Ya huele a campañas. México ya se prepara para las elecciones del próximo año, los aspirantes a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador, ya andan buscando sus mejores atuendos y zapatos para salir a las calles polvorientas, llenas de baches, inundadas, con olor a drenaje, con casquillos percutidos, con encobijados a los lados, a visitar casa por casa a las familias pobres, a saludar a los adultos mayores y besar a los niños y niñas, a tomarse la foto con el albañil, a “echarse” un taco con los campesinos, en pocas palabras, ya se preparan para ser humildes y demostrar por qué deben votar por tal o cual candidato.
Esto se vive cada tres años, los mismos que ya han sido electos por tal o cual partido y que en su anterior campaña prometieron un cambio, ahora reaparecen cobijados con otro color, renovados, según ellos, y con las mismas promesas de que ahora si van a cumplir, y lo peor del caso, el pueblo les cree.
Así, vemos a las “corcholatas” de Morena recorrer el país, imitando y obedeciendo a su líder ‘moral’, quien les dicta hasta lo que hay que decir y hacer, enseñando la receta que a él mismo le funcionó y ahora quieren repetir.
Pero ¿por qué prometer lo que claramente no están dispuestos a cumplir? Y no lo digo yo, lo dice la realidad, prometen un sistema de salud universal y de calidad, lo mismo que prometió AMLO, solo que con otras aristas
Pero ¿por qué prometer lo que claramente no están dispuestos a cumplir? Y no lo digo yo, lo dice la realidad, prometen un sistema de salud universal y de calidad, lo mismo que prometió AMLO, solo que con otras aristas, prometen educación de calidad, prometen apoyo a los campesinos, prometen que se acabara la corrupción, en fin, solo repiten y repiten lo mismo que juraron combatir o cumplir cuando eran funcionarios públicos y, cuando el pueblo les dio esa oportunidad ¿Por qué no lo hicieron?, solo hicieron como el presidente, taparse los oídos y tachar de neoliberales a quienes les cuestionaban sus fracasos y desastres, como lo ocurrido con la Línea 12 del Metro, ahora hasta se lavan las manos y evaden sus responsabilidades. Muy mal “corcholatas”.
Ante un panorama turbulento, donde el país se encuentra dividido (gracias al presidente), y ante una comunidad más informada, ahora con las redes sociales, está claro que la misma receta que le dio el triunfo a los anteriores presidentes ya no iba a ser tan efectiva, por eso creo que se dio una batalla campal para apoderarse de las instituciones como el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Nacional de Transparencia (INAI), la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y así tener el camino libre y poder manipular al pueblo; pero las cosas no salieron del todo bien, por eso echaron andar la vieja estrategia de darse baños de pueblo, pero lo que se encontraron fueron reclamos de las promesas incumplidas.
Ahora, más que nunca, se necesita hacer conciencia de lo que realmente le conviene al país, de lo que le conviene a un pueblo que por años ha soñado con una vida digna, con seguridad, con salud y educación, donde se respeten sus derechos y no se les señale por su forma de pensar o actuar, el 2024 es la oportunidad para cambiar de rumbo, para unir esfuerzos y cambiarle de rostro y de color a este gran país.
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