El pasado 10 de julio, se suscitó un accidente carretero múltiple en el tramo de autopista Colima-Tecomán, uno más, de los muchos incidentes que ocurren casi continuamente en este tramo carretero. Los medios informativos dijeron, que afortunadamente no hubo víctimas mortales en este suceso, donde se vieron involucrados al menos diez vehículos, dos de ellos de transporte de carga pesada.
El pasado 4 de julio ocurrió otro accidente más de este tipo, en las inmediaciones del puente de Beltrán, en la autopista Colima-Guadalajara; aquí, fueron varios los vehículos involucrados que resultaron incendiados, y el saldo trágico fue de cuatro muertos y dos lesionados. También aquí hubo participación de los vehículos llamados de carga pesada.
El 22 de junio, los medios informaron de otro incidente con las mismas características, es decir, un accidente múltiple, que ocurrió en la zona conocida como tolvaneras, también en la autopista de Colima-Guadalajara. Y se supo de otro más ocurrido tan sólo un día antes, pero esta vez en un tramo de la autopista Zapotlanejo-Lagos de Moreno, en Jalisco. En ambos incidentes, también fueron participantes los llamados vehículos de carga pesada.
Dado que en todos estos accidentes carreteros, y otros muchos más que no menciono por obvio de espacio, tuvieron participación directa o indirecta los vehículos también llamados tráiler o tractocamiones, en los medios de información a los que he podido tener acceso, se centra la idea de culpar de los incidentes carreteros a dos factores; por un lado, a la irresponsabilidad con la que conducen los trabajadores del volente, sobre todo los choferes de tráiler, y por la otra, a la falta de vigilancia en estos tramos, de los oficiales de la guardia nacional y los agentes de tránsito federal.
Yo, sinceramente, no estoy de acuerdo con esta opinión porque me parece sumamente unilateral, y confunde, por lo mismo, las verdaderas causas con los efectos del fenómeno.
Quiero referir aquí para sostener mi dicho, una nota periodística que bien pudiéramos tomar como indicio concreto y tangible, de la verdadera causa que está generando el incremento súbito en el número de accidentes carreteros, donde se ven involucrados los vehículos de carga pesada. La nota apareció el día 10 de julio pasado en el medio El Noticiero con el título: “Mantiene Manzanillo tendencia al alza en movimiento de carga”; ahí se dijo que, en cuanto al movimiento de carga durante este primer semestre de 2023, se registró un total de 16 millones 497 mil 627 toneladas, por encima de lo que se movilizó en el mismo periodo del año pasado. Que, tan sólo cuatro de las concesionarias del puerto: CONTECON, SSA México, TIMSA y OCUPA, movilizaron 1 millón 734 mil 942 contenedores, superior al millón 691 mil 123 del año pasado.
Entonces, a cualquier mente desprejuiciada le puede quedar claro si se le explica, que, a mayor movimiento de carga en el puerto, mayor necesidad de tractocamiones para movilizar la carga a su destino dentro y fuera del país; por tanto, mayor cantidad de estos vehículos en las carreteras, y a su vez, mayor e inevitable presencia de estos en los accidentes carreteros. Es decir, que, no obstante, que los choferes de tráiler pusieran toda la responsabilidad, atención y cuidado de que son capaces en la conducción de su vehículo pesado, yo no creo que eso los vaya a salvar de la mala suerte de estar presentes e involucrados, directa o indirectamente, en los accidentes carretero por donde deben pasar.
¿Por qué, entonces, no se dice nada, o casi nada, de la responsabilidad que tienen en los accidentes carreteros los dueños de la carga que viaja en tráiler por las carreteras? Y, además, ¿qué decir, de los dueños de los tractocamiones, que en muchos de los casos ya no están en condiciones óptimas para realizar los viajes? Y la respuesta a estas preguntas parece que se contestan en otra nota periodística del mismo medio que ya cité, sólo que esta apareció el día 13 de julio pasado; la nota se titula así: “Recauda Aduana de Manzanillo 55 mil 660 millones de pesos”, y se dice ahí que esta aduana se mantiene en la segunda posición del Top-10 de las aduanas que más recaudan en el país, sólo por debajo de Nuevo Laredo.
Es decir, que, mientras, por un lado, los choferes de camiones de carga pesada, deben sufrir todo tipo de suplicios para meter y sacar la carga de Manzanillo y llevarla a su destino, sufriendo múltiples accidentes carreteros que los dejan lisiados e incapacitados y llevan muerte a sus familias; por el otro, los ricos inversionistas nacionales y extranjeros, dueños de las mercancías (la carga) que se transporta, se hinchan a placer en sus fortunas que no se acaban nunca. Y mientras todo sucede, el gobierno federal se calla y tolera este atropello, porque recibe su parte del león en miles de millones de pesos por medio de la aduana. Y el negocio resulta redondo, como suele decir el pueblo; porque sucede que, para la opinión pública desinformada, los únicos culpables de los accidentes carreteros donde se involucra a los camiones de carga pesada, son precisamente los choferes.
Pero, además, ¿alguien sabe bien con exactitud, que no sean trabajadores de este tipo, todo lo que deben sufrir los choferes de tráiler, para cumplir con su trabajo y hacer realidad el sustento para su familia? Yo sinceramente no lo creo. Nadie imagina siquiera dónde y cuándo descansan, duermen, comen, se bañan, lavan, planchan y reparan su ropa, etcétera. Y luego, todos los peligros que les deparan las carreteras: bloqueos, asaltos, extorciones, narcotráfico y circulación permanente de estupefacientes. Pero también, las enfermedades que están obligados a desarrollar por la función permanente que desempeñan: obesidad, diabetes, sordera, parálisis del nervio radial, fatiga de vainas tendinosas, bursitis, lesiones de la piel, enfermedades osteoarticulares, etcétera, etcétera.
Y, ¿qué decir de su ingreso? Sa sebe que el salario promedio en México de un chofer de camión de carga, es de 84 mil pesos al año; es decir, 7 mil pesos al mes, o 43.08 pesos por hora (mx.talen.com). Para muchos, esto resulta toda una miseria a cambio de la vida.
Por todo lo ya visto hasta aquí, podemos concluir entonces, que los choferes de carga pesada, como todos los trabajadores en general de cualquier otra actividad productiva, son en realidad también víctimas de la explotación a que los somete sin piedad el modelo de producción capitalista, también llamado neoliberalismo. Y la suerte de ellos, como la de todos, no va a cambiar nunca mientras no se propongan sumarse y promover en todo el país, una verdadera organización popular que se proponga en serio, un verdadero cambio en el gobierno, para cambiar entonces el modelo de producción. Ojalá que lo entendamos.
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