Han pasado 38 años desde que a Huitzilan de Serdán llegó Antorcha Campesina. El tiempo parecía haberse detenido ahí, los acontecimientos eran atroces y nadie les hacía caso, pero ese panorama de abandono que caracteriza a las zonas rurales ha quedado en el pasado.
Huitzilan es un lugar donde las masacres eran el pan diario de los indígenas, que estaban sometidos a las exigencias del cacicazgo voraz, por mantener el control de toda la actividad económica.
En ese entonces, existía un Hutzilan de Serdán con 5 mil habitantes, donde se tenía que llegar caminando, el poco transporte público que había no podía ingresar al pueblo debido a la falta de infraestructura carretera. No existían las condiciones óptimas para el desarrollo de la comunidad y, como es característico de los gobiernos vividores, la falta de atención a la gente era lo único que los hacía notar.
Pero el cambio estaba por llegar. Un giro de 180 grados en las vidas de los huitziltecos se dio el 21 de marzo de 1984, cuando el Movimiento Antorchista llegó a la presidencia municipal de forma democrática, encabezada por Ramírez Velázquez Gobierno, para combatir la desigualdad económica y social que aquejaba a la población, cosa que no fue bien vista por los grupos pertenecientes a la extinta UCl (Unión Campesina Independiente) que se disputaba el control agrícola de la región.
Los habitantes e integrantes del Movimiento Antorchista sabían de antemano que estos no se cruzaran de manos y harían todo lo posible por mantener en sus manos el poder. Es así que iniciaron el proyecto que llevaría a Huitzilan a ser un pueblo de vanguardia.
Desde el año de 1984 a la fecha, Hutzilan de Serdán se ha convertido en un paraíso entre las montañas de la Sierra Norte del estado de Puebla y, esto es gracias al arduo trabajo de Antorcha Campesina y a los huitziltecos que no dudaron en organizarse y defender, a capa y espada, sus ideales para materializar obras tan importantes para beneficio de cada uno de los habitantes en esa época y para las generaciones venideras. El trabajo colectivo, fue y sigue siendo el motor importante para llegar a un gran desarrollo.
Está claro que las cosas han cambiado para bien, a pesar de la sangre derramada por todos los compañeros que lucharon para que el ambiente de desigualdad y desolación que reinaba en Huitzilan en los años 80 quedará en el pasado. Aunque hay excepciones muy lamentables, los antorchistas de la Sierra Norte de Puebla están dispuestos a seguir luchando por un mejor futuro y para que su ejemplo se vea reflejados lo largo del territorio nacional.
Queremos que los pueblos de México vean en Huitzilan un ejemplo de superación, gracias al trabajo organizado y educador, y que sepan que esto es uno de los municipios más desarrollados del estado de Puebla, donde encontramos escuelas de todos los niveles académicos, calles pavimentadas, red de drenaje y agua potable, un hospital equipado para que la gente no tenga la necesidad de trasladarse de un lado a otro, canhcas deportivas, unidad deportiva y muchas cosas buenas para la población.
Por estas razones, los antorchistas nos llenamos de orgullo y celebramos 38 años de lucha en este municipio conocido también como el Rubí de la Sierra Norte, donde los resultados obtenidos son gracias al trabajo de todos.
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