MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Alza al salario mínimo no alcanzará a los pobres de Baja California Sur ni para comer

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Quisiera comenzar por explicar que el salario mínimo nació en México el 5 de febrero de 1917, con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En la fracción VI del artículo 123 dice que deberá ser suficiente “para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”. A partir de ese momento, se determinó que dicho monto no podría ser objeto de embargo, compensación o descuento alguno, pero aún no se establecía la cantidad.

Durante la administración interina de Abelardo L. Rodríguez se formó una Comisión de los Salarios Mínimos para impulsar la aplicación de preceptos legales que favorecieron la entrada en vigor del primer salario mínimo, el 1 de enero de 1934. Dentro del artículo 90 de la Ley federal del trabajo (LFT) se lee que el “Salario mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios prestados en una jornada de trabajo”, así que deberá cumplir lo estipulado en el artículo 123.

Ante la necesidad de revisar el sistema y darle una estructura que se ligara con la realidad nacional, se decidió que la fijación de los salarios mínimos debería hacerse por zona económica y no por municipios. Por esto, el 31 de diciembre de 1962 se crearon la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos y 111 Comisiones Regionales para salvaguardar este derecho.

México iniciará 2022, con un aumento en el salario mínimo del 22 por ciento, respecto de este año; pero aún se ubica por debajo de los 31 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Con ese aumento, el salario mínimo diario pasará de 141.70 a 172.87 pesos, una diferencia de 31.17 y el mensual llegará a cinco mil 186.1 pesos, los cuales equivalen a 293 dólares. Este monto ubica a México en el último lugar de los países de la OCDE; además, está muy por debajo del promedio de mil 338 dólares (que estipula el mismo organismo).

En las últimas dos semanas del mes de noviembre, el incremento a los precios de los productos en la canasta básica fue tan drástico que, era común escuchar a las amas de casa de distintas colonias de la capital sudcaliforniana platicar con sus vecinas acerca del aumento de los productos que ellas necesitan.  Usaban expresiones como “todo subió”, “el frijol está carísimo”, “la cartera de huevo está más cara que antes”, etcétera, las que a su vez pueden resumirse en otras igualmente ordinarias, pero contundentes: “el dinero ya no nos alcanza para comer”; “ahora tenemos que comprar menos cosas del mercado”; “AMLO cuando andaba en campaña prometió que ayudaría a todos los pobres y no es cierto, fueron solo promesas de campaña”. La preocupación está plenamente justificada, pues, muchas de las familias paceñas están a punto de estallar porque sus ingresos no les alcanzan para comer.

Nuestro país se encuentra entre los países con mayor incremento en los precios al consumidor. La inflación anual se ubicó en 7.37% en noviembre, el mayor incremento en dos décadas. Esto colocó a México como el quinto país con la mayor inflación, solo superado por Argentina, Turquía, Brasil y Rusia, en ese orden.

Con la inflación de más del siete por ciento reportada el mes pasado y aun concretándose el anuncio del presidente, el incremento al salario mínimo será únicamente un mejoralito que no logrará quitar a las familias sudcalifornianas la pulmonía que ya padecen con los precios elevados de los productos básicos que, como ya vimos, aumentaron por encima del 22 por ciento. El incremento salarial será insuficiente y la crisis alimentaria se profundizará, como han advertido varios especialistas.

En México, una familia de cuatro integrantes, requiere de un ingreso de 19,000 pesos mensuales para vivir con dignidad, aseguró el Enrique Terrazas, integrante de México Digno, Organización de la Sociedad Civil (OSC) de Chihuahua que promueve, junto con empresarios y otras OSC, un programa cuyo objetivo es que los trabajadores reciban un ingreso para vivir dignamente. Terrazas apuntó que, de acuerdo con un estudio elaborado por su organización, con 19,000 pesos una familia podría cubrir los gastos de comida, vestimenta, medicinas y del hogar.

En el sistema de producción capitalista, en el que vivimos, el trabajador de la ciudad o del campo, en la inmensa mayoría de los casos, trabaja más de ocho horas al día y, al fin de la jornada recibe una paga miserable que no le alcanza para satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia. En nuestro país se produce una gran cantidad de riqueza, pero ésta se concentra en unas cuantas manos y el trabajador, que es el motor de la producción, vive en condiciones deplorables, sus hijos no tienen  buena alimentación, ni buena salud, ni escuelas donde estudiar dignamente, por todo esto, en nuestro país hay una injusta distribución de la riqueza nacional; desigualdad extrema caracterizada por la existencia, por un lado, de 90 millones de mexicanos sumergidos en la pobreza y, por el otro, un reducido grupo de mega millonarios –el uno por ciento de la población– que concentra en sus manos lo que el 99 por ciento restante requiere para vivir.

Antorcha, estudiando cuidadosa y científicamente la realidad nacional y a sabiendas de que no debemos aventurarnos en “revoluciones” o “transformaciones” radicales –ya que un cambio de régimen social requiere que las condiciones materiales del régimen anterior se hayan agotado, lo cual no ha sucedido en nuestro país–, ha planteado un modelo económico basado en cuatro puntos que por supuesto divergen con lo que actualmente se intenta hacer en México.

Los cuatro puntos que plantea Antorcha, sin destrozar el modelo actual, pues aún no está agotado, son:

1. Generación de empleo para todos los mexicanos que quieran trabajar; de esta manera generaremos riqueza que podrá ser mejor distribuida e impulsaremos el crecimiento económico y el consumo. 2. Que los salarios recibidos por los trabajadores sean remuneradores; es decir, que alcancen para satisfacer las necesidades de los mexicanos, sin lujos, pero que cubran con suficiencia para ti y para tu familia. 3. Para que el Estado se haga de recursos, se propone una reforma fiscal progresiva, es decir, que paguen más impuestos quienes ganen más, porque hasta hoy todos los gobiernos, incluido el de la 4T, han favorecido a las grandes empresas nacionales y trasnacionales subsidiándoles los impuestos que deberían pagar, eso sí, pero al pueblo se le cobran impuestos de todo y por todo y, 4. Finalmente, de lo recaudado se requiere una reorientación del gasto social, de manera que se beneficie a las clases más desprotegidas, pero no dándoles dádivas, dinero en efectivo o “limosnas” oficiales como hace la 4T, sino por el contrario, dirigiéndolos a obras y servicios que beneficien al pueblo: hospitales, vivienda, carreteras, transporte público, etcétera, que darán empleo a muchos mexicanos y activarán el desarrollo.

Pues bien, la instrumentación de este modelo tiene como requisito, que el pueblo lo respalde, se organice, luche y logre alcanzar el poder político nacional. El instrumento para obtenerlo ya existe, y ese instrumento es el Movimiento Antorchista Nacional y su proyecto económico. Es hora de que el pueblo lo haga suyo; confíe en su unidad, que es su fuerza y su conciencia, y en su claridad para lograr sus propósitos. ¡Adelante antorchistas, hasta triunfar!

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