Una de las frases más frecuentes que escuchamos y que se ha vuelto lugar común, porque muchos funcionarios la repiten, “la juventud es el futuro de México”, en la realidad, no se sustenta, y en los tiempos de la 4T, mucho menos, pues a la hora de remitirnos a los hechos, confirmamos que es solamente un enunciado; veamos algunos datos: de acuerdo al Inegi, la pandemia ha dejado a cinco millones de estudiantes fuera de la escuela.
“La encuesta de medición del impacto de la pandemia del Inegi revela que la falta de recursos fue la principal causa para que los estudiantes no se inscribieran en el ciclo escolar actual” (EL PAÍS, 23 de marzo de 2021).
La misma encuesta del Inegi muestra que “el 26.6% de los estudiantes dijo que uno de los motivos asociados a la covid-19 para no inscribirse en el ciclo escolar es que “las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje”, mientras que el 25.3% señaló que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo y el 21.9% carece de computadora, otros dispositivos o conexión de internet. Las cifras muestran que más de 16 millones de hogares en México no tienen conexión, lo que indica la brecha digital que impide a millones de estudiantes acceder a contenido educativo en línea”.
¡16 millones de hogares no tienen conexión a internet! Así, conociendo esta cifra nos podemos imaginar que son mucho más los niños y jóvenes que están sin poder asistir a la escuela y ante ello, ¿qué ha hecho el Gobierno federal y qué los gobiernos estatales imitadores de sus políticas erróneas? Lo único que advertimos es el llamado a clases presenciales por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), clases que según se dijo, reiniciarían el 7 de junio, un día después del proceso electoral en el país, haciéndonos creer que ya prácticamente habíamos superado la pandemia y que se podría regresar a clases sin riesgos mayores; la realidad vino a poner las cosas en su lugar: la pandemia sigue y de acuerdo con las propias autoridades de salud, se está viviendo un repunte en el número de contagios. Queda claro que, el tan mencionado regreso a clases para el 7 de junio, era simplemente una maniobra de carácter electoral por parte del Gobierno federal.
Además, se estaba llamando a clases presenciales sin una revisión previa de las condiciones en que se encuentran las instalaciones educativas; un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), publicado en 2019, señala que el 81% de los inmuebles escolares estaban ubicados en construcciones con condiciones mínimas de sanidad. Preguntémonos, ¿cuántos de estos inmuebles han superado dicha situación? La respuesta exacta la han de tener los profesores y padres de familia, pero por lo que conozco personalmente, la inmensa mayoría de las escuelas no solamente no han superado dichas condiciones, sino que, ahora están peor, pues a más de 15 meses de ausencia de estudiantes y profesores, debido a la pandemia, han estado en el abandono, sin mantenimiento.
Al Gobierno federal le ha interesado mucho más mantener cierta cantidad de votos cautivos a través de dispersar recursos económicos del presupuesto nacional a ciertos sectores de la sociedad, que ciertamente necesitan ese apoyo para sobrevivir a tantas penurias, pero el propósito ha sido, no precisamente ayudar, sino de tener votos asegurados para las contiendas electorales. E igualmente, se ha mantenido en su posición de gastar miles de millones de pesos en sus “obras insignias” a costa de la vida de miles de mexicanos, recordemos que no se aplicaron ni políticas eficientes ni recursos suficientes para contener la pandemia; miles de niños y personas adultas siguen muriendo por la falta de medicamentos para hacerle frente al cáncer, a la diabetes, etc. Y esa actitud homicida también se dejó ver con el llamado a clases presenciales sin considerar los riesgos a la vida de millones de mexicanos, a pesar de todas las advertencias y protestas de miles de jóvenes y profesores que insistían en un “regreso a clases seguro”, que para garantizarlo debería estar vacunada al menos el 70 por ciento de la población; cierto que se dio marcha atrás por el momento, pero debemos estar conscientes que, ante alguna otra necesidad política que tenga el mandatario nacional y vea conveniente para sus intereses llamar a clases presenciales, lo hará.
Debemos estar atentos a lo que siga declarando el Gobierno federal, pero sobremanera al posicionamiento que haga al respecto nuestra organización, el Movimiento Antorchista Nacional, que siempre está atento y advirtiéndonos de los peligros y de lo que debemos hacer, como se señaló, hace unos días, en voz de nuestro líder nacional, el maestro Aquiles Córdova Morán, quien planteó claramente que “…no nos estamos preparando [como país], ni poco ni mucho, para un próximo y rápido retorno seguro a las aulas, como lo exigen los estudiantes de todo el país y también el interés nacional” y que esta inactividad del gobierno al respecto significa, en el fondo, “un abandono abierto de la educación pública a su cargo, abandono que, en el mediano plazo, será un golpe demoledor para las nuevas generaciones, sin educación suficiente, para sus familias y para el aparato productivo del país y la mano de obra calificada necesaria para el manejo de las nuevas tecnologías”.
Ante ello, todos debemos estar atentos y aceptar un regreso a clases solamente cuando sea seguro; debemos sumarnos en esta lucha a los jóvenes de la FNERRR y a todos los profesores, padres de familia, etc., que hoy, junto con el Movimiento Antorchista Nacional, propugnamos por un regreso a clases seguro, por una educación de calidad y porque la frase “la juventud es el futuro de México” se haga realidad.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario