MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Acerca de la olvidada discusión sobre los nuevos libros de texto

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Dada la agitada vida política de nuestro país, como producto de la agudización de las contradicciones en la base económica, los acontecimientos se suceden unos a otros de manera tan vertiginosa que, problemas de la mayor importancia, son ignorados o minusvalorados, en detrimento de las amplias mayorías empobrecidas puesto que, por desconocimiento o por inconsciencia, no entienden que es necesario involucrarse en ellos para lograr mejoras sustanciales en sus deplorables condiciones materiales de vida.

Recordemos que hace unas semanas, en los medios de información y en las redes sociales, distintos actores políticos discutieron con animosidad inusitada sobre los nuevos libros de texto, pero pocos días después, esta discusión desapareció tan abruptamente como surgió. A mi juicio, el tema amerita ser analizado con verdadera profundidad, puesto que lo que hay que criticar -y combatir-, no solo son los mencionados libros, sino la involución del proceso educativo, que con cada “nuevo” modelo va impidiendo la verdadera educación de la juventud mexicana, convirtiéndola, en el mejor de los casos, en mano de obra calificada al servicio del sistema productivo, sin pensamiento crítico, ni lógico y, sobre todo, sin la consciencia plena de nuestra, cada vez más deplorable, realidad económica, política y social.

Es evidente que este espacio no es suficiente para tal análisis, mucho menos para lograr un cambio sustancial en la conciencia de la sociedad mexicana, pero la forma en que la discusión se desenvolvió, demuestra que el cambio en nuestro país no vendrá de las altas esferas políticas, económicas o de poder. De tal forma, que el pueblo tendrá que construir las herramientas de su liberación por sí mismo, y cualquier esfuerzo para ponerlo de pie, por mínimo que sea, bien vale la pena.

Pues bien, hasta ahora, algunos sectores bien intencionados solo han criticado los errores de elaboración, y el claro objetivo de adoctrinamiento de los estudiantes, mediante el uso de una pseudoteoría de izquierda. Pero otros -y esos son los alarmantes, por la reaccionaria y agresiva postura que toman-, aprovechándose de los insulsos y trasnochados intelectualillos que piensan que una revolución se realiza con planteamientos y conceptos estridentes, pero vacíos de contenido-, fomentan una peligrosa fobia contra la verdadera izquierda, que ha sido difamada por los panegiristas del capitalismo, presentado como el mejor de los modos de producción, que al verse exhibido como el más rapaz y explotador de la historia de la humanidad y, a medida que va siendo derrotado por las potencias emergentes que rechazan las recetas capitalistas, lanza a sus voceros a denostarlas con la vieja y manida calumnia de que el comunismo es el peor de los sistemas económicos ue jamás haya existido.

Por ello, tan pronto aparecieron los planteamientos pseudo izquierdistas de los libros de texto, asomaron la cabeza los ultraderechistas -a los cuales la 4T no les ha dañado ni tantito su nivel de enriquecimiento y privilegios-, quienes furibundos, los acusaron peyorativamente de “virus comunista”, sosteniendo que los marxistas proponen que nuestros hijos aprendan división, rencor, envidia, mediocridad, violencia, que es bueno vivir en un estado opresor, que está bien robarse los impuestos, etcétera.

Los antorchistas no nos pusimos a discutir con base en juicios superficiales sobre los errores en los contenidos educativos y las huecas frases con que en ellos se conceptualiza la fusión del conocimiento, es decir, Nuestros Saberes y Múltiples Lenguajes. Nosotros nos cuidamos mucho de andar con inventos al vapor y de teorizar sin ton ni son, como lo demuestra el hecho probado de que, desde hace ya casi cinco décadas en que nos propusimos luchar por un país más justo y equitativo, comprendimos que había que empezar por educar integralmente a los mexicanos, por ello, nos dimos a la tarea de analizar nuestra problemática educativa.

 Desde hace ya casi cinco décadas en que nos propusimos luchar por un país más justo y equitativo, comprendimos que había que empezar por educar integralmente a los mexicanos, por ello, nos dimos a la tarea de analizar nuestra problemática educativa

Como resultado de este análisis, en 2009 lanzamos el Proyecto Educativo de Antorcha, como una propuesta para combatir seriamente el atraso educativo. Desde entonces, lo hemos ido ajustando a nuestra realidad nacional. De tal forma que su fundadora, la profesora Hersilia Córdova Morán, hace unos días en entrevista con la internacionalista Francisca Martínez, por Canal 6 de Televisión en internet, expuso de manera integral y, sobre la base de resultados, lo que nuestra práctica pedagógica ha probado como necesario y, por qué no decirlo, como efectivo para formar ciudadanos con una educación verdaderamente científica, y seriamente comprometidos con el progreso de las mayorías empobrecidas de nuestro país. Aquí una síntesis:

Según la maestra Hersilia, el problema real no son las deficiencias y errores de detalle de los libros de texto, sino el contenido, pues según la actual Nueva Escuela Mexicana, necesitamos un egresado con perfil humanista y científico, que sea un soporte verdadero para el cambio económico de nuestro país, pero eso es una contradicción flagrante, porque lo que se dice perseguir no se corresponde con lo que se hace. Pues no se puede parcializar la problemática de la educación y hablar solo de los libros de texto, como si éstos fueran la síntesis de aquella.

Ya que hay otros factores que tienen que contemplarse para elevar la calidad educativa, a saber: mejorar la situación en que laboran los maestros, que su salario sea suficiente para que dediquen tiempo a su preparación y actualización académica, a la vez, que tengan biblioteca, herramientas y espacio adecuado en su hogar para investigar; perfeccionar la manera de su evaluación y contratación, así como su situación sindical y, sobre todo, garantizar que directivos y representantes educativos, tengan el perfil para los cargos que ostentan; revisar que los planes y programas de estudio correspondan con nuestra realidad y que se sustenten sobre bases verdaderamente científicas; que los centros educativos cuenten con toda la infraestructura necesaria y con el material didáctico y el equipo tecnológico adecuados; y garantizar la participación activa de los padres de familia en el proceso educativo.

Además de lo anterior, se debe abarcar integralmente la formación del alumno con la aplicación de las siguientes siete líneas de acción, surgidas del entorno escolar: calidad educativa en la enseñanza; el trabajo manual como una de las actividades del más alto contenido pedagógico; la práctica suficiente y sistemática de actividades artísticas para inculcar el cultivo de las emociones más sublimes en los estudiantes; la práctica constante y sistemática del deporte para forjar el carácter y la personalidad de nuestros jóvenes; eficacia administrativa en las instituciones; transparencia financiera; e integración al ámbito social con una participación activa en la comunidad, tanto de alumnos, como de docentes.

Finalmente, es necesario comentar que la experiencia, tanto práctica como teórica, nos ha convencido de que, para transformar el modelo educativo, primero se debe transformar el modelo económico. Porque una sociedad que se sostiene sobre la explotación desmedida de la clase trabajadora, siempre mantendrá a las masas empobrecidas en la ignorancia, pues quien más sabe, más exige. 

Por lo que respecta a quienes digan que el mejor de los mundos es el que construye el capitalismo, que en México tiene alrededor de 92 millones de personas en situación de pobreza, les diré que no es sensato aceptar, sin un juicio crítico, repitiendo a pie juntillas, lo que nos dicen los explotadores y sus defensores, por tanto, les pediré pruebas de que vivimos mejor que los ciudadanos de países como China, Rusia, Vietnam, Korea del Norte y demás naciones que han rechazado el modelo económico capitalista, que tiene el mundo a punto de la catástrofe climática y de la Tercera Guerra Mundial. Y al pueblo pobre de ésta, mi querida patria, con humildad, pero con preocupación le recuerdo que la historia ha dado pruebas suficientes de que detrás de la pseudo izquierda, siempre se agazapa la ultra derecha.

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