Queremos denunciar nuevamente la actitud del presidente en torno a nuestra organización, el Movimiento Antorchista Nacional. Por enésima vez, vuelve el presidente a atacar a nuestra organización sin más y, como ya dije en otro artículo, sin probar sus dichos como acostumbra. Mario Alberto Mejía en su columna señaló[1]: “Han surgido más elementos para entender lo que ocurrió durante el inesperado arribo -al recinto ferial de Huauchinango- de los manifestantes que demandaron, entre otras cosas, ser incluidos en el censo de damnificados del huracán Grace. Todos ellos forman parte del Movimiento Independiente, Obrero, Campesino, Urbano y Popular ligado a la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (MIOCUP-CNPA). La CNAP nació a finales de los años setenta en Milpa Alta y está ligada al célebre movimiento de los Sin Tierra, de Brasil… Ahí estuvieron haciendo maniobras hasta que el presidente López Obrador arribó a bordo de una camioneta al lugar. Al abrirse la valla, surgieron los empujones y los gritos. Presente en el lugar, el ex senador Alfonso Zegbe fue empujado por los militantes de la CNPA. Un despistado le dijo al presidente: “¡Son antorchos, señor!””. Así, los manifestantes pasaron sin problemas la primera valla metálica custodiada por elementos de la Guardia Nacional y se apostaron a unos metros de la segunda valla.” Se metieron hasta donde estaba el presidente para hacerle saber que no están atendiendo a todos los damnificados; que los encargados de hacer el “censo” (y lo pongo entre comillas, pues un censo, en términos estadísticos, debe abarcar a toda la población) no visitaron a todas las familias damnificadas, y que muchas familias siguen sin techo y sin apoyo de ninguna clase, por tanto, después de perderlo todo el gobierno morenista les ha dejado morir a su suerte. Pues esa queja del pueblo, a la que tiene derecho constitucional, fue aprovechada por López Obrador para lanzar sus piedras contra Antorcha Campesina, con el viejo y no demostrado discurso de que las anteriores administraciones les daban dinero a los líderes de Antorcha y éstos se quedaban el dinero y no se lo hacían llegar a la gente; lo curioso en esta ocasión es que no se trataba de un evento en el que la manifestación fuera de Antorcha; sin embargo, el presidente se lanzó en contra de Antorcha, pues, como queda dicho, “un despistado dijo al presidente “¡Son antorchos, señor!”, en otras palabras, sin deberla ni temerla y sin mediar una investigación de por medio, el presidente vuelve a atacar a Antorcha y es necesario denunciarlo cada vez que lo haga, pero esta conducta ahora revela claramente el prejuicio presidencial, ya no sólo contra Antorcha, sino contra todas las organizaciones sociales, pues siendo el presidente debería cuidar la investidura, que con cierta frecuencia la defiende pero con más frecuencia la atropella y no declarar sobre la base del prejuicio, sino de las pruebas. Hace mal el presidente al mostrar su odio a las organizaciones sociales, cuando, sin pensarla bien, ataca a Antorcha cuando Antorcha no está presente en el evento del que hablamos.
Además, no nos cansaremos de decir que es absolutamente falso lo que dice el presidente: que les daban el dinero a los líderes y que los líderes no lo entregaban a la gente. El presidente, hasta hoy, después de tres años de gobierno, sigue sin presentar ninguna prueba de sus dichos: qué secretaría, qué funcionario, qué líder, etc., son los que recibían el dinero en efectivo de Antorcha y que derivado de ello se enriquecieron como lo insinúa. Sin esas pruebas, el pueblo debe aprender a discernir y descubrir que esas acusaciones son falsas y, por lo mismo, debe aprender a distinguir entre quienes son sus amigos y quienes, embozados, son sus enemigos. Los dirigentes de Antorcha somos amigos del pueblo, estamos del lado del pueblo, luchamos hombro con hombro con el pueblo y estamos dispuestos a todo por el pueblo. Por eso, el pueblo, que es la fuerza fundamental que produce la riqueza de este país y que no disfruta de dicha riqueza, debe unirse a la causa de Antorcha.
Nuestra organización no promueve la corrupción, por lo mismo, en lugar de atacarnos debería el presidente voltear a ver a los “Pandora Papers”, pues varios morenistas importantes salieron en esa foto, pero no hay ningún miembro del Movimiento Antorchista señalado en ellos. He ahí el contraste: los que defendemos al pueblo somos atacados rabiosamente sin pruebas por el presidente y los que son corruptos del gobierno de Morena, los dejan intactos.
El problema se agrava cuando se utiliza esa figura de atacar a Antorcha para deshacerse de su responsabilidad como presidente y sacudirse de las quejas de los ciudadanos que quedaron damnificados. El ataque lanzado contra antorcha no le da láminas al pueblo, no resuelve el problema de su vivienda, no le da trabajo a los que lo perdieron por el huracán, no cura las enfermedades de la gente, no le repone a un familiar ni les asegura alimentación, por eso, el pueblo debe aprender a distinguir cuando los gobiernos utilizan sus discursos para atacar al pueblo, para dividirlo y, lo peor, para no resolverles sus demandas. De nada sirve que el presidente dé cifras de los que fueron censados, si no se censó a TODOS los damnificados y, peor aún, de nada sirve que ataque a Antorcha Campesina, si lo hace para dejar a los damnificados igual que como están después de la desgracia.
Por ello, llamamos al presidente a que resuelva los problemas de los damnificados, que tome nota del error que significó desaparecer el Fondo Nacional para Desastres Nacionales, Fonden, y que deje de atacar a Antorcha Campesina, pues de seguirlo haciendo, con base en nuestros derechos constitucionales, deberemos, como hemos hecho cuando ha sido necesario, protestar pacífica, pero enérgicamente en cada reunión en el que nos ataque el presidente. No gana mucho el presidente atacando a Antorcha Campesina y menos gana cuando utiliza la mentira, el rumor para tal propósito y deja sin apoyos a quienes se lo solicitan.
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