En la Ciudad de México se cierne un negro panorama donde sus grandes problemas crecen sin freno. Para nada extraña, desde luego, que la más reciente encuesta de “Arias Consultores”, que se realizó en diciembre pasado, coloque a la gobernadora Claudia Sheinbaum, con las siguientes calificaciones, muy bajas, medidas en porcentajes: a Claudia la aprueba solo el 43.7% de los capitalinos, el 42.7% no la aprueba y al 13.5% le es indiferente la mandataria; el 56.6% asegura que miente y el 50.4 % que no hay obra pública en esta metrópoli. Además, el 72.3% señala que la seguridad va muy mal y el 75. 8 por ciento de los habitantes de esta ciudad se sienten inseguros.
Estas calificaciones eran de esperarse, sobre todo porque la jefa de Gobierno anda más preocupada en su campaña anticipada que en gobernar de una forma inteligente y con buenos resultados la capital del país.
Precisamente del tema de inseguridad que se vive en la ciudad es de lo que quiero ocuparme en esta ocasión, sobre todo porque ésta es una problemática muy grave que se padece, y mal haríamos en aceptar que si la violencia criminal se ha apoderado de una manera hasta hoy incontrolable de buena parte de las ciudades y poblaciones del país, nos conformáramos y disculpar de esa manera a las nuevas autoridades de la capital y de la república de su obligación de cumplir con la demanda de seguridad, clamor por el cual también llegaron al poder.
En la más reciente Encuesta Nacional De Seguridad Pública Urbana, Ciudades Más Inseguras de México (ENSU), que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dada a conocer el 19 de enero de este año, señala que uno de cada cuatro hogares en México sufrió robo o extorsión al cierre de 2021.
Y como dato más preocupante, sobre todo para los que vivimos en la capital del país, es precisamente que tres alcaldías de la Ciudad de México están entre las cinco urbes con mayor porcentaje de hogares con al menos una víctima de robo y/o extorsión, según los datos del Inegi: Gustavo A. Madero, Tláhuac y Venustiano Carranza, con 48.6%, 41.7% y 38.4%, respectivamente. En la alcaldía de Gustavo A. Madero, casi el 50% de las familias tuvieron una víctima de estos delitos en los últimos seis meses de 2021.
La encuesta también señala que ocho de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, la percepción de inseguridad incrementó, por ejemplo Iztacalco, que pasó del 70.9 al 73.5%; Benito Juárez subió del 21.8, al 27.5%; Xochimilco, creció del 75.2 al 81%; Tlalpan, del 65.6 al 72.5%; Miguel Hidalgo, incrementó del 62.2 al 75.6%; Cuajimalpa, pasó de 38.5 a 39%; en Álvaro Obregón, se elevó del 72.5 al 74.2%; y Azcapotzalco, donde creció del 70.5 al 77.4% .
Por otra parte, las cinco alcaldías en las que más inseguridad percibieron los capitalinos al cierre de año son Xochimilco con 81%, Azcapotzalco 77.4%, Iztapalapa 76%, Miguel Hidalgo 75.6% y Álvaro Obregón 74.2%.
Según el Informe de Política Criminal que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ) ha dado a conocer en varios medios de comunicación el pasado 4 de febrero, señala que “el delito de violación es la afectación que más sufren las mujeres -sobre todo de entre 25 a 35 años- el cual está en segundo lugar de los más denunciados, por debajo del robo con y sin violencia en todas sus modalidades.
“En el caso del delito de violación, la tasa de incidencia delictiva por cada 100 mil habitantes en la Ciudad de México es de 24.7; mientras que a nivel nacional la tasa es de 10”, indica la información de la Unidad de Estadística y Transparencia de la FGJ.
Podríamos continuar poniendo muchos más ejemplos sobre la creciente inseguridad y violencia que se ha apoderado de la Ciudad de México, pero con éstos nos basta para que quede clara la gravedad del asunto, y ante esto vale la pena preguntarnos: ¿cuáles son medidas que está tomando Claudia Sheinbaum?, porque mucho prometió en este terreno y en otros y los resultados son catastróficos, no hay avance, y sí se ve un claro retroceso.
Mientras tanto, los que estamos pagando los platos rotos de su ineptitud somos quienes habitamos aquí, que día con día nos tenemos que enfrentar con la inseguridad y debemos tratar de salir ilesos de ella, porque la ciudadanía capitalina está prácticamente indefensa ante la ola de inseguridad desbordada.
Urge, por principio de cuentas, una policía más capacitada y mejor educada, que devuelva a los más de ocho y medio millones de capitalinos la confianza perdida en estas instituciones, por el descuido y la falta de genuina preocupación por la seguridad, esa seguridad a la que tenemos derecho, según la Constitución, todos los mexicanos.
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