A pesar de que el gobierno federal ha anunciado con bombo y platillo su programa emergente “sembrando vida” en “apoyo” a productores del campo y a la naturaleza con fines de reforestación, en la realidad ha causado desastre e inconformidad entre la población que beneficia, un ejemplo trágico y lamentable se está dando en el municipio de Calakmul, Campeche donde los testimonios de algunos campesinos inscritos en el programa dicen que aproximadamente 800 hectáreas de conservación del ejido, el 10 por ciento, es decir unas 80 hectáreas, ya han sido taladas para inscribirse al programa. Todo esto en plena zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biósfera de Calakmul. Éste es el saldo de menos de un año de este programa.
De acuerdo con testimonio de los propios beneficiarios de “Sembrando vida”, la dinámica consiste en que los campesinos inscriben parcelas recién taladas al programa, para poder seguir sostenerse de lo que producen en sus pequeñas parcelas. Sin embargo, son pocos los campesinos que tienen la oportunidad realmente de reconvertir parte de sus parcelas agrícolas, que producen en condiciones muy difíciles, de temporal, en una zona donde las temporadas de secas y de lluvias son muy marcadas y en tiempos de calentamiento global, impredecibles.
Por si fuera poco, la selección de especies a sembrar son aguacates, cítricos, árboles maderables y en general especies o variedades que no son propias de la región. Los aguacates que se pretende sembrar no son los nativos -la región tiene sus propias variedades-, sino las variedades comerciales que el mercado de exportación demanda por lo tanto provoca pérdidas y desastres naturales de los cuales la mayoría de los beneficiarios lo hacen con fin de recibir su apoyo mensual para medio sobrevivir porque en las comunidades no existe otras fuentes de ingresos que ayude a paliar la lacerante miseria en que en viven.
Y para rematar, en algunos testimonios de beneficiarios manifestaron que “ahora tengo que pedir permiso si salgo de mi comunidad, mi suegra se enfermó y cómo vive en Tabasco, tuve que pedir permiso para ir a cuidarla, porque la regla que nos aplican es que si salimos de la comunidad sin pedir permiso, nos quitan el programa de sembrando vida”. Así de lamentable y esclavizante para los campesinos.
En su reciente informe, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, señala que Quintana Roo se ocupa el segundo lugar a nivel nacional en pobreza laboral, pues pasó de 27.2 a 37.3 por ciento entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021, según el Coneval en México en el primer trimestre del 2021 se registró a 5 millones de personas en pobreza laboral respecto al mismo periodo de 2020, por efectos de la pandemia por covid-19. Como vemos es no hay una proyección y medidas emergentes que ayude a paliar la miseria que impera en el país pues no hay empleos, ni salarios justos, existe mucho rezago en salud, educación, obras de infraestructura y los programas sociales que más bien tiene fines electoreros es un fracaso porque solo se usa para condicionar al pueblo por ejemplo “Sembrando vida”, porque no está ayudando a erradicar la pobreza y marginación social por el contrario, en este sexenio la cifra ascendió a 12 millones de nuevos pobres.
Otro dato es que porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria aumentó 3.8 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 35.6 por ciento a 39.4 por ciento entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021 lo cual desnuda la terrible situación que vive la clase trabajadora. No hay una disminución de la pobreza, al contrario, aumenta pese a las supuestas ayudas que ofrece la “Cuarta Transformación”.
Por si fuera poco, el Gobierno federal mochó los apoyos que se destinaban al campo y la ciudad un claro ejemplo de ello es que durante enero Quintana Roo recibió 4.6 por ciento menos del monto estipulado en el Presupuesto de Egresos 2021 por concepto de Aportaciones Federales, mismas que se destinan a rubros como insumos agrícolas, educación y salud, por mencionar algunos.
Ante este nada alentador panorama, los programas emergentes de la “4T”, son “mejoralitos” que solo alivian pero no erradican la enfermedad de la miseria así lo han venido manifestado estudiantes, obreros, médicos y campesinos quienes han tenido la oportunidad de acudir a los eventos del Gobierno federal para manifestarle su inconformidad, tal como sucedió en Huauchinango, Puebla pues en un acto público un grupo de inconformes exigieron al presidente otorgue los apoyos prometidos para los damnificados del huracán “Grace” y la respuesta para zafarse de su incompetencia y su error fue el linchamiento a las organizaciones sociales y principalmente al Movimiento Antorchista Nacional, acusándole de ser un movimiento intermediario, es decir que los antorchistas se quedaban con los recursos -lo cual es una acusación falsa y sin pruebas-, pero no dio explicación del porqué no ha llegado la ayuda a los damnificados ahora que es el Gobierno morenista el que tiene control absoluto de los recursos económicos.
El Gobierno federal a través de sus empleados “Siervos de la nación”, condicionan y piden moches para entregar los apoyos, existen muchas pruebas y denuncias documentadas, eso es ser intermediario y no se diga de las obras faraónicas de la 4T, porque ahora ya no existen licitaciones, no nada de eso, la adjudicación es directa, es decir el Gobierno federal decide quien realiza la obra pero ahora sin dar informe sobre el gasto de los recursos, de eso nada dice el “Presidente del pueblo”, más de lo mismo, afortunadamente el pueblo ya empieza a tener claridad que la unión entre sus iguales es la única esperanza y no un partido de arribistas chapulines que se comportan arrogantes con el pueblo y no representan su causa , el camino es la organización consciente y politizada de la clase trabajadora para que se dispongan a defender sus intereses con inteligencia y valentía, solo así se dará revés a la política chueca y mentirosa de la 4T.
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