Si los anuncios espectaculares votaran, el subsecretario de Seguridad Nacional, Ricardo Mejía Berdeja, ya hubiese ganado la elección porque, no está para usted saberlo ni yo para contarlo, ha inundado a Coahuila con su imagen bajo el pretexto de que se trata de un nuevo medio informativo cuando de todos es sabido que el señor —que tiene su corazón en Acapulco y que se mueve al ritmo de grandes montañas que aparecen como subyugando al público— anda como alma que lleva el diablo queriendo ser candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura local.
Quienes creen que mostrando su cara en franco narcisismo y culto a la belleza van ganando la simpatía del electorado coahuilense están muy equivocados porque en esta entidad no se anda buscando a quién es más bonito, ni quién promete las perlas de la virgen, los habitantes de Coahuila somos hombres y mujeres serios, politizados y ampliamente conocedores de quienes pretenden venir a dizque conquistarnos únicamente utilizando el artilugio de la mentira a través de su palabra y quiénes realmente trabajan por el bienestar de nuestras familias.
La pregunta sería directa para quienes integran el Consejo general del Instituto Electoral que nos rige, ese que supuestamente creamos los ciudadanos: ¿En verdad piensan que esos enormes anuncios publicitarios son ajenos a la calentura de Ricardito, en su afán de ser el ungido por los morenistas para gobernar a Coahuila?
Si lo piensan así es un grave error porque los habitantes de esta tierra, gloriosamente ejemplo de buen gobierno emanado de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en el estado dirige Rodrigo Fuentes Ávila, lo único que observan es que el famoso zar de la seguridad perteneciente a la Cuarta Transformación anda en campaña.
Y otra preguntita, ¿Quién es el que está pagando por esos espectaculares con el rostro del dizque coahuilense con corazón de acapulqueño?, tal como lo ha confirmado él mismo en diversas entrevistas.
Yo no estoy en su contra, de ninguna manera, porque se supone que en México hay libertad de expresión, pero no se vale que nos traten de jugar el dedo en la boca diciendo que todo es malo en Coahuila, como si fuésemos descerebrados o no pensantes, aunque ya lo decía Facundo Cabral, cada quien agarra a sus tontos, por no decir una mala palabra.
Si fuese un poquito más inteligente, Mejía Berdeja comenzaría a dar buenos resultados en el combate al crimen organizado y la inseguridad en el país, cosa que no ha logrado, y después entonces sí, comenzar a pensar en ser candidato a la gubernatura de Coahuila.
Mejía Berdeja ha permanecido alejado de esta tierra y ahora llega para decir que todo lo que se ha hecho está mal hecho, como si el fulano en cuestión fuese el arlequín de la seguridad nacional y hubiese cumplido con éxito la encomienda del señor presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Pero, en fin, ese es un trabajo para las instancias electorales y para los electores, si quieren retroceso hay que votar por Morena, o si queremos una vida libre de pecado para votar por quienes empeñan diariamente su trabajo poniéndonos en las manos del progreso.
Yo me retiro por lo pronto, iré a ver si el voto me obliga, a través de una imagen grandotota, en lugar de revisar a conciencia lo que mejor les puedo heredar a mis hijos
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