Con el objetivo de salvaguardar la integridad de las personas y de su patrimonio, así como de garantizar, mantener y restablecer el orden y la paz social; se crea el en año 2019 el instrumento de la “Guardia Nacional” con el discurso político además de dar mayor seguridad y bienestar al pueblo mexicano. Ahora bien; veamos si se ha cumplido con tal objetivo.
Derivado de los acontecimientos registrados recientemente mediante los cuales aproximadamente 5 mil trabajadores de la empresa ICA Fluor que participan en la construcción de la refinería de Dos Bocas, en el municipio El Paraíso, Tabasco; dejaron de trabajar como protesta para exigir mejores condiciones laborales; y que el 12 y13 octubre pasados, se acentuó con la represión de la Guardia Nacional, por órdenes del gobierno de López Obrador, con una intervención que se caracterizó por el uso desmesurado de la fuerza, con la aplicación de gas lacrimógeno, golpes y balas de goma en contra de los miles de obreros manifestantes.
En este conflicto social en el que trabajadores y antimotines se enfrentaron, algunos obreros manifestantes resultaron heridos al intentar entrar a las instalaciones, mientras fueron repelidos violentamente por elementos de la Guardia Nacional, videos que circulan en redes sociales muestran claramente el despliegue en el momento en que los integrantes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) arremeten contra los obreros y arrojan gases lacrimógenos, además de que también se escuchan denotaciones de arma de fuego.
Con un discurso embaucador, despreocupante e insolente, como es la costumbre de nuestro presidente, López Obrador, quién ha salido a declarar “que no se trata de nada grave” sino que fue una disputa por el contrato colectivo entre grupos de trabajadores rivales, no obstante, la evidencia demuestra lo contario y se acentúa por la actuación violenta y arbitraria de la Guardia Nacional para someter a obreros inconformes quienes exigían que se les respete sus derechos laborales los cuales han sido constantemente violentados por la empresa ICA Fluor.
En este escenario resaltan dos cuestiones para analizar, en primer lugar, reluce la complicidad, el interés y la prioridad incondicional que tiene López Obrador con la clase empresarial capitalista y conservadora, que tanto ha criticado, por encima del pueblo obrero, poniéndose de lado y a disposición de ICA Fluor, defendiendo los intereses privados, e inclusive haciendo uso de la fuerza pública nacional, para servicio de particulares en contra de la ciudadanía, esto es grave y completamente inaceptable; deriva de esto, en segundo término, el uso desmedido de las fuerzas armadas de la Guardia Nacional, con consentimiento de López Obrador, en contra de civiles trabajadores quienes exigían el respeto de sus derechos laborales fundamentados en nuestra Constitución.
Pero, ¿qué es lo que reclaman los trabajadores?, su inconformidad legítima reside entre otras cosas, en que los encargados de la obra los hacen trabajar horas extra sin querer pagarlas y hay quienes afirman que han recibido amenazas de despido, pero que presuntamente se trata de una estrategia para no pagarles el aguinaldo, han manifestado que sus jornadas eran de 10 horas o más, que incluso debían acudir sábados y domingos, además de que no recibían pago por ese tiempo o los días feriados. Estos planteamientos son reclamos justos y considerados en la constitución que obligan al Estado mexicano a cuidar que se resguarden y garanticen la protección de estos derechos, pero no ha sido así, es el mismo gobierno de López Obrador el que ha sido orquestador de estas violaciones laborales en contubernio con la empresa ICA Fluor, dejando desprotegidos y en condiciones de vulnerabilidad a los obreros.
Pero esta traición al pueblo no fue solamente formal, se materializó con la actuación en embestida por parte de la Guardia Nacional en contra de ciudadanos libres y organizados que ejercían su derecho a manifestarse, reclamando la garantía de sus derechos laborales. Pero porque es relevante y cuestionable esta intervención arbitraria y denostable de las fuerzas armadas nacionales constituidas como Guardia Nacional, institución emblemática de la Cuarta Transformación. Esto, a mi pensar, reviste un aspecto principal y contradictorios de la administración de López Obrador.
Recordemos el discurso cuando en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, en marco del 50 aniversario de los hechos que ocurrieron el 2 de octubre de 1968, donde López Obrador, presidente electo en aquel momento, aseguró que nunca se utilizará la fuerza para resolver conflictos, diciendo que “ese es el juramento que nosotros hacemos. No hacer uso de la fuerza, no reprimir al pueblo”, también dijo: “hacemos el compromiso de no utilizar nunca jamás al Ejército para reprimir al pueblo de México”, de esta forma el presidente enfatizó que su gobierno garantizará que nunca se utilice la fuerza para resolver conflictos, diferencias o protestas sociales. Discurso que se opone a lo que en la realidad está ocurriendo en la actualidad ya que precisamente esto fue lo que ocurrió en Dos Bocas.
Pero esta situación no solo devela el uso arbitrario de las fuerzas armadas, por parte de López Obrador en contra de los ciudadanos, en el fondo de esta actitud dictatorial, encontramos la sumisión del presidente a los intereses capitalistas de los empresarios a los que están sujetos las acciones más importantes de su gobierno, lo anterior pretendiendo engañar al pueblo con su demagogia popular, pseudo izquierdista y anti capitalista, pero en el campo de los hechos la realidad indica que la principal intención de la Cuarta Transformación es garantizar a los dueños de los grandes capitales, las condiciones para que se desarrollen, exploten nuestros recursos naturales y que incrementen sus ganancias multimillonarias a costa del esfuerzo, sufrimiento y trabajo de los obreros mexicanos, que son quienes en realidad generan la riqueza de la que ellos se benefician, en complicidad con el gobierno.
Al respecto, en el Movimiento Antorchista nos sumamos a los reclamos legítimos de los trabajadores inconformes de Dos Bocas y denunciamos los atropellos y el desmedido uso de la fuerza que el gobierno de la 4T, mediante la Guardia Nacional, ha embestido contra el pueblo obrero. Nosotros manifestamos nuestra convicción de que un pueblo organizado y educado, con una conciencia libre y con la capacidad de poder actuar y luchar para transformar nuestra realidad plagada injusticia, corrupción, y pobreza, resultado de una inequitativa distribución de la riqueza, patentizada por gobiernos que se sujetan a los intereses y condiciones de los poderosos abandonando al pueblo a su suerte, como se ha demostrado que ocurre en el gobierno de López, pese a sus discursos engañosos y a su propaganda falsa de “primero los pobres”. Por tal motivo, celebro la iniciativa y la acción de los trabajadores organizados de Dos Bocas, quienes unidos exigen y luchan por la garantía de sus derechos, y se resisten pese a lo atropellos y violencia orquestada desde el gobierno del López Obrador.
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