos del presidente López Obrador.

Tanto la Reforma Constitucional, como la ley citada, fueron impulsadas por el presidente López Obrador y el partido Morena. ¿Por qué el presidente electo y el partido que lo llevó al poder impulsan la revocación de mandato? ¿Qué pasará con la voluntad de los más de 30 millones de ciudadanos que le dieron el triunfo para ser presidente hasta el 2024? La Constitución establece que: “A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”, si López Obrador fue electo antes de la reforma constitucional y de la aprobación de la ley reglamentaria, ¿no se está violando el derecho a la no retroactividad?, si es así, ¿entonces, por qué impulsa la revocación el presidente?

Y la sigue impulsando. Apenas este 8 de diciembre el Instituto Nacional Electoral ordenó al gobierno federal, es decir, a López Obrador, “abstenerse de realizar manifestaciones que pudieran influir en la Revocación de Mandato”, ya que el presidente ha invitado a los ciudadanos a participar en la revocación de mandato, acto que tiene prohibido por la Constitución y por la ley arriba citada. ¿Otra violación más a la ley por parte del presidente como lo es el “decretazo”?

¿Qué fines persigue el presidente López Obrador?, ¿ponerle una trampa al INE en tres actos, orquestada desde la presidencia, como lo publicó un consejero electoral?, ¿un capricho personal más del presidente?, ¿una nueva cortina de humo?, ¿un motivo más para seguir en campaña?, ¿demostrar a sus opositores que el pueblo “bueno y sabio” “ratifica” el proyecto de la 4T y hacer sentir a esa oposición, otra vez, “moralmente derrotados”? Pero, a todo esto, ¿el pueblo “bueno y sabio” acepta el proceso de revocación de mandato?

El Financiero del 7 de diciembre publicó: “Consulta de revocación de mandato, en riesgo: Solo 28% firmas son válidas”. Y continúa la nota, “Para que se lleve a cabo la consulta de revocación de mandato se requieren 2.7 millones de firmas; en 36 días, se han juntado solo el 28 por ciento, según datos del INE”. La ley indica que por lo menos diecisiete estados reúnan el 3 por ciento de la lista nominal de electores de cada una de ellas. La nota dice que solamente Ciudad de México y Tabasco han cumplido. ¿El pueblo no quiere revocación de mandato?

Es bien conocido que los militantes del partido morena están movilizando todos sus recursos para lograr los dos millones 758 mil 227 firmas, tienen hasta el 25 de diciembre, si no lo logran será un rotundo fracaso. Por eso, el 8 de diciembre, el primer día de vacunación de refuerzo contra Covid-19 a adultos mayores en la ciudad de Morelia, en la explanada del Estadio Morelos, activistas pro Revocación de Mandato, aprovecharon la vacunación para recabar firmas entre los adultos mayores que esperaban la aplicación del biológico.

En caso de que el presidente y el partido Morena sí logren las firmas requeridas, estaría bien saber qué porcentaje de ellas corresponde a beneficiarios de algún programa oficial de la 4T.

Creo que el pueblo no está deseoso de la revocación de mandato, lo que el pueblo quiere es que se atiendan los problemas de los que el presidente no quiere hablar o no le conviene hablar. Tales temas son, por ejemplo, los médicos y personal de salud despedidos; el desabasto de medicamentos, entre ellos los medicamentos para niños con cáncer; estudiantes que han abandonado sus estudios por problemas económicos; más de medio millón de muertos por malas decisiones contra la pandemia; inflación récord de los últimos 20 años; aumento de la inseguridad con cifras récord en homicidios dolosos; la salida de capitales extranjeros de México; millones de nuevos pobres pese a los programas asistencialistas; aumento de 15 millones mexicanos sin acceso a la salud; dependencia alimentaria del extranjero; etc., etc.

Estos son los temas que el pueblo reciente, pero que López Obrador no quiere atender y como respuesta hace faramallas, como la revocación de mandato. Es tiempo de que el pueblo despierte de las prédicas mesiánicas de un autócrata que no resolverá los problemas que golpean al trabajador, al productor de riquezas. Es tiempo de que el pueblo trabajador se organice y luche por un proyecto de nación más justo para todos los mexicanos, pero principalmente para la clase trabajadora, pues es ella quien crea la riqueza de la nación.

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