En el marco del Día Mundial de la Tierra, recientemente celebrado el 22 de abril, me permito, queridos amigos lectores, dar mi opinión sobre lo que está ocurriendo con el Tren Maya y los efectos, más negativos que positivos, en agravio del medio ambiente de la región de Yucatán, del país y los estragos en la economía que el Gobierno federal ha causado por este megaproyecto mal planeado.
Digamos para empezar que la construcción del Tren Maya, en Yucatán, no está bien cimentado desde sus inicios, pues ya se ha demostrado, por diversos especialistas, entre biólogos, ecólogos e investigadores, que gobierno de México no tiene bien estudiado el impacto ambiental que podría ocasionar a corto plazo el proceso íntegro de construcción y, a largo plazo, ya cuando el tren funcione. Tampoco representa un beneficio significativo la derrama económica que éste pueda generar en la población.
En cuanto al daño en el ecosistema en la península de Yucatán, no hay duda de que sería irreversible, pues su paso por la zona, especialmente en el Tramo 5 Sur, que va de Cancún a Tulum, y que echaron a andar desde febrero de este año, afectaría cenotes, cavernas y ríos subterráneos de cientos de kilómetros de agua dulce, que en conjunto albergan un gran porcentaje de flora y fauna endémica; es decir, que solo habitan ahí.
Además de las comunidades indígenas, que de esta rica región natural se abastecen y sobreviven, se demostró que, si bien, se hicieron al principio estudios de impacto ambiental y estos fueron legalmente autorizados, posteriormente cambiaron de planes sin autorización o asesoramiento de nadie y no realizaron un estudio en los seis kilómetros que atraviesan el área que conforma el tramo 5.
“Lo que hicieron fue trazar una línea en el mapa y empezaron a descubrir lo que había conforme iban talando árboles”, denunció, por ejemplo, un buzo e instructor de buceo que trabaja en la zona.
En el caso del impacto económico, este megaproyecto no tendrá un beneficio para la disminución de la pobreza, por el contrario, se estima que aumentará más de lo que ya aumentó desde 2019, año en que comenzaron los trabajos para el Tren Maya, porque no hay que dejar de lado que el recurso público que puede ser aprovechado para erradicar la pobreza de las familias de la entidad, está siendo canalizado a las obras faraónica ya conocidas por los mexicanos, claramente incluyendo al tren de AMLO.
Así tenemos que, según datos de la Secretaría de Hacienda, el Tren Maya tendrá un costo total de 139 mil 072.4 millones de pesos, sin embargo, una nota técnica del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que solamente la construcción podría costar entre 4 y 10 veces mayor, es decir, entre 460 mil millones de pesos hasta un billón 533 mil millones de pesos. O sea que el gobierno federal nos quiere engañar con el costo real; un engaño más que no podemos permitir.
En contraste a este despilfarro de dinero, la población en situación de pobreza extrema aumentó en Campeche, Yucatán y Quintana Roo, estados que conforman todo el recorrido planeado por el tren; en el caso de Quintana Roo, fue en el que más registró aumento, de casi siete puntos porcentuales (del 3.8 a 10.6 por ciento), de 2018 a 2022. En Yucatán, de 6.5 a 11 por ciento y en Campeche de 9.5 a 12 por ciento y el pronóstico de especialistas indica que las mega obras de López Obrador no frenarán el aumento de la pobreza en esta región sureste, esto según información del medio Bloomberg.
Una prueba de tantas que ya tenemos desde 2018 de que el gobierno de la Cuarta Transformación engaña, manipula y decepciona al pueblo de México, nadie en su sano juicio debería estar de acuerdo en que siga en pie este proyecto tan destructor para la riqueza natural de nuestro país como para la misma población.
Con el paso del tiempo, el capitalismo ha destruido todo a su paso con tal de tener más riqueza y más poder, y México no es la excepción, de toda la rica biodiversidad que hay en nuestro territorio, realmente poco queda sin la intervención desmedida de la mano del ser humano y peor aún, sin darle un beneficio real al pueblo trabajador que es el que tiene que intervenir con su fuerza de trabajo para extraer todo ello para el patrón, con una paga de burla. No permitamos que la 4T y todo gobierno morenista al servicio del neoliberalismo siga destruyendo lo poco que nos queda.
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