Desde hace 11 años se hizo en Guaymas la solicitud de que se construyera un nuevo hospital. Era evidente su necesidad. Sería del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es decir, solo para los derechohabientes de ese instituto; sería insuficiente porque hay muchos guaymenses no derechohabientes, pero en mucho ayudaría de lograrse con las 144 camas prometidas. El actual tiene 85 camas y fue construido en 1958. Así que desde 2010, año con año se machacó por todo tipo de funcionarios y diputados que “ahora sí” se construiría uno nuevo que beneficiaría a toda la población, y año con año se pospuso, y año con año los enfermos, accidentados y todo tipo de pacientes siguieron creciendo y padeciendo sin esperanza.
Llegó la 4T, prometió, despertó una alta expectativa de que “de veras ahora sí” … y no hay nada todavía. La ex alcaldesa morenista Sara Valle presumió durante todo su mandato la “inminente” construcción de la obra. Pero los diputados federales de Morena, incluyendo los votos de Heriberto Aguilar Castillo y Sandra Luz Navarro Conkle, representantes de la zona del puerto sonorense, recortaron los presupuestos para obras en todo el país tan luego como llegaron al poder en 2018 y por cuarto año consecutivo los han recortado este mes de noviembre aprobando un Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 que nos deja desprotegidos otra vez… y aquí sigue Guaymas… no sólo sin su nuevo hospital del IMSS sino sin posibilidad de más hospitales.
Los enfermos y pacientes de Guaymas, sobre todo los más humildes y que no pueden pagar servicios médicos privados, no pueden estar agradecidos con Morena, porque, aunque quizá les llegue un depósito de unos cuantos cientos de pesos al mes de nuestros impuestos, eso jamás sustituirá la seguridad social que brindan hospitales suficientes, eficientes, bien equipados, con el personal médico necesario y bien abastecidos de medicamentos. Mejor vaya usted despertando, AMLO ya le desapareció a usted el Seguro Popular y el sustituto (Insabi) es un zombie que necesita cuidados intensivos; ya no puede usted aceptar que le vea la cara: la promesa de López Obrador, hecha en enero de 2020, de que “en un año” tendríamos los mexicanos un excelente sistema de salud “como Dinamarca o Noruega” y de que las medicinas llegarían “a todos lados, como la Coca-Cola” fueron demagogia y engaños para que los mexicanos votaran otra vez por sus cómplices levantadedos y sus alcaldes títeres, para seguir teniendo el poder y llevarnos hacia su feroz e irracional autocracia, la peor forma de dictadura de la clase gobernante.
Mire usted: el 9 de septiembre de 2019, con fanfarrias de circo nos anunciaron los morenistas, aquí mismo, en Sonora, que la construcción del nuevo hospital del puerto iniciaría en 2021. Ya se acabó el año ¿y? Sin embargo, sabedores de la poca capacidad de respuesta y exigencia que los humildes tenemos, pues estamos muy desorganizados, los señores de Morena nos vuelven a machacar que ahora sí, en 2023 —¡2023, poco antes de la siguiente elección!— Guaymas tendrá su hospital nuevo. Y esperan que, a pesar de tanta promesa incumplida, usted les crea de nuevo. De nuevo pretenderán endulzarle el oído con lo que usted quiere escuchar, pero ¡cuidado!, son trampas como las anteriores, solo para sacarle de nuevo el voto. Además, debe usted recordar que los políticos prianistas que emigraron a Morena son especialistas en empezar a construir algunas obras, obtener con ellas votos y dejarlas inconclusas: ejemplos de tal desvergüenza tiene usted por todo México. Así que con estos políticos marrulleros nos conviene a los trabajadores exigir hechos bien hechos, no palabrería. Y tenemos derecho a dudar, pues Morena anda despidiendo médicos y personal de hospital por todos lados, como en Oaxaca lo acaba de hacer el mes pasado, y de nada nos servirá a los guaymenses un hospital nuevecito, pero sin médicos ni personal suficiente.
Le recuerdo algunos datos. La población de Guaymas es de aproximadamente 140 mil habitantes, tiene 186 camas, distribuidas así: Hospital General de Guaymas, 40 camas; IMSS No. 4, 5 camillas de emergencia y 85 camas; Hospital Naval, 20 camas; ISSSTESON, 25 camas; ISSSTE, 5 camillas y 7 de hospitalización; Hospital Silva, 13 camas y 4 camillas; Hospital Sánchez, 3 camas; total: 186 camas y 21 camillas. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo mínimo (sin pandemia) que cada país debe tener para atender debidamente a su población es de 3 camas por cada mil habitantes, lo que significa que Guaymas debería disponer de 420 camas. Le hacen falta al menos 200 para cubrir el mínimo recomendable… tenemos años así. Y el único compromiso, verbal claro, de Morena es sustituir el hospital del IMSS No. 4 de Guaymas por el nuevo tantas veces prometido, solo que llegaría a 144 camas, es decir, el incremento real que Morena propone es de sólo ¡59 camas más! De las otras 141 faltantes para llegar al mínimo que pide la OMS no dice ni una palabra… silencio. Dice que cubrirá la demanda de los derechohabientes… ojalá, pero ¿y los no derechohabientes guaymenses qué? Simplemente no están en los planes de la 4T. ¿Hace falta más para probar que en realidad Morena no tiene interés por los más pobres?
Guaymas está ubicada a 135 kilómetros al sur de la capital del Estado, Hermosillo, y a 129 kilómetros de Ciudad Obregón, donde también hay otros hospitales, por lo que los enfermos graves o accidentados se tienen que trasladar hasta allá, pero… en esas ciudades también una deficiencia de camas en hospitales públicos, es decir, no hay ninguna seguridad de que su traslado a una de esas ciudades garantice la atención del paciente, y menos con tanto herido de bala por tanta inseguridad y mucho menos con esta pandemia que no termina y cuya cuarta ola nos amenaza de peor forma que las anteriores: las tres olas anteriores nos han enseñado que el sistema hospitalario está tan abandonado por el morenismo, que decenas de miles de enfermos y pacientes no encuentran lugar ni siquiera para citas. Al respecto, se han publicado por estudiosos e investigadores nacionales y extranjeros cifras que indican que posiblemente sean ya cientos de miles los mexicanos que han muerto por esta causa, es decir, por la falta de infraestructura hospitalaria y de suficiente personal médico: lo poco que existe seguirá acaparado por la covid-19. La falta de previsión de los demagogos de la 4T conduce a los guaymenses y a todos los sonorenses a desbarrancarse fatalmente y no se ve salida.
Mas, entre toda esta borrasca sobrecogedora, hay una lucecita de esperanza en el puerto turístico de San Carlos, en el municipio de Guaymas. Allí, en un exclusivo sitio se está construyendo un hospital privado que tendrá 60 consultorios y alrededor de 32 habitaciones de hospitalización de lujo, además de servicios de urgencias, farmacia siempre repleta de medicinas, laboratorio —con análisis serios, no tipo patito—, cámara hiperbárica, diagnóstico por imágenes, sala de enseñanza, auditorio, quirófanos, terapia intensiva, restaurante, fisioterapia, hemodiálisis, cuneros, quimioterapia, hemodinamia, salas de labor de parto y recuperación. ¡Ah, Dinamarca en San Carlos! Qué bueno por los que puedan pagar por tan excelentes servicios. Los demás tendremos que organizarnos y luchar sin pérdida de tiempo.
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