MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Adultos mayores, manipulados con apoyos monetarios directos

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Uno de los sectores más vulnerables de la población es el que conforman las personas de la tercera edad, o como se les ha nombrado, de 65 años y más. Para ellos, sus mejores años han quedado atrás, su energía y capacidad productiva, por su edad, ya no es la misma.

El sistema capitalista, que busca siempre la máxima ganancia, busca jóvenes de quienes pueden obtener más rendimiento; los adultos mayores ya no le sirven para sus fines de enriquecimiento de los dueños del dinero.

La pensión (para quien logró obtenerla) y toda clase de apoyos son insuficientes para poder enfrentar los gastos de alimentación, medicina y demás.

Una sociedad que no es capaz de asegurar a su población adulta una vida verdaderamente digna, en la que tenga asegurados alimentación, vestido, vivienda y esparcimiento, sólo revela que es una sociedad injusta, en donde algo anda mal.

A la gente mayor, como ya dijimos, le es prácticamente imposible encontrar trabajo en la sociedad en que vivimos, salvo algunos oficios como jardinería, empacadores en supermercados o cerillos, etcétera. Al carecer de un ingreso permanente y suficiente, muchos adultos mayores viven en la pobreza.

Desafortunadamente, la política del actual Gobierno federal y Gobiernos afines con respecto a este sector de la población no es de hacerlos salir de tal situación de pobreza, sino de darles paliativos con el fin de inducirlos a votar por el gobierno que los “apoyó”. La pobreza en la que viven los adultos mayores no se ha erradicado ni mucho menos. 

El término “pobreza” se ha manoseado, habiendo, se nos dice por muchos organismos encargados de medirla, distintos grados de pobreza; lo que se busca es solo disfrazarla con otros nombres: “pobreza laboral”, “pobreza alimentaria”, etcétera, en lugar de pobreza a secas.

Además, muchas veces los organismos que realizan las mediciones lo hacen no con criterios objetivos, sino con el fin de “suavizar” el enfoque con que se muestra la realidad y hacer creer que la situación no es tan “grave”, para que el gobierno en turno no sea retratado como un gobierno insensible ante sus gobernados.

Veamos, en el caso de San Luis Potosí, el reporte del Coneval “Personas adultas mayores en México, evidencia para la toma de decisiones” en su edición 2024. Dicho estudio abarca el periodo comprendido entre los años 2018 al 2022.

De acuerdo con estos datos, al 2022, el 35.3 % de las personas de 65 años y más en San Luis Potosí vivían en situación de pobreza. Con esta cifra, la entidad se ubica en el lugar número 12 entre las entidades con mayor porcentaje de población adulta mayor en pobreza.

De las seis carencias sociales que contempla para la medición de la pobreza, la del rezago educativo fue la de mayor incidencia entre las personas de 65 años o más, seguida de las carencias por servicios de salud y la carencia por acceso a la seguridad social.

Otras carencias son por acceso a los servicios básicos en la vivienda y por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, así como la carencia por calidad y espacios por vivienda (Plano Informativo, 20 de agosto de 2024).

La realidad, la terca realidad. En este sexenio de la 4T, los sectores vulnerables, entre ellos los adultos mayores, no han resuelto su situación de pobreza y solo han sido objeto de manipulación con los apoyos monetarios directos. 

Ahí está lo que arroja este estudio del Coneval para San Luis Potosí: el 35% (francamente, creo que la situación es mucho más grave) de personas adultas mayores que viven sin vivienda digna o sin vivienda, desnutridos, sin haber tenido una educación formal básica. 

Muchos de esos adultos mayores fueron obreros, campesinos, comerciantes que dejaron sus mejores años en sacar adelante a sus familias y aportar a la sociedad un granito de arena. Y hoy se encuentran en la incertidumbre del qué comerán mañana o de qué sucederá si tienen que enfrentar alguna enfermedad.

Una sociedad que no es capaz de asegurar a su población adulta una vida verdaderamente digna, en la que tenga asegurados alimentación, vestido, vivienda y esparcimiento, sólo revela que es una sociedad injusta, en donde algo anda mal.

El Estado, en una sociedad más justa, debería estar obligado a proveer de las mejores condiciones a su población, en particular para los sectores vulnerables como es el caso de las personas de la tercera edad.

Con la 4T, al no ser este un Gobierno que represente verdaderamente los intereses de los millones de trabajadores que crean la riqueza en nuestro país, la población adulta seguirá viviendo en el olvido, en la pobreza y pobreza extrema más atroz.

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