El incremento de la informalidad laboral sigue siendo un tema alarmante debido a sus efectos negativos en el crecimiento económico, la productividad y el bienestar social.
Este fenómeno no solo contribuye al aumento de la pobreza y la desigualdad, sino que también limita el acceso de los trabajadores a prestaciones de ley y seguridad social.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, hasta el tercer trimestre del año, en Quintana Roo, 18 mil personas ingresaron al empleo informal, acumulando un total de 221 mil trabajadores sin acceso a garantías sociales ni beneficios laborales.
Este grupo está compuesto mayoritariamente por hombres, ya que por cada mujer en la informalidad hay dos hombres en la misma condición. En el mismo periodo del año pasado, el número de personas trabajando en la informalidad era de 202 mil.
Tan solo en el último trimestre, se registró un incremento de 5 mil 531 hombres ocupados informalmente, pasando de 242 mil 669 en 2023 a 248 mil 200 en 2024. Esto indica que la transición hacia el trabajo informal sigue en ascenso, lo que plantea desafíos significativos para el desarrollo económico y la estabilidad laboral.
No hay duda de que la informalidad laboral afecta directamente al acceso a mayores oportunidades y seguridad para los trabajadores, por lo que es crucial implementar modelos de contratación formal más flexibles; estos podrían fomentar la integración de más personas al empleo formal y contrarrestar una tendencia histórica que absorbe a más de la mitad de los trabajadores a nivel nacional.
La transición hacia el trabajo informal sigue en ascenso, lo que plantea desafíos significativos para el desarrollo económico y la estabilidad laboral.
De hecho, en Quintana Roo, el empleo informal representa el 30 por ciento de los trabajadores activos, de un total estimado de 977 mil personas ocupadas. A nivel nacional, el panorama es aún más preocupante, con una tasa de informalidad laboral del 55 por ciento, siendo estados como Oaxaca, Guerrero, Chiapas e Hidalgo los más afectados.
En contraste, la industria turística en Quintana Roo sigue siendo un motor importante para generar empleo formal. Se sabe, que los hoteleros cerraron el 2024 con la última feria de empleo destinada a preparar al sector para la temporada alta. Durante este evento, se ofrecieron 470 vacantes en diversas áreas operativas dentro de los complejos hoteleros.
Este espacio facilita el contacto entre empleadores y buscadores de trabajo, haciendo más ágil el proceso de reclutamiento.
Según datos recientes del INEGI, el sector de restaurantes y alojamiento en el estado emplea actualmente a 230 mil personas, lo que representa un incremento significativo de 34 mil trabajadores respecto al año anterior.
Estos esfuerzos reflejan la importancia del turismo como alternativa para contrarrestar parte del impacto del empleo informal y sin duda el Gobierno del Estado debe impulsar ese brío.
Sin embargo, a largo plazo, se requiere una estrategia integral que combine incentivos para crear empleos formales, fortalecer los derechos laborales y garantizar una mayor competitividad económica.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario