Todos los candidatos prometen, en un discurso o en otro, que acabarán con la pobreza, aplicando políticas económicas que beneficien a los más humildes. AMLO, por ejemplo, hizo campaña con el famoso “primero los pobres”. ¿No es cierto? Pero no es el único. La verdad es que todos los candidatos a algún puesto se maquillan, se pintan una cara bonita, sonríen con la gente y se toman fotos y fotos con los miserables porque deben tener buena cara en el show democrático. Pero lo cierto es que le mienten a los mexicanos, porque la democracia mexicana es una novela televisiva, que no los compromete a aplicar las medidas necesarias para combatir la miseria en México. Por una sola razón: son los candidatos de los ricos y cuidan los intereses de esos ricos.
Veamos al gobierno del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Cuando fue candidato de Morena a la presidencia de la República afirmó que su gobierno ayudaría “primero a los pobres” y acabaría con la corrupción. Poco más de 30 millones creyeron en sus promesas, votaron por él y lo convirtieron en el presidente. ¿Y qué ha pasado? ¿Los pobres dejaron de ser miserables? ¿Ya se acabaron los multimillonarios mexicanos? ¿Los pobres ahora comen carne, toman leche y tienen una dieta saludable? ¿Se acabó el hambre en el país, bajo las políticas económicas del lopezobradorismo? ¿Ahora los pobres viven mejor que antes? ¡Claro que no! ¡De ninguna manera! La verdad es que los pobres son más pobres y los ricos son mucho más ricos. ¿Por qué? Porque AMLO es un lacayo de los empresarios.
¿No me lo creen? Veamos lo que dijo Obrador hace poco en una de sus conferencias mañaneras: “no hay un rico de México que haya perdido dinero. Les ha ido bien”. Y es cierto. El presidente de los pobres que enriqueció aún más a los empresarios.
En su columna “La extraña simpatía de AMLO por los ricos”, Mario Maldonado dice: “en 2020 las 36 principales fortunas del país sumaron 171 mil 490 millones de dólares, un 20% promedio más que en el 2019. Si actualizamos esos datos, tenemos también que al cierre del 2021 la riqueza de los magnates mexicanos también aumentó. Según datos de Forbes, Carlos Slim tiene una fortuna estimada en 81 mil 200 millones de dólares, un incremento de 45.3%, su mayor valor desde 2013. El segundo millonario de la lista fue Germán Larrea, con 38 mil 800 millones de dólares, un aumento de 22.5%. El tercer millonario mexicano en la lista es Ricardo Salinas Pliego con 12 mil 400 millones de dólares, prácticamente igual que en 2021; sin embargo, en los últimos 10 años su riqueza subió 26%. Ocho de los 10 principales multimillonarios del país crecieron 28% sus fortunas el último año. Así que el presidente tiene razón: los ricos son más ricos en su sexenio, y los pobres más pobres, a pesar de las remesas y los programas sociales. Esa extraña simpatía de AMLO por los multimillonarios” (El Universal, 24 de mayo de 2022).
Y los pobres también aumentaron… ¡en número y en miseria! Los especialistas sostienen que en México ahora hay 97 millones de personas que viven en pobreza y pobreza extrema, a quienes el salario apenas les alcanza para sobrevivir. Esto es así porque el gobierno de López Obrador representa los intereses de los ricos.
¿Qué debemos hacer los humiles? Formar un partido político que, educando a millones de mexicanos, tome el poder e instaure un gobierno popular que cambie la política económica con un objetivo único: acabar con la pobreza, generando empleos, que haya mejores salarios, que se implemente un sistema fiscal progresivo y que se construyan obras necesarias en todas las zonas marginadas del país. Esa es la propuesta del Movimiento Antorchista Nacional. Y el pueblo pobre la puede aplicar cuando tome, en verdad, el poder de este país.
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