A partir del 20 de abril y hasta el 29 de mayo de este 2024, se realizarán las campañas electorales para la elección de diputados, senadores y presidentes municipales en Sonora; siendo el 2 de junio el día precisado por el Instituto Nacional Electoral para que los sonorenses salgan a emitir su voto, una vez más, para decidir quién los representará en el siguiente periodo. En la entidad se elegirá a 21 diputados locales, 7 diputados federales, 2 senadores y 72 alcaldes.
Desde finales de 2023, ya se escuchaba el ruido político de quienes iban a contender para algunos puestos; incluso, algunos funcionarios renunciaron a su cargo: Jorge Taddei, Heriberto Aguilar, Lorenia Valle, entre otros, para inscribirse como precandidatos a la senaduría. Finalmente, Morena se decidió por los últimos dos funcionarios.
Por otro lado, al Frente Amplio por México, con la mano en la cintura, llegó el dinosaurio priista Manlio Fabio Beltrones a contender por el puesto, por el cual va junto con la exmorenista Lilly Téllez— que ahora es del PAN—, y por MC irá el expriista Ernesto de Lucas Hopking junto con María Dolores Rosas Almada.
Ante el abanico de políticos que estarán en las boletas el 2 de julio, los sonorenses deben analizar bien el pasado de los candidatos. El pueblo ya no debe creer en discursos y compromisos irrealizables.
Es de destacar que solamente Rosas Almada es un perfil nuevo; los demás son cartucho quemado, y otros, “chapulines políticos” que cambian de partido cada vez que les conviene.
Respecto a la diputaciones federales y locales, el panorama es muy similar; vemos al Borrego Gándara, Célida López, y otro más. En la pelea por la “cereza del pastel”, que es la capital sonorense, por Morena al parecer va la expanista María Dolores del Río (quien se manifestó enfadada en entrevista con Proyecto Puente porque cuando gobernó Hermosillo, le apodaron Lola-tandeos; esos priistas son buenos para poner sobrenombres).
Por el partido del gobierno en turno, indudablemente va por la reelección Toño Astiazaran, a quien los ciudadanos le dan una muy buena calificación en lo que va de su Gobierno en Hermosillo.
Analicemos un poco estos dos últimos perfiles, que pretenden llevar las riendas de la ciudad más grande del estado en los próximos tres años.
El trabajo de la exsecretaria de seguridad del estado, Dolores del Río, me parece que deja mucho que desear, pues Sonora sigue estando entre los estados más violentos del país. Mencionemos algunos ejemplos.
En julio del año pasado, hubo once muertos en un incendio provocado en un bar de San Luis Río Colorado; en diciembre hubo un saldo de seis muertos en una fiesta de Ciudad Obregón; un enfrentamiento entre militares y sicarios en Magdalena de Kino dejó un muerto y dos heridos.
En lo que va del año ha sucedido lo siguiente: madres buscadoras encontraron 30 fosas clandestinas a 90 kilómetros de Hermosillo; en la costa de este municipio se dio un enfrentamiento entre autoridades y hombres armados, dejando seis civiles muertos; una balacera en un bar de Hermosillo dejó tres muertos y dos heridos; este fin de semana, cuatro muertos y siete heridos por un ataque armado contra trabajadores del campo en Caborca. Sonora se está convirtiendo en una zona de guerra y esto tiene nombre y apellido.
En el caso de Astiazaran, si bien varios medios y críticos aplauden su trabajo haciendo énfasis en el tema de pavimentación, es importante señalar que hay colonias que desde hace años siguen sin tener red de agua potable, drenaje y pavimento, es verdad que tres años no son suficientes para acabar con todos los males, pero la prioridad deben ser los servicios básicos.
Ante este abanico de políticos que estarán en las boletas el próximo 2 de julio, los sonorenses deben analizar bien el pasado de los candidatos y sus acciones. El pueblo ya no debe creer en los típicos discursos, promesas vanas y compromisos irrealizables.
El electorado debe exigir cuentas claras y hechos palpables, y más a los políticos que ya tuvieron la oportunidad de ocupar algún cargo público y nomás no hicieron nada, y de estos, óiganlo bien, va a haber hasta para “tirar pa’rriba”.
El pueblo tiene buenos líderes que, a mi parecer, harían un mejor papel que muchos candidatos que se montan en cada elección; el problema es que estos líderes del pueblo no están organizados ni están pensando tomar el poder en sus manos; siguen siendo carne de cañón par que otros ganen el puesto, a cambio de recibir sólo migajas.
El pueblo tiene que meterse en la cabeza que debe participar activamente en la política, porque es ahí donde se decide qué camino van a pavimentar, qué hospital van a construir y en qué lugar.
En política, en el Gobierno, se decide qué educación le van a dar a nuestros hijos, qué tipo de salud le van a ofrecer, qué impuestos pagar y muchas otras cosas. En cantidad, son más los pobres, pero desorganizados, desparramados como la arena del mar, que desafortunadamente, vale muy poco.
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