MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Señor gobernador: tenemos el mismo derecho que los leoneses a contar con agua potable en nuestros hogares

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Durante la gestión de Ernesto Zedillo Ponce de León, como presidente de la república, se inicio con el proyecto de la presa El Zapotillo como una opción para dotar de agua a los Altos de Jalisco y a la ciudad de León, Guanajuato. En el año de 2007, el entonces gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, autorizó adecuaciones a la altura de la cortina de El Zapotillo a 105 metros para ampliar su capacidad de almacenamiento de 911 millones de metros cúbicos para conseguir 3.0 metros cúbicos para la Zona Metropolitana de Guadalajara. El problema fue que el mandatario no tenia la autorización del congreso local y la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó frenar la obra.

En el año 2011, el Gobierno del estado de Guanajuato destinó un presupuesto para la construcción del vaso y se licitó la construcción del acueducto El Zapotillo-León y se le concesionó a la empresa española Abengoa, que se encargaría de llevar agua a la capital guanajuatense, durante 25 años, con modernas plantas de bombeo y una planta potabilizadora, con una inversión de seis mil 866 millones de pesos. Todo quedó en el olvidó y actualmente a un constado de la autopista León-Aguascalientes, se aprecian enormes tubos negros, que contrastan con el paisaje rural, que se utilizarían para formar el acueducto que llevaría el agua de El Zapotillo.

En agosto de 2017, Abengoa renunció a la concesión, pero su filial Concesionaria del Acueducto El Zapotillo, S.A. de C.V. sin haber construido un solo metro, reclama a la Comisión Nacional del Agua (CNA), el pago de cinco mil millones de pesos establecidos como indemnización, con el argumento de que la comisión no cumplió con la entrega de la tierras liberadas para que se construyera el acueducto.

En una reciente gira de trabajo, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó una propuesta a los habitantes de las comunidades de Temacapulin, Acasico y Palmarejo del estado de Jalisco, para concluir la presa El Zapotillo y se comprometió a reducir la altura de la cortina y con ello el volumen de agua para evitar que se inunden estos tres poblados. El presidente señalo que se buscará una alternativa para la ciudad de León, Guanajuato, que en el proyecto original recibiría parte del agua.

Por su parte, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, señaló recientemente, que no ha recibido respuesta a su petición de audiencia que hizo al presidente López Obrador para conocer las razones por las que no se otorgaría agua de la presa El Zapotillo a León y discutir posibles soluciones para la ciudad. El gobernador aseguró que no hay intención de córtale agua a Jalisco; sin embargo, aclaró que el decreto presidencial 95, establece el intercambio de agua de la presa Solís por agua del Zapotillo y sin acuerdo no hay obligación. 

“Hoy enfrentamos nuevamente una decisión unilateral del gobierno federal, ignorando acuerdos ya tomados, decretos legales que tiene Guanajuato sobre el agua de la presa El Zapotillo. La convocatoria es unirnos como guanajuatenses para que el gobierno federal escuche y nos explique la toma de estas decisiones, pero también que nos ofrezca soluciones viables para atender un tema fundamental”, señalo el gobernador durante su intervención durante el informe de los legisladores y amenazó con no dar agua al Lago de Chapala, en caso de que se eche para atrás el decreto presidencial.

Sin duda, la posición del gobernador de Guanajuato es correcta y su respuesta enérgica es digna de reconocerse y seguramente los leoneses se sienten respaldados y protegidos por su autoridad estatal. Sin embargo, esto no pasa con los humildes colonos de la Manuel Serrano Vallejo, del municipio de Valle de Santiago, quienes son victimas de la falta de empatía de su presidente municipal, Alejandro Alanís, quien de manera irresponsable los condenó a vivir un año más sin el vital liquido, sin importarle que nos encontramos en el pico de la tercera ola de contagios por la pandemia de covid-19 y una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para contener el letal virus es precisamente el lavado constante de manos.

Son ya varios los llamados, sin recibir respuesta, que el Comité Estatal de Antorcha en Guanajuato, que por diferentes vías oficiales y a través de los medios de comunicación viene solicitando al gobernador del estado una audiencia donde se busquen alternativas de solución a este problema que ya cumple más de cuatro años. Indiscutiblemente nos gustaría que la actitud que ha asumido Diego Sinhue para defender a los leoneses también se viera para defender a los vallenses que reclaman exactamente lo mismo, su derecho a contar con agua potable en sus hogares. Desconocemos la razón porque el menosprecio del gobernador para con sus más de dos mil paisanos que carecen de este vital liquido y que han hecho la parte que les toca para la realización de la obra que tanto añoran. Una vez más, de manera respetuosa pero enérgica, alzamos la voz para que seamos escuchados y se demuestre por el Gobierno del estado, que en Guanajuato no hay elitismo ni favoritismo cuando se trata de atender las demandas ciudadanas, en caso contrario, los colonos y su dirigencia, continuaremos con las jornadas de denuncia en Valle de Santiago y en la primera oportunidad que la pandemia lo permita, acudiremos al palacio de gobierno para defender nuestro derecho a la vida. Que conste.

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