¿Qué te detiene, luchador? ¡Avanza! ¡Avanza sin cesar!
Mientras tu pecho abriga una esperanza no debes desmayar.
Esos que hoy a mitad de tu camino, atacándote vez, mañana,
cuando triunfe tu destino de rodillas caerán ante tus pies.
Ya ha transcurrido casi un año de que Eduardo Rivera Pérez entró en el poder de la capital. Algunos estaban expectantes e impacientes de que comenzaran los cambios, pero seguimos en espera de esos cambios prometidos. Como lo dijo Engels: “la esencia de la acción se agota no con su objetivo. sino con su realización”.
Y es que del lado del sur poniente de la capital se quedan a la deriva varias colonias que conforman dos juntas auxiliares, me refiero a San Francisco Totimehuacán y a Santo Tomás Chautla, donde se vuelve una odisea para que algún servicio llegue a las colonias, como el desazolve de las letrinas o la maquinaria para emparejar los caminos, ya no hablemos de la introducción de drenaje y agua potable o de los uso de suelo para que se le pueda dar el seguimiento a la gestión de la electrificación y, claro, no nos olvidemos de las pavimentaciones. Pero a todo esto hay respuesta: No hay dinero, No me toca a mí, Deja lo reviso. Claro está que solo capotean los asuntos.
En ese tenor sepan que redoblamos los esfuerzos, no solo para pelear por los paliativos que son un problema social (como los programas gubernamentales o los servicios básicos), redoblamos esfuerzos para tomar el cielo por asalto, organizando, educando y haciendo conciencia a la población porque no se trata de convencer a todo el mundo. Más bien tenemos que convencer a un número suficiente de personas para llevar a cabo la lucha y ganar.
Se vuelve urgente la formación de un partido del pueblo y para el pueblo, un partido que tenga un programa (como lo propone el Movimiento Antorchista 1. Creación de más empleos 2. Salarios bien remunerados 3. Redistribución del gasto público 4. Política fiscal progresiva). Un partido que tenga una táctica y una estrategia, como lo propone el Movimiento Antorchista, un partido que tome el poder para beneficiar a toda la población, pero sobre todo a la población más vulnerable, la formación de un partido que haga una revolución en la capital poblana (cuando digo revolución no me refiero a la toma de armas).
Un partido superior al PRI o al PAN o a MORENA (este último se auto denomina la esperanza de México), pero que ya se sabe qué características reúnen estos partidos políticos tradicionales y que son el instrumento de los que mantienen el poder en el país y en el mundo, que estos partidos sirven como barrera para defender intereses de una clase social.
Ahora, manos a la obra, tenemos ante nosotros una tarea difícil pero grande y noble, la creación de un partido que sea la vanguardia de los que por mucho tiempo los han mantenido en las sombras y con migajas. Un partido que reúna a los hombres más aguerridos pero sobre todo decididos a cambiar su realidad. Adelante.
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