MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Una vez más la contrainsurgencia mexicana contra Cuba

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El día de hoy, una vez más Cuba se coloca como tema central en la opinión política mexicana; y no, no es para reconocer que la isla es el único país latinoamericano que ha desarrollado vacunas en contra de Covid-19; tampoco para exigir que la potencia más grande del mundo deje de asediar a un pueblo que solo busca soberanía. El motivo es la asistencia del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez a la celebración de la Independencia de México. Nuevamente, los llamados lideres de opinión, periodistas, intelectuales, etc., todos ellos autoproclamados defensores de la libertad y la democracia dirigieron sus ataques al gobierno cubano, calificándolo nuevamente como dictatorial. Emplean la misma vieja formula, sin prueba alguna para sostener sus acusaciones; de lo que se trata es dar el golpe mediático. 

Las intenciones de Obrador para invitar a Díaz-Canel son ambiguas, porque por un lado recuerda el bloqueo y dominio de EE. UU. sobre Cuba, por otro, es sabido que ha llegado a proponer en otros lugares que los países latinoamericanos se unan en bloque con los Estados Unidos para contener el avance chino sobre la región. Lo que Obrador ofrece a los latinoamericanos es pan con navaja adentro. No es éste el lugar para analizar las intenciones de Obrador, para eso remitimos al lector a una de las opiniones más autorizadas sobre el asunto, el Ing. Aquiles Córdova en su artículo Política interior y exterior de la 4T, publicado en El Universal (16/09/2021).

Lo que sí es objeto del presente escrito son las opiniones y la ceguera política con la que se habla del gobierno cubano y se calla sobre los países llamados democráticos, y en particular, Estados Unidos. En este sentido, uno de los periodistas que se las da de ser un crítico, Jorge Ramos, escribe en su cuenta de twitter “Lo que queremos para Cuba es exactamente lo mismo que queremos para toda América Latina: elecciones libres y multipartidistas; libertad de prensa con medios independientes; sin prisioneros políticos, asesinatos oficiales, ni torturas; una economía que no discrimine; ¿es mucho pedir?”. La opinión de Ramos es representativa de aquellos que acusan a Cuba de dictadura, pero callan ante las acciones abiertamente ditatoriales de otros gobiernos, esos que juzgan con doble rasero. Pide elecciones libres y multipartidarias como si esto fuera una fórmula mágica para garantizar elecciones justas. Con todo ¿por qué no se denuncia la falta de libertad el país del norte? Ahí, los medios de comunicación se encargan de colocar solo a dos partidos como los únicos contendientes, silencian deliberadamente al resto, esto no son elecciones libres, sin embargo, no se denuncia. Hablan de libertad de prensa y medios independientes. ¿Acaso no saben del monopolio de los medios de comunicación en el norte, o que su libertad es solo para el que tiene dinero? Denuncian que hay prisioneros políticos en Cuba, pero no aportan pruebas contundentes, aun así, callan de los cientos de presos en Guantánamo, donde el imperio manda a sus disidentes. Por último, una economía que no discrimine, pero se olvida de los millones de excluidos, los sin techo, sin estudios, etc., que tanto en Estados Unidos como Europa existen. 

Otro “periodista”, que se caracteriza por sus ideas de derecha y desconocimiento olímpico de la realidad es Sergio Sarmiento, quien se lamenta que mientras el parlamento europeo ha aprobado sanciones sobre Cuba, el gobierno mexicano lo reciba. Pero este periodista cuándo se lamentó que en la Naciones Unidas todos hayan votado por que se termine el bloqueo a la isla y que solo los Estados Unidos y su aliado represor del pueblo palestino, Israel, voten en contra. Personas como esta, niegan que exista bloqueo, sus posiciones políticas les impiden ver la realidad, y aunque se definan como defensores de la libertad, solo defienden la libertad del imperio para oprimir a otros.

Los políticos no se quedan atrás, el señor Javier Lozano opina, sobre la invitación presidencial a Díaz-Canel, que “es una falta de respeto a nuestro pueblo, al de Cuba, a los derechos humanos fundamentales y las libertades”. ¿Acaso ese señor cree que sus resultados cuando fue secretario del Trabajo no son un insulto para el pueblo de México, o los miles de muertos que se dieron en el sexenio del que formó parte del gobierno mexicano? 

De este tipo de declaraciones abunda en la intelectualidad política mexicana, todo para decir que en Cuba se violan los derechos humanos por una dictadura. Pero ¿qué ha pasado en México en lo que va del presente siglo, si no es la violación de derechos humanos? 

La represión del gobierno de Fox al magisterio; la carnicería desatada por Calderón en todo su sexenio, la represión por parte de Peña Nieto a los movimientos sociales. ¿Un país en el que desaparecen más de cuarenta estudiantes y no pasa nada, no es una dictadura? ¿La forma de gobernar de la 4T, unipersonal, con desaparición de hecho de los poderes, no es una dictadura?

Por otro lado, ¿y la represión y desaparición de civiles por el ejercito colombiano, no es dictatorial? Y el “campeón” de la democracia y la libertad, EE. UU. ¿no es una dictadura donde se persigue a disidentes, donde la policía mata a las personas de color? Pero a pesar de las denuncias de Snowden sobre el espionaje del gobierno norteamerciano, y por lo cual es perseguido, los líderes de opinión y políticos mexicanos que hoy se rasgan las vestiduras por Cuba, no se atreven a llamarlos dictadura. 

Todas estas personas que hoy acusan a Díaz-Canel de dictador, no han sentido nunca los golpes de los granaderos y militares. Solo defienden su libertad personal de acusar sin pruebas. No les importa el bienestar de las comunidades que sufren bajo el yugo de lo que ellos llaman gobiernos democráticos y libres, en ultima instancia, en los hechos, forman parte de la política de contrainsurgencia y defensores del imperio.

Para los que consideramos que por encima de toda libertad está la libertad de gozar seguridad y de no morir de hambre, para los que consideramos que la dignidad de los pueblos y el bienestar en obra de los pueblos mismos, no podemos suscribir esas ideas. El destino de la revolución cubana es muy de los cubanos, pero implica la dignidad de toda América Latina, por eso hoy decimos ¡Viva Cuba! ¡Viva la Revolución!, en contra de los que, al igual que como López Obrador, quieren entregar a América Latina en bandeja de plata el imperialismo yanqui.

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