MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

A la salud en México, le llueve y hace viento

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En 2004, durante la administración de Vicente Fox, entró en vigor la Comisión Nacional de Protección Social en Salud "Seguro Popular (SP)&rdquo, como una política pública que buscara, a través del aseguramiento público en salud, brindar protección financiera a la población que careciera de seguridad social, asegurando su acceso a servicios de salud gratuitos. Cubriendo en un lapso de 7 años a todos aquellos ciudadanos mexicanos que habían quedado excluidos de la seguridad social convencional como trabajadores por cuenta propia, desempleados, trabajadores del sector informal de la economía y personas que estuvieran fuera del mercado laboral junto con sus familias, estos grupos representaban aproximadamente la mitad de la población (48 millones de mexicanos). El SP garantizaría el acceso a cerca de 100 intervenciones que cubren más de 90% de las causas de atención ambulatoria y cerca de 70% de las causas de atención hospitalaria de las instituciones públicas.

¿De qué se trataba en hechos concretos? Los derechohabientes tendrían que acudir a un módulo a afiliarse y obtener una póliza, al acudir a las instituciones de salud (IMMS, ISSSTE) por un servicio, estos deberían presentar su póliza, y así ser atendido por un médico, ser surtido de medicamentos bajo una receta, o prevenirse de enfermedades infecciosas a través de las vacunas periódicas; no pasaba en la mayoría de los casos.

Aun con deficiencias, el Seguro Popular tuvo vigencia hasta diciembre de 2019, para enero de 2020 el Instituto De Salud para Bienestar (Insabi). Dijeron: "sin tanta burocracia vendría a suplir y a mejorar los servicios de salud gratuitos y de calidad para todos los mexicanos, descentralizado de la Secretaría de Salud, y hasta hoy no ha brillado por ser diferente cualitativamente del Seguro Popular.

¿Por qué? ¿Cuál ha sido el resultado?

No hay universalidad ni igualdad ni inclusión y, por supuesto, ninguna seguridad social. Prueba de ello, y totalmente irrefutable, es el monstruo llamado covid-19, que atacó al mundo hace más de 12 meses y a México en concreto, casi ya los 12 meses. Se comprobó que el sistema de salud sigue siendo dirigido por incapaces en la materia, que carece de lo más indispensable para atender a un enfermo, que se encuentra en un abismal atraso científico, tecnológico y médico, y que el Paracetamol era la única esperanza de vida para el mexicano.

Sumando el reciente recorte a la ciencia, -como consecuencia no aparecimos entre los países que consiguieran con sus avances de investigación la creación de una vacuna contra la covid-19-.

¡Una vil desgracia!

Y con esto ya para nadie debería resultar nuevo, la total ineficaz distribución de los medicamentos en México.

Administración tras administración nacional, la objeción inicial al tratar adecuadamente a un enfermo en hospitales "gratuitos&rdquo, es y será (con toda seguridad lo digo), por lo menos hasta 2024, el desabasto de medicamentos y vacunas.

Es verdad que la vulnerabilidad ante el SARS-COV- 2 la sufrimos chicos, grandes y muy grandes, pero aquellos que padecen de enfermedades crónicas, lo son aún más, no solo porque su sistema inmune es débil, sino porque requieren de cuidados extremos que consisten en revisar constantemente los niveles de glucosa, toma adecuada de medicamentos, realizar dieta, ejercicio y acudir a consulta con el médico familiar que, por supuesto para los más pobres es el de turno en el Insabi, IMSS O ISSSTE.

Desde el año pasado 3.1 millones de derechohabientes de insulina glargina, e insulina lispro, han señalado puntualmente que no les surten sus recetas con los anteriores medicamentos (marzo 2020).

En junio de 2019, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público abrió la licitación para la compra consolidada de medicamentos para el segundo semestre del 2019. Wockhardt Farmacéuticas ganó la licitación para el IMSS, ISSSTE, INSABI, Ceferesos, Secretaría de Marina, Pemex y algunos institutos nacionales de salud mental; sin embargo, no ha surtido porque asegura hasta la fecha que estas instituciones y paraestatales no han hecho pedidos, argumentado que tienen en existencia, y la versión para los diabéticos es papeleo de licitación en proceso, y en otros casos, ni respuesta hay.

La insulina glargina es un medicamento de acción prolongada que se da a pacientes con diabetes, actúa reemplazando la insulina que produce normalmente el cuerpo y ayudando a pasar el azúcar de la sangre a otros tejidos del cuerpo, donde se usa para obtener energía. También evita que el hígado produzca más azúcar. y a diferencia de otros tipos de insulina, ésta se aplica en una sola dosis al día. Si hay inexistencia de insulina gratuita, el enfermo tendría que comprarla. El precio en farmacia en 300 unidades, es un aproximado de 500 pesos mexicanos, que en dosis administradas alcanzaría las 10 o 15 según sea la gravedad.

Sí el salario mínimo quincenal alcanza los 1,725.08 pesos, y el precio individual de la canasta básica alimentaria de acuerdo al Coneval asciende a 1,165.00 pesos en el medio rural y 1,633.00 para el medio urbano. Si aumentamos el costo de la canasta no alimentaria se dispara hasta 2,087.00 en el medio rural y 3,208.00 en el urbano, es decir que los 3,450.16 pesos a los que asciende el salario mínimo mensual apenas alcanza para cubrir las necesidades alimentarias de una sola persona, sin tomar en cuenta que tendría que alimentar a una familia, y a eso le añadimos que con la pandemia los precios medicinales van en aumento. ¿Creen que un mexicano con diabetes promedio haría prioridad a la insulina glargina para su cuerpo, o darle de comer a su familia? Piénsenlo.

Suma y sigue, en noviembre de 2020, el IMSS confirmo públicamente que también hay desabasto de vacuna BCG, conocida como la de recién nacido, esa que evita enfermarse de tuberculosis, de acuerdo a información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis es una enfermedad transmisible que constituye una de las 10 primeras causas de mortalidad en el mundo y la principal provocada por un solo agente infeccioso (por encima del VIH/sida), se propaga cuando las personas infectadas expulsan bacterias al aire, por ejemplo al toser.

La Secretaria de Salud reveló que en México, en 2018, más de 1,800 personas murieron por tuberculosis y sus secuelas, de datos más recientes no se tiene registro, pero de septiembre a febrero unos 60 mil o 65 mil recién nacidos se han quedado sin la vacuna, solo en el IMSS, se continuar así, cada mes sin que llegué a las clínicas, otros 10 mil bebés se quedarán sin su dosis,

Es verdad que la escasez de vacuna BCG es mundial, (es la excusa perfecta para el gobierno mexicano) dada la demanda tan grande que la vacuna contra la covid-19 tiene ahora y su producción y compra de ella es la prioridad de todos los países del mundo.

¿Pero, qué pasa en México?

Ni vacunas covid-19 ni insulina glargina, mucho menos vacuna BCG, el registro hasta viernes 19 de febrero suma 1,574,158 dosis de vacuna contra covid-19 aplicadas, 0 insulina glargina y 0 vacuna BCG, no olvidemos que somos 128, 23 millones de habitantes, y que todos tenemos derecho a las vacunas contra las enfermedades infecciosas. ¿Cuantos faltamos? Hagan cuentas

Aunque hay declaraciones del año pasado de administradores del IMSS donde explican que ya se hicieron las compras de las vacunas BCG e insulina glargina, falta que lleguen a México y que Cofepris revise los lotes y los libere.

Y así,  un cuento de nunca acabar, es verdad que la pandemia evidenció carencias y rezagos que durante décadas hubo en el sector salud, y las políticas públicas  (como el seguro popular) implementadas, han sido rotundo fracaso, pero el gobierno que encabeza AMLO, no se queda atrás, definitivamente el famoso instituto de salud para el bienestar (INSABI), donde las personas sin seguridad social "no necesitan afiliarse ni pagar cuotas” para recibir atención médica y medicamentos gratuitos, no ha dado los mejores resultados, es un fiasco.

Es noticia que para ser salvados del coronavirus tendrán que pasar por lo menos 3 años, al ritmo que vamos pepenando vacunas, México obtendrá el premio nobel por el mal manejo de la salud, con altas cifras en la tasa de mortalidad a causa de la covid-19.

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