MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

A fortalecer a la organización

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Las elecciones del 6 de junio redistribuyeron el poder político en Sinaloa. Los municipios que serán gobernados por el partido Morena serán 15, el Congreso local y la gubernatura también serán dominados por Morena. Los porcentajes de votación con los que triunfaron son, mayoritariamente, inobjetables. Y aunque pudiéramos hacer una reflexión sobre los vicios de nuestro proceso electoral, como la violencia de la jornada del 6 de junio, o sobre la coacción y compra del voto que sin duda se pasearon a sus anchas por todo el territorio del estado, lo considero inútil pues ya mucho se ha escrito sobre eso y la ciudadanía sabe, porque vive aquí, que son elementos importantes en el resultado de la elección. 

Sin embargo, creo que pocos o ninguno de los analistas de los principales medios informativos del estado se han ocupado de analizar, resultados en mano, qué le queda a la ciudadanía, y más específicamente a los desvalidos de Sinaloa ante las circunstancias actuales. Trataré de hacerlo brevemente entonces tratando de llenar, aunque sea modestamente, ese vacío.

A la vista de los resultados de Morena en el país y otras entidades de la República, los augurios no son buenos: este partido ha sido ineficiente en el manejo de los recursos presupuestales, y aunque muchos consideran un acierto los programas sociales del presidente, estos se están financiando a costa de dejar sin recursos a programas y oficinas que eran o aún son útiles a los mexicanos. Y si a esto le sumamos que la recaudación de impuestos ha disminuido gracias al pobre desempeño de la economía, resulta que la bomba tendrá que estallar en algún momento: no es sostenible la creciente distribución de dinero en efectivo sin una economía pujante; la reorientación del gasto a los programas sociales del presidente deja sin muchos recursos a la realización de obras y servicios públicos que mejoren la vida de pueblos y colonias, por lo que los niveles de acceso a pavimentos, agua potable, drenaje, vivienda barata, seguridad, etcétera, descienden con Morena. Y a quienes se atreven a reclamar por la atención de alguna necesidad los ha ignorado López Obrador diciendo que quieren, en realidad, “moche” o “volver a lo de antes”, descalificando así la lucha y gestión social de cualquier grupo de mexicanos.

En mayor o menor medida ese ha sido el trato que siempre le han dispensado al pueblo en lucha los gobernantes en Sinaloa, por lo que no será desconocido para nosotros que se nos nieguen soluciones. Sin embargo, dada la sordera incurable con que se han mostrado los gobiernos guindas, empezando por el presidente de la república, tenemos que prepararnos de mejor manera para arrancarles la atención a las necesidades del pueblo. Creo importante dar estos importantes pasos:

1: Reagruparnos, invitando casa por casa a todo el que nos quiera escuchar –esto se facilita si cada  quien se compromete a convencer a uno más–, para hacer reuniones informativas periódicas más nutridas, mismas que buscarán la solución de los problemas del pueblo o la colonia. Elegir o ratificar un comité de mínimo 10 personas que represente al grupo, para que este se reúna regularmente y pueda así dirigir al conjunto.

2. Participar activamente en las gestiones a nivel municipal estatal o federal que en el grupo se programen, sea por cuestiones de pavimentación, agua potable, vivienda, drenaje, seguridad, apoyos asistenciales o del tipo que sean. Estas se harán de manera sistemática en cada una de las oficinas responsables de atender cada problema. 

3. Sea en las reuniones del grupo o del comité, los asistentes deben prestar especial atención a los textos, conferencias o cualquier material de estudio que les presente el activista. Así, podrán enterarse de problemas relevantes que afectan al pueblo y, lo que es más importante: conocer las causas y soluciones de los problemas, para poder actuar y resolverlos; se trata de que todos ampliemos nuestra visión.

4. Al mismo tiempo que se lleva a cabo la lucha por la solución a los problemas del grupo, en vista de la tardanza, dosificación o negativa abierta del gobierno a resolver sus demandas, el grupo deberá saber que la lucha de Antorcha tiene que elevarse: a la conquista del poder político, pues solo así se podrán llevar a cabo las medidas que permitan al Estado mexicano resolver las grandes carencias de nuestro pueblo.

Así, tenemos que llevar adelante una campaña intensiva para promover el programa de lucha de Antorcha: Mejores salarios; empleo para todos; reforma fiscal progresiva y reorientación del gasto público. La gente debe saber y hacer suya esta demanda, debe conocer que solo con estas medidas se puede desarrollar realmente nuestro pueblo y construir una patria más justa y próspera para todos. Solo así podremos avanzar y no con la aceptación de una eterna limosna social que degrada y condena al atraso. 

Los trabajadores sinaloenses deben saber que las carencias de las familias de los países más desarrollados que el nuestro se han alcanzado con base en la aplicación de las medidas propuestas en el programa de lucha de Antorcha; que estas  medidas garantizan un mejor y mayor crecimiento económico y un mejor desarrollo de la población, en todos los aspectos; que solo así podremos elevar a niveles ahora insospechados la ciencia, la técnica, el deporte, la cultura, en suma: el nivel de vida de nuestra población. Solo si logramos que los sinaloenses hagan suyo este programa de lucha, se sentirán no solo insatisfechos, sino incluso burlados o insultados por la paupérrima e inviable oferta de país que se les presenta ahora, y solo entonces se decidirán a unirse al gran contingente nacional que crece cada día y se encamina hacia el mismo objetivo. A trabajar todos para alcanzarlo pronto. 

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