MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO, Carlos Slim y la covid-19

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El presidente de México y el hombre más rico de México, Andrés Manuel López Obrador y Carlos Slim Helú, respectivamente, casi al mismo tiempo, con una diferencia de pocos días, informaron que habían dado positivo a la covid-19. De esta manera los dos personajes forman ya parte de las estadísticas oficiales que contabilizan para este último sábado de enero un total de 1 millón 857 mil 230 personas contagiadas por esta enfermedad. Los datos los proporciona Ricardo Cortés Alcalá, director de Promoción de la Salud. Así pues, del cúmulo de contagios y de personas fallecidas que ahora suman 158 mil 074 defunciones México se coloca en el tercer lugar a nivel mundial. De antemano queremos dejar sentado el deseo de que salgan bien librados de esa enfermedad.

No obstante, llama la atención estos hechos, pareciera que el magnate y el presidente nos dijeran a todos los mexicanos que aquí nadie se salva, que todos somos iguales, todos estamos expuestos a sufrir la enfermedad y a morir, lo cual es cierto en general, pero si analizamos con más detenimiento las condiciones en que se enfrenta la enfermedad por ellos y cómo la enfrenta el pueblo trabajador, las diferencias saltan a la vista.

Ambos personajes tienen asegurada la atención médica al primer nivel, el presidente es atendido por 4 médicos militares de los mejores del país, obviamente no le faltaría el oxígeno si llegara a necesitarlo, tampoco le faltaría la atención hospitalaria; el hombre más rico de México se atendió en uno de los mejores centros de salud del país ubicado al sur de la Ciudad de México, muy conocido por los poderosos y al que un humilde trabajador nunca podrá acceder por el costo tan alto que tiene.

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El contraste es muy grande, en los hospitales vemos a diario cómo deambulan los enfermos buscando atención y no se les brinda por falta de camas, por falta de infraestructura hospitalaria, tanques de oxígeno, dinero; una cifra inexacta de mexicanos sufre la enfermedad en su casa y fallece por temor a ir a los hospitales o simplemente por falta de dinero.

Todos estamos expuestos a la covid-19, pero el porcentaje de contagios y fallecidos es mucho mayor en el pueblo trabajador, por la sencilla razón de que este constituye la inmensa mayoría de la población en esta sociedad; además, porque no posee las condiciones mínimas de bienestar, no tiene asegurada la atención médica, no tiene una vivienda digna, en muchos de los casos la familia es grande y vive hacinada, no cuenta con empleo seguro, los salarios son muy bajos, insuficientes para adquirir la canasta básica; sin contar con que el trabajador debe salir a laborar para ganar el sustento propio y el de su familia lo cual lo coloca en un riesgo mayor de contraer la enfermedad.

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La pandemia por donde se le mire trae consigo no sólo la enfermedad y la muerte sino una serie de calamidades que hacen todavía más terrible la situación de la familia trabajadora, estamos inmersos en una crisis económica cómo no se veía desde hace décadas, es tan evidente que hasta los organismos oficiales e internacionales como la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la ONU (Organización de las Naciones Unidas) así lo registran y advierten de las graves consecuencias que conlleva la doble crisis, la económica y la sanitaria 

En este sentido, António Manuel de Oliveira Guterres, secretario general de la ONU advirtió que existe una falta de solidaridad en la distribución de las vacunas anticovid, al referirse a la especulación suscitada con motivo de la producción y distribución de estas. A nuestro país sólo han llegado 670 mil dosis de la vacuna, de las cuales sólo 39 mil personas han recibido la segunda dosis con lo que se concluye el esquema de vacunación, pero 39 mil de un universo de casi 130 millones de mexicanos que somos es francamente una cantidad irrisoria.

Los mexicanos debemos exigir al Gobierno federal se apresure la adquisición de las vacunas con las dosis necesarias, que se distribuya en forma gratuita, especialmente al pueblo trabajador. Debemos exigir que deje de ser una especulación comercial y que deje de utilizarse por el Gobierno de Morena para ganar votos en las próximas elecciones.

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