Fueron muchas las promesas, pero todo quedó en simples buenos deseos y artero engaño para millones de mexicanos que abrigaban la esperanza de una verdadera transformación, esa donde se pusiera fin al sufrimiento de los mexicanos, que redujera los índices de pobreza y miseria extrema, de hambruna y de otros aspectos como el de la falta de salud, la creciente inseguridad, el desempleo, la corrupción entre otros.
Pero nada de eso ha sucedido desde la llegada del promotor de la cuarta transformación al poder Andrés Manuel López Obrador, enraizado en los colores de su propio partido el de Movimiento de Regeneración Nacional, en un gobierno sin pies ni cabeza, que cometiendo una y mil equivocaciones le ha importado un comino abandonar a sus propios compatriotas a su suerte.
Desde antes de que llegara la pandemia Covid-19 a México, ya se había incurrido en agravio a las familias mexicanas, con iniciativas emanadas del Ejecutivo para que sus corifeos en el Congreso de la Unión les dieran paso a ciegas, sin quitar una sola coma, mandando así a un mayor desamparo a diversos sectores de población, en un descarado atentado por la cancelación de programas y fideicomisos que servían para la subsistencia de millones de mujeres, hombres y niños.
En medio de esas faltas cometidas en contra de la población, hubo valientes que desde las filas de Antorcha Nacional señalamos con índice de fuego los graves problemas que se estarían viviendo con la cancelación de dichos beneficios, pero lejos de enderezar el camino, los de la 4t se indignaron y pusieron en marcha la persecución de quienes pensaban diferente a ellos, echando mano de la Unidad de Inteligencia Financiera que mediante mentiras y delitos inventados trataba inútilmente de frenar a los antorchistas.
Llegó la pandemia y México continuó en el abandono, comenzaron las muertes de ciudadanos, principalmente de las familias de bajos recursos por no tener para su atención médica, aunado a la nula intervención del presidente que desde sus aposentos en palacio nacional, pretendía hacernos creer que todo estaba bien, que no había problema alguno con tan letal enfermedad.
No se aplicaron medidas de apremio para los mexicanos, no hubo nada que protegiera a la gente, que le ayudara a salir de ese grave problema o enfrentarlo, el gobierno lopezobradorista se dedicó a sugerir sencillamente desde sus acostumbradas “mañaneras” que nadie saliera de sus casas.
Pero faltó el apoyo gubernamental en un mal manejo de la pandemia que ha colocado a México en los primeros lugares de mortandad por esa causa, no se implementaron medidas como una cruzada nacional alimentaria, la suspensión de pago de impuestos o de servicios, facilitar sistema de internet en los hogares del país para que los alumnos pudiesen estudiar sin contratiempos de ninguna especia de forma virtual, ayudar a los empresarios para que no se agudizara el desempleo, en fin, no hubo maldita cosa para protección de la gente.
La falta de medicamentos se hizo presente, después de que López Obrador sugiriendo una grave corrupción en el sistema de compra-venta de ellos, mandó a la fregada a los laboratorios, comenzando a causar estragos serios en los enfermos de cáncer, diabetes y demás, que se quedaron sin la atención debida.
En poco tiempo, los morenistas se echaron la soga al cuello, incurriendo en errores sobraditos donde se ha llegado a delitos por violación y atentados cobardes en contra de quienes piensan diferente a ellos.
Lejos de remediar la situación, López Obrador, ha protegido a quienes son señalados, los arropa y les otorga nombramientos importantes como embajadores y demás, a pesar de haber actuado fuera de la ley.
Con la mano en la cintura, el gobierno federal le ha arrebatado recursos a Estados y Municipios, a Universidades, en su desesperado afán por contar con recursos para dar continuidad a sus obras faraónicas, como el Tren Maya, la Presa Dos Bocas y otros, que lejos de beneficiar a México lo están hundiendo más en la tragedia económica.
Ahora promueven la revocación de mandato, como si con ello se beneficiaran los millones de compatriotas que navegan en la pobreza, como si con ello los campesinos tendrán alimentos en sus mesas, como si con ello, se marcara el camino del progreso para la Nación.
Error tras error, ha cometido el presidente Andrés Manuel, quien después de ver que sus propios amigos y familiares se han engolosinado con el poder y se enriquecen a manos llenas, sale a recomendar a los mexicanos que no ambicionen riquezas porque eso no está permitido, es decir se disfraza de falso profeta que aplica en cada una de sus acciones el refrán popular de “hágase señor tu voluntad en las mulas de mi compadre”.
Pero no todo está perdido, los mexicanos contamos con la credencial de elector que nos permite decidir el rumbo que tiene que tomar el país, con esa medida se puede liberar el yugo que la 4t le ha colocado al cuello a sus propios compatriotas.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario